Tropezones presidenciales

El ultraderechista presidente chileno Sebastián Piñera pudo pasar a la historia con varios adjetivos, entre ellos el de guerrerista contra su propio pueblo, pero quizás no imaginó que a un mes de las elecciones para sustituirlo aparezca como un presunto delincuente común en el escándalo Papeles de Pandora.

En este, su segundo mandato, Piñera, uno de los hombres más ricos de Chile, con una fortuna estimada en 2 800 millones de dólares, es uno de los tres mandatarios latinoamericanos —junto al de República Dominicana y Ecuador— involucrado en eventuales evasiones de impuestos en su país, entre otras transgresiones financieras.

Inscripto como Miguel Juan Sebastián Piñera Echenique, político, ingeniero comercial y empresario, ha ocupado la presidencia en dos ocasiones (2010-2014) y desde el 11 de marzo de 2018, a sus 71 años, pondrá un cierre enlodado a su estadía en el Palacio de La Moneda, y no solo por sus violaciones fiscales.

Para la población chilena, en especial su juventud, el multimillonario es sinónimo de crueldad y represión, en especial desde 2018, cuando declaró públicamente “estamos en guerra” contra los manifestantes que rechazaron sus medidas neoliberales y a los que atacó como a un ejército enemigo.

Las concentraciones, hasta ahora, no cesan en la nación andina, aun en pandemia de COVID-19.

En estos momentos, el ya casi sustituido mandatario en las urnas, posee varias preocupaciones.

Quizás la peor es cómo será su futuro cuando concluyan las investigaciones internas de la denuncia realizada por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés), la que develó casi 12 millones de documentos financieros filtrados y publicados en los mayores periódicos del mundo. El ICIJ reveló el uso de compañías en paraísos fiscales, evasión de impuestos y en algunos casos lavado de dinero por parte de importantes figuras de la política mundial y de otros sectores.

Piñera y sus hijos están involucrados, según esa fuente, en la compraventa del proyecto minero Dominga, cercano a la Reserva Nacional del Pingüino de Humboldt, un área ecológica donde habita el 80 % de la población mundial del pingüino de Humboldt, una especie en peligro de extinción. A ellos se suman ballenas y chungungos (especie de nutria) que viven en el área.

Aunque consideró “inaceptables” los señalamientos de los Papeles de Pandora, la filtración causó indignación en la población y movilizó a la Fiscalía Nacional, que abrió una investigación contra el multimillonario.

La minera Dominga está valorada en 2500 000 000 de dólares y sus propietarios extraerán los próximos 22 años concentrados de hierro y cobre. Será creada una mina de tajo abierto y un puerto propio para exportar sus producciones, así como una planta para proteger la escasa agua dulce de la zona.

Según el portal LaBot, uno de los medios investigadores de los Papeles de Pandora, la familia Piñera era la mayor accionista del proyecto Dominga hasta 2010, cuando Piñera llevaba nueve meses en el poder en su primera presidencia.

Ese año, el empresario Carlos Alberto Délano, su mejor amigo, compró supuestamente la participación de todos los otros socios por 152 000 000 de dólares, como parte de la operación realizada en las Islas Vírgenes Británicas y que —según el reporte periodístico— nunca ingresaron a Chile. Quedó pendiente un tercer pago a Délano que deja a Piñera en una posición incómoda, pues es un dinero desaparecido.

En su fase de popularidad más baja, esta es la segunda vez que el mandatario enfrenta un pedido de destitución desde que llegó a La Moneda en 2018. La actual acusación fue interpuesta por la oposición en el Parlamento, con el respaldo de siete de cada diez chilenos, según la encuestadora Pulso Ciudadano.

OTRO GOLPE AL PRESIDENTE

En este contexto, y a pesar de las trabas que Piñera y su gobierno intentaron contra la Convención Constituyente, ese organismo integrado por personas electas en las urnas, iniciaron el debate del contenido de la nueva Carta Magna de Chile, en sustitución de la proclamada durante la dictadura de Augusto Pinochet en 1980.

Elisa Loncon, delegada del pueblo mapuche y presidenta de la Convención, afirmó que “Por primera vez, los pueblos de Chile nos hemos sentado en una misma mesa, plural y en condiciones de igualdad y horizontalidad, a discutir y pensar un país donde la dignidad se haga costumbre”.

Los convencionales, entre ellos 17 representantes de los pueblos originarios, tienen un año para presentar la nueva Constitución, que después será sometida a una consulta popular.

Para Piñera, la elección de los miembros de la Convención, en su mayoría personas sin partido, resultó un duro golpe, pues sus intenciones eran elegir a figuras políticas afines a su ideología, pero desechadas en el referendo que determinó la necesidad de una nueva Carta Magna y que los redactores resultaran electos por voto popular.

La derecha chilena pensó que podría imponerse, pero los partidos de izquierda y movimientos sociales, entre ellos los estudiantiles y sindicales, lograron una doble victoria política en las urnas.

EL PUEBLO DECIDIÓ EN LAS CALLES

Con el mismo fervor y valentía que salió en movilización a las calles en 2018, el pueblo chileno repitió hace pocos días la odisea de enfrentarse a la represión ordenada por Piñera, aun cuando la pandemia de la COVID-19 sigue presente en el país.

Miles de personas exigieron, como hace dos años, la renuncia presidencial y la libertad de los presos políticos, jóvenes detenidos en aquellos sucesos, en los que murieron más de un centenar de personas, otras tantas quedaran ciegas o perdieron la visión de un ojo debido a perdigones disparados a los ojos. Además, hay decenas de movilizados desaparecidos.

Al ultraderechista no le importa, según parece, el lugar en que quedará en la historia moderna de Chile. Una vez más puso en la calle a sus sicarios, y otra vez hubo heridos y presos.

Quienes cayeron en manos de Gendarmería, en Santiago de Chile, en su mayoría fueron violados y torturados por los sicarios del régimen.

A pesar de la represión, las movilizaciones anteriores obligaron a Piñera a ceder en cuanto a la posibilidad de redactar una nueva Constitución Nacional que reestructure las bases de la nación.

La labor de la Convención es resultado del sacrificio de quienes apostaron por un mejor Chile, pues el sistema defendido por el multimillonario presidente impone instituciones centralistas y antidemocráticas.

ELECCIONES PRESIDENCIALES EN NOVIEMBRE

A poco más de un mes de los comicios generales, en Chile aún impera la incertidumbre sobre quién sustituirá a Piñera, en un universo de nueve candidatos y una muy probable segunda vuelta en diciembre próximo.

El aspirante mejor encaminado es Gabriel Boric, un joven de 35 años que representa a la alianza del Frente Amplio y el Partido Comunista.

Boric, abogado, participó en las luchas estudiantiles por una educación gratuita y de calidad, y es diputado desde hace siete años.

Tanto este candidato, como el resto, debe vencer el escepticismo en que se mueve la población chilena, que no encontró eco ni en gobiernos de derecha ni en los dos mandatos de la supuesta progresista Michelle Bachelet, ahora Alta Comisionada de Derechos Humanos en Naciones Unidas, con mirada muy conservadora sobre algunas naciones, como Venezuela.

Para ganar, Boric tendría que convencer, con su perfil moderado, a quienes no creen en la política tradicionalista y buscan otro lenguaje y acciones políticas para sacar a Chile de sus miserias neoliberales.

Tendrá este candidato —si gana sería el presidente más joven de América Latina— que brindar una futura nueva cara del país a un 80 % del electorado que no suele ir a votar, como demostraron las regionales de junio pasado.

Hasta hace dos semanas, el postulado por el oficialismo Sebastián Sichel, abogado de 43 años y exministro de Desarrollo Social de Piñera, aparecía en segundo lugar, pero ahora bajó al ras tras el escándalo en que se ve envuelto su antiguo jefe.

Una señal de alarma, en tanto, es el ascenso en cuestión de días del ultraderechista José Antonio Kast, a quien hoy los sondeos, siempre peligrosos, sitúan en segundo lugar.

Kast es hijo de un ex oficial nazi y exministro de Pinochet. Se declaró admirador del expresidente Donald Trump y se considera amigo del brasileño Jair Bolsonaro, a quien visitó en 2018. Su discurso es liberal y conservador contra cualquier ampliación de derechos.

Chile es, hoy en día, un torbellino de pasiones, entuertos y batallas.

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Pies de foto:

1.- El pueblo chileno volvió a las calles este mes para revivir las movilizaciones de 2018 que dieron lugar a la integración de la Convención Constituyente para redactar una nueva Carta Magna alejada de los designios neoliberales (Foto: Agencia Andalou).

2.- A finales de su actual mandato, Piñera puede ser destituido en su cargo luego de aparecer involucrado en los llamados Papeles de Pandora por varios delitos, entre ellos, evasión de impuestos y lavado de dinero en las Islas Vírgenes Británicas.(Foto: PL).