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martes, 19 de noviembre de 2024

Sombrío comienzo de año para Colombia

Colombia ha iniciado el 2018 con una ola de violencia en todo el país principalmente contra exguerrilleros, líderes sociales y de derechos humanos, sin una respuesta efectiva que lo detenga ...

Jose Valentín Rodríguez Pérez en Exclusivo 09/02/2018
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paz en colombia afp
La situación no parece tener salida y para mayor desconcierto y pesimismo de los sectores progresistas el diálogo entre el gobierno y el ELN quedo interrumpido

La situación no parece tener salida y para mayor desconcierto y pesimismo de los sectores progresistas el diálogo entre el gobierno y el ELN quedo interrumpido, al menos de momento.

A escasos treinta días de las elecciones legislativas y a poco más de tres meses para la primera vuelta presidencial en Colombia, las encuestas muestran a dos  outsiders de la política en la cabeza de las preferencias electorales. El exgobernador de Antioquia Sergio Fajardo, quien lidera tres de las cuatro encuestas realizadas la semana pasada, y el exalcalde de Bogotá Gustavo Petro, quien aparece segundo en tres de las encuestas y puntea en una.

Sorprende este resultado al menos por dos cosas. Por un lado, porque nadie del establishment encabeza las preferencias electorales. El exvicepresidente Germán Vargas Lleras, quien se ha movido hacia la derecha, está tercero, en el mejor de los casos, a cuatro puntos del segundo. Además, el candidato del Partido Liberal y exnegociador de paz, Humberto de La Calle, es cuarto en las encuestas y el candidato de la derecha más dura o extrema derecha, apoyado por el expresidente Álvaro Uribe, está cuarto o quinto en las encuestas.

Sorprende porque los estrategas políticos preveían que la campaña se iba a polarizar entre el sí y el no a la paz, el mayor representante del NO era el candidato del uribismo, y de hecho, Vargas Lleras, pensó que este espectro político era el más grande del país y se movió hacia allí. Por otro lado, el líder negociador del Gobierno en los acuerdos de paz con las FARC, Humberto de La Calle, pretendió aglutinar el de la paz calculado en cerca de 7 millones de personas. Los fenómenos de Petro y Fajardo son sustancialmente diferentes, coinciden en que ambos son políticos de olfato.

Desde hace algún tiempo Colombia ha entrado en una polarización increíble, un país dividido entre la guerra y la paz o peor, por primera vez, en dos grandes fracciones de élites: las urbanas modernas que quieren dejar atrás años de violencia y otras élites regionales y rurales que se resisten al cambio. O también una división entre Santos y Uribe.

La Sociedad civil colombiana pregona casi a gritos su agotamiento y falta de confianza   con las elites políticas. Las decenas de escándalos de corrupción han llevado a un desencanto con la política. Se podría decir que Sergio Fajardo es la anticorrupción y la antipolítica tradicional, o dicho de otra forma, ha logrado mostrase o encarnar al país que se cansó del clientelismo y la corrupción.

Los dos partidos políticos que lo apoyan, Polo Democrático Alternativo y el Partido Verde, si bien son minoritarios se han movido con habilidad en la Asamblea Legislativa y ayudan a encarnar ese sentimiento de la crítica a la política clientelista.

Sergio Fajardo, además, se ubica en el centro del espectro político. Es un candidato que no asusta, ni a la derecha ni a la izquierda. Es tal vez uno de los candidatos que mejor encarna esa sensación de un país tranquilo, que necesita un presidente que logre sacar a Colombia de las décadas de violencia y avance hacia la consolidación de la paz.

Sin embargo, Fajardo no la tiene fácil: debe superar muchas barreras, y pronunciarse sobre temas críticos, pero manteniendo la posición  centrista que lo ha caracterizado.

Por primera vez la FARC-EP se presentan como partido político a las legislativas con derechos a asientos en la cámara y en el senado de la república, será una novedad.

Lo cierto es que el país está y estará polarizado, parece inevitable que se reduzcan los niveles de agresividad y las posiciones extremas.

Habrá que ver si en medio de los extremos el centro logra capitalizar su opción y la paz pueda ser una realidad que hoy pende como una espada para el gobierno y así evitar su naufragio.

 


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Jose Valentín Rodríguez Pérez

Periodista y analista político


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