Nuevamente la conocida ciudad suiza recibe a representantes del gobierno sirio y de la llamada “oposición armada” en una nueva ronda de intercambios a la que altos representantes de la Organización de Naciones Unidas, ONU, no le atribuyen grandes posiblidades de avance.
En todo caso, precisaron las mismas fuentes, estaríamos frente a una suerte de escalón en la búsqueda de renovado impulso.
Y es que, ciertamente, en torno al logro de una paz negociada en territorio sirio luego de seis años de guerra impuesta, unos 230 mil muertos, y más de 12 millones de desplazados, se hace necesario todavía derrumbar enormes intereses geopolíticos foráneos y fuertes sectarismos reaccionarios internos para lograr una segura reconciliación.
De hecho, en el instante en que se abre esta nueva ronda, el panorama de guerra en Siria parecería complicarse ante las acciones de fuerzas externas interesadas en materilizar sus propios intereses con relación a ese agredido país, en abierto contubernio con los grupos internos que pretenden hacerse con el poder para modelar en la geografía siria otro de los “estados fallidos” surgidos en Oriente Medio y Asia Central bajo los dictados hegemónicos con asiento en Washington.
Un proyecto que ha echado mano por decenios a la más hipócrita alianza con los grupos extremistas islámicos ligados a las prácticas terroristas, llámense Al Qaeda, Al Nusra o Estado Islámico.
Así, tropas turcas desplegadas en suelo sirio sin la anuencia de Damasco, se dedican en los últimos días a atacar posiciones kurdas con el propósito de evitar su consolidación una vez concluida la lucha contra el EI y otros segmentos yihadistas involucrados en la guerra contra Damasco a cuenta de la asistencia millonaria recibida de los Estados Unidos, sus restantes socios de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, OTAN, los regímenes autocráticos árabes, y el sionismo israelí.
Turquía, que se dice comprometida junto a Rusia e Irán en establecer la calma interna en Siria, bombardeó aldeas kurdas en el norte del país, en lo que Damasco calificó de acciones irresponsables que solo agravan el ya largo conflicto.
Por su parte, Tel Aviv organizó un golpe aéreo contra suelo sirio en un intento por entorpecer el victorioso avance de las tropas oficiales, los combatientes iraníes y del Hizbolá libanés sobre posiciones claves del EI.
Incursión, vale indicar, durante la cual los atacantes perdieron una nave de combate, en tanto las tres restantes fueron alcanzadas por el fuego de la cortina antiaérea siria.
Según los expertos, esta aventura sionista respondió además al interés israelí de intentar elevar la moral de los yihadistas mediante la creencia de que Tel Aviv no los abandonará, a la vez que mostrar su enojo con Rusia (cuya fuerza aérea ha sido un arma letal para los terroristas) luego que el Kremlin se negó a suscribir la retórica antiraní del primer ministro Benjamín Netanyahu durante su reciente visita a Moscú.
De manera que en ese escenario de tensiones, reticencias y lucha de intereses, es ciertamente poco probable que la nueva ronda de Ginebra pueda avanzar de manera decisiva.
Mientras, y a pesar de lo complejo del panorama, el gobierno legítimo de Siria y sus aliados prosiguen la ofensiva contra los reductos terroristas claramente definidos en sus mapas militares, en el entendido que cada victoria sobre el terreno influye fuertemente también en el poder de negociación frente a quienes no han abandonado aún el “gran propósito” de defenestar a las autoridades de Damasco y hacer del suelo sirio una cercenada piltrafa.
senelio ceballos
25/3/17 12:12
Nestor ..saludos!!..No olvides el refran....UNA SEMANA DISCUTIENDO...es mucho mjor que UN DIA COMBATIENDO!!...Aqui algunos periodistas dicen.....El que no quiera conversar con los de LABROV...Entonces iran los CHOIGU para charlar....jajaja
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