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sábado, 16 de noviembre de 2024

Siria: ¿cambio de prioridades?

Washington afirma ahora que su meta no es defenestrar al gobierno de Bashar el Assad...

Néstor Pedro Nuñez Dorta en Exclusivo 04/04/2017
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Rex Tillerson
El Secretario de Estado Rex Tillerson afirmó que la prioridad oficial norteamericana es “acabar con el emirato islámico y no simplemente reducirlo”.

Durante su campaña electoral, Donald Trump, por no dejar de criticar, tuvo negativos pronunciamientos contra la titulada “cruzada antitrerrorista global” puesta en marcha desde los tiempos de George W. Bush, y que de alguna manera mantuvo sus escencias durante los ocho años de mandato de Barack Obama.

En consecuencia, el candidato devenido hoy presidente, afirmó enfáticamente que su proceder estaría ligado al interés de poner fin al terrorismo ejercido, muy concretamente, por el Estado Islámico, EI.

Sin embargo, no ha sido hasta fines de este marzo que el Secretario de Estado Rex Tillerson se encargó de confirmar esas pautas en sus encuentros con dirigentes mesorientales y ante la titulada Coalición anti EI, reunida en la capital norteamericana los días 22 y 23 del mes recién concluido.

Tillerson dijo claramente que la prioridad oficial norteamericana es “acabar con el emirato islámico y no simplemente reducirlo” como era la meta de Obama.

Además, indicó que “el destino político del actual presidente Bashar el Assad depende únicamente de la decisión del pueblo sirio”.

Por añadidura, poco después la representante de los Estados Unidos ante la ONU, Nikki Haley, quien más de una vez había clamado ante el máximo organismo internacional por el derrocamiento de las autoridades de Damasco, dio marcha atrás a sus declaraciones precedentes para aseverar que ese propósito ya no forma parte de las prioridades de la Casa Blanca en Siria.

Desde luego, semejante distanciamiento verbal de los planes originales no cayó nada bien entre quienes, sin pensarlo dos veces, han dado su apoyo irrestricto a los bases fundacionales de la agresión contra el pueblo sirio, es decir, los socios europeos de Washington, las satrapías árabes y el régimen sionista israelí, sumando, por supuesto, a los propios terroristas in situ.

De hecho, y víspera de la conferencia sobre el futuro de Siria, que organizada por la Unión Europea, UE, tiene como sede a Bruselas este martes y miércoles 4 y 5 de abril, los cancilleres comunitarios reiteraron que la solución del conflicto sirio pasa por el “inexorable” derrocamiento del gobierno del presidente Bahsar el Assad, al que sindican como un contumaz violador de los derechos humanos y causante de la destrucción nacional y el consecuente drama humano.

Y es que, como apuntaba el analista Thierry Meyssan en un muy reciente artículo sobre el tema, si para la Casa Blanca “ya no se trata sólo de desplazar a los yihadistas sino realmente de liquidarlos, como podrán entonces los europeos, sobre todo los britanicos, salvar a sus ejecutores del terror”, en abierta alusión al nada tibio papel de los servicios de inteligencia de varias naciones del Viejo Continente en el surgimiento, desarrollo y apañamiento del EI.

Con más razón, cuando el Ejército Nacional sirio, los combatientes iraníes y el Hizbolá libanés se acaban de anotar importantes avances en el campo de batalla, al tiempo que la aviación militar rusa causó este fin de semana enormes pérdidas a los terroristas del Estado Islámico aposentados sobre la frontera con Turquía, donde tradicionalmente buscan refugio luego de ser desplazados de sus antiguas posiciones en suelo sirio.

Un golpe este último que a la vez que hace tambalearse a una establecida “retaguardia” del EI, corta toda esperanza de huida a los extremistas que todavía se encuentran en Siria, y que han logrado evadirse más de una vez al otro lado de la divisoria bajo la mirada y la vigilancia cómplice de los coaligados occidentales y sus socios regionales.


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Néstor Pedro Nuñez Dorta

Periodista


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