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sábado, 16 de noviembre de 2024

Sindicatos brasileños enfrentan régimen de Temer

Grandes centrales obreras convocan a huelga general el día 28...

Clara Lídice Valenzuela García en Exclusivo 26/04/2017
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Protestas en Brasil
Protestas en Brasil

El presidente usurpador de Brasil, Michel Temer, con apenas 5 % de aprobación popular, continúa con su agenda de reformas contra la clase trabajadora, a pesar de los descalabros de su régimen y de las protestas que tendrán uno de sus puntos más altos en la huelga general prevista por los sindicatos el próximo día 28.

Aun cuando está bajo presión por escándalos de corrupción, que en los últimos días indicó a 98 políticos como sospechosos por el ministro del Supremo Tribunal de Justicia Edson Fachin, el mandatario afirmó a la agencia de noticias EFE que mantendrá su agenda neoliberal, evidentemente apurado por los grandes capitales temerosos de que no pueda culminar su mandato.

La nota periodística recordó que bajo su gobierno, de menos de un año, luego de traicionar a la derrocada presidenta Dilma Rousseff, ya este viejo camaján de la política brasileña logró, a cambio de favores, que fueran aprobadas en el corrupto Congreso Nacional una regulación del techo para los gastos públicos durante las dos próximas décadas y otra dirigida a minimizar el proteccionismo de las leyes laborales con la tercerización en todas las actividades empresariales.

Desde que asumió en el Palacio de Planalto, en agosto pasado, ya que era vice de Rousseff, Temer es confrontado por agrupaciones de izquierda y sindicatos, movimientos campesinos y estudiantiles, que lo acusan de ser un títere de los grandes capitales que lo colocaron en el cargo y ahora le exigen cumpla con la implantación del neoliberalismo en el gigantesco país.

El mandatario anunció que pronto habrá privatizaciones y concesiones al sector privado, lo cual, opinan los sindicatos, significa reducción de personal y pérdida de garantías laborales, empobrecimiento de la clase media obrera, que tuvo grandes beneficios durante los 12 años de gobierno del Partido de los Trabajadores (PT).

Aún sin completar sus modificaciones neoliberales, ya el régimen está desmantelando los planes sociales de sus antecesores progresistas, Rousseff y Luiz Inacio Lula da Silva, que sacaron de la pobreza a más de 40 millones de brasileños y redujeron la pobreza extrema en un 75 %, según cifras de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL).

HUELGA GENERAL CONTRA NEOLIBERALISMO

Los grandes sindicatos brasileños ya tienen listas sus acciones con vistas al próximo Primero de Mayo, cuando celebrarán el Día Internacional de los Trabajadores, y muestra de ello es la convocatoria a una huelga general el próximo viernes contra las reformas neoliberales en curso.

La presidenta de la Central Única de los Trabajadores —la mayor del país— en Minas Gerais, Beatriz Cerqueira, informó que el paro marcará un hito en la historia de las reivindicaciones sindicales del país de más de 200 millones de habitantes.

En declaraciones al periódico Brasil de Fato, Cerqueira denunció que “…el paro resulta urgente y necesario para detener esa ola conservadora que intentan llevar adelante un gobierno y un Congreso Nacional sin legitimidad, mediante la imposición de un nuevo modelo de Estado”.

La también coordinadora general del Sindicato Único de los Trabajadores de la Educación advirtió que el fin de la política gubernamental es la reducción del Estado, sin facultades y al servicio de grandes trasnacionales.

En la céntrica avenida Paulista, en Sao Paulo, el Estado más industrializado de Brasil, fueron colocados el pasado domingo 17 gigantescos paneles que convocan a las protestas de esta semana y recuerdan objetivos de  Naciones Unidas hasta el 2030, que están en contradicción con las negativos cambios de la actual administración federal.

La especial galería contra el neoliberalismo situada en los canteros de la Paulista, por donde pasan cada día miles de personas, fue organizada por la Unión General de los Trabajadores (UGT), en coordinación con el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en Brasil, y la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

La instalación, una de las acciones en apoyo a la convocatoria de la huelga general, habla de la erradicación de la pobreza, vida con salud, igualdad de género, educación de calidad, combate al hambre, trabajo decente y crecimiento económico.

El presidente de la UGT, Ricardo Patah, dijo a la Agencia Brasil que “…en el crítico momento que estamos viviendo, con tanto desempleo, tanta flexibilización de la legislación laboral y pérdidas en la de seguridad social, tenemos que demostrar en Sao Paulo la preocupación de los sindicatos por cuestiones fundamentales para el pueblo brasileño”.

La avenida Paulista será el escenario de los sindicatos por el Día del Trabajador, en el que participarán la CUT, la UGT, la Central de los Trabajadores y Trabajadoras de Brasil y la Intersindical, los Frentes Brasil Popular y Pueblo Sin Miedo. También desfilará Fuerza Sindical.    

REFORMAS NEOLIBERALES

A pesar de las protestas públicas de los últimos meses, el Congreso Nacional pretende tramitar en régimen de urgencia el proyecto de reforma laboral para que sea votado el día 25 por la Comisión Especial de la Cámara de Diputados, y el 26 en plenario.

Para el diputado paulista y líder del PT en esa instancia, Carlos Zarattini, el procedimiento —ya con más de 200 enmiendas— precisa, no obstante, de nuevas modificaciones.

Zarattini puso como ejemplo el llamado trabajo intermitente, muy criticado por los parlamentarios opositores, en el cual una persona es contratada sin jornada definida, la que es marcada por los intereses del patrón. Es decir, un día la persona trabaja dos horas, y otra, 10, lo cual genera inseguridad laboral.

Para el diputado Alessandro Molon, de Río de Janeiro, esta semana es de confrontaciones en el plenario, pues, precisó, “…no vamos a aceptar callados la retirada de los derechos laborales” expuestos en la Consolidación de las Leyes de Trabajo (CLT), creada por el decreto-ley número 452 del primero de mayo de 1943, y sancionada por el entonces presidente Getulio Vargas. Esa ley unificó la legislación laboral entonces vigente en Brasil.

La reforma laboral neoliberal, que retrocede y avanza en la Cámara de Diputados, es combatida por juristas, sociólogos, parlamentarios de diferentes partidos y sindicatos, a pesar de la defensa del régimen que considera será la salida a la depresión en que está sumido el país debido a la crisis económica capitalista, y no al gobierno legítimo de Rousseff, al que intenta responsabilizar con la situación.

Ante tantas irregularidades de procedimiento, el relator de la propuesta, Rogério Marinho, debe presentar un texto sustituto del analizado hace dos semanas, sometido a un altísimo número de enmiendas.

De acuerdo con Jornal do Brasil, hay un cambio de ideas constante entre los diputados, y la propuesta solo volvió a la pauta la pasada semana, gracias a una maniobra del presidente de la Casa, Rodrigo Maia, indicado por la Justicia como posible implicado en un escándalo de sobornos.

Diputados federales de oposición consultados por el periódico consideran que quienes votaron por la urgencia de la agenda pueden no hacerlo por la aprobación definitiva del proyecto que retira, estiman, los derechos de los trabajadores y desmoviliza al movimiento sindical.

Para el legislador Chico Alencar, de Río de Janeiro, el rechazo de los sindicatos a las medidas neoliberales crece por día y eso incomoda a los partidos oficialistas en el Congreso, ya que tienen obsesión por la sobrevivencia política y el foro privilegiado. La reacción social, explica, aumenta a medida que percibe que muchas proposiciones reducen sus derechos.

Para el diputado federal Paulo Pimienta, de Río Grande del Sur, Temer prometió a sus aliados empresariales implementar rápidamente las reformas neoliberales. El desarrollo de los acontecimientos hace que los grandes capitales le presionen ya que el gobierno está marcado por la corrupción, y no hay certeza de que pueda llegar al final de su mandato el próximo año.

 En declaraciones a la prensa, Jorge Luiz Souto Maior, juez del trabajo desde 1993 y profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad de Sao Paulo hace 15 años, confirmó que los promotores de los negativos cambios “…buscan visualizar la propuesta como un todo, cuando en realidad está volcada a la precarización de los derechos del trabajador y la desmovilización sindical”.

Se trata, argumentó, de una alteración profunda en el modo de producción, en las relaciones laborales y en la vida nacional, sin el mínimo respeto al proceso democrático, ya que los cambios legislativos fueron presentados el pasado día 12, y quieren aprobarla aunque los involucrados la desconozcan en su totalidad.

De acuerdo con los abogados Helena Cristina Bonilha, Wagner Luiz Verquietini y Renato Santiago “la legislación es nefasta para la clase obrera y su objetivo es extraer más lucro para las grandes empresas. En la evaluación de estos profesionales, la función de la reforma pretende demonizar a los trabajadores y responsabilizarlos, una vez más, por la crisis económica, la falta de empleos, la informalidad y la baja competitividad”.

Analistas consideran que el texto en análisis concentra las exigencias de los grandes empresarios, en especial las constructoras, que pagaron para derrocar a Rousseff mediante un golpe parlamentario el pasado año y cambiar la política del país.

Sin embargo, aunque la presión del gobierno sobre sus diputados aliados aumentará el próximo día 28, cuando se realice la huelga general, y la reacción contra la retirada de los derechos laborales se intensifique, las calles pueden eliminar el plan del oficialismo, y los parlamentarios que dudan al votar con el gobierno, seguramente no van a querer ir a la tumba con Temer.

El proyecto  debe ser votado en la Comisión Especial de la Cámara de Diputados, donde, según especialistas, el gobierno puede ganar, pero con estrecho margen. Ya en el plenario le puede resultar más difícil, pues son 513 diputados. Después tendrá que ser aprobado por el Senado.

Sobre el régimen de Temer reina la inestabilidad, pues está en medio del multimillonario escándalo de la empresa Petrobrás y sus vínculos con la constructora Odebrecht. Un tercio de los ministros del gabinete neoliberal, una quinta parte de la Cámara de Diputados y un sexto del Senado están presuntamente implicados en los sobornos.


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Clara Lídice Valenzuela García

Periodista


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