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martes, 19 de noviembre de 2024

Sin freno

Washington reitera que en el conflicto palestino solo le importa el sionismo...

Néstor Pedro Nuñez Dorta en Exclusivo 29/01/2018
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Palestinos y Estados Unidos
Para el nuevo gobierno de los Estados Unidos el régimen sionista constituye su aliado predilecto.

Es evidente que para el nuevo gobierno de los Estados Unidos el régimen sionista constituye su aliado predilecto, mientras que los palestinos no pasan de ser personajes de segunda a los que vale apabullar sin contemplaciones.

Así se desprende de la reciente visita a Tel Aviv del vicepresidente norteamericano, Mike Pence, quien no solo reiteró el apoyo de su país a la instalación de la capital sionista en la disputada ciudad de Jerusalén o Al Quds, sino que además ordenó el más rápido traslado a esa urbe de la embajada estadounidense radicada hoy en Tel Aviv. Todo, a pesar de que la comunidad internacional se niega a admitir las pretensiones del gobierno del primer ministro Benjamín Netanyahu que intentan dar un nuevo golpe anexionista a la población árabe de Palestina al apoderarse de la llamada Ciudad Santa.

En una comparecencia ante el parlamento israelí, el vicepresidente norteamericano Pence no solo brindó su más rotundo respaldo a las políticas expansionistas del sionismo, sino que además arremetió contra los palestinos por, pretendidamente, “negarse a toda negociación” como respuesta a tan brutales prácticas e imposiciones. Algo así como “te pongo la bota en el gaznate y tú solo debes acatar mansamente la situación y no alterar el guión de la farsa”.

En consecuencia, no falta razón a los dirigentes de la resistencia palestina que, en medio de las polémicas decisiones de Washington en contra de la población árabe y en favor de la ocupación israelí, han expresado que ciertamente los Estados Unidos nunca brindaron nada sustancial a la causa de los palestinos, y que todas las administraciones norteamericanas han trabajado únicamente “para quitarnos la alfombra de debajo de nuestros pies y apoyar al enemigo”.

Tras la decisión de Donald Trump de reconocer a la ciudad de Al-Quds como la capital del régimen israelí y trasladar allí su misión diplomática, las autoridades palestinas indicaron que ya no aceptarán a Washington como un mediador en el proceso de paz. Además, la Autoridad Nacional Palestina se niega a todo contacto con los funcionarios estadounidenses.

La polémica medida de Washington ha motivado protestas en distintas partes del mundo, además de ser condenada incluso por los aliados más cercanos de la Casa Blanca y por organismos internacionales contrarios a la ocupación de nuevos territorios palestinos.

Así, y justo en días pasados, la propia jefa de la Diplomacia de la Unión Europea, Federica Mogherini, dijo que ese bloque rechaza reconocer a Al Quds como la capital israelí, e insistió en el respeto de los derechos palestinos para el logro de una solución negociada al largo conflicto vigente en esa explosiva región.

“Ninguno de los miembros comunitarios trasladará su embajada de Tel Aviv a Jerusalén”, subrayó la funcionaria.

Y si algo logra nuevamente la controvertida y caprichosa política exterior del gobierno de Donald Trump al aplicar medidas unilaterales de semejante talante es acentuar el aislamiento político de los Estados Unidos con respecto al resto del planeta, como ya ha sucedido a partir de sus desplantes en la ONU, las soeces calificaciones proferidas a naciones de América Latina y África, o su retiro de acuerdos y pactos globales a cuenta de intentar imponer sus caprichos al resto del planeta mediante el más absurdo chantaje.


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Néstor Pedro Nuñez Dorta

Periodista


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