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jueves, 7 de noviembre de 2024

República Dominicana sigue en manos de Danilo Medina

El presidente Danilo Medina fue reelecto en su cargo con más de un 60 % de las boletas contabilizadas y una tendencia irreversible por mucho que patalee la oposición...

Clara Lídice Valenzuela García en Exclusivo 18/05/2016
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Números más, números menos, el presidente de República Dominicana, Danilo Medina, resultó reelecto por otros cuatro años, ya que posee más del 60 % de los votos escrutados hasta este martes, 48 horas después de que el último colegio electoral cerrara sus puertas.

Medina, del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), con su permanencia en el cargo reescribe una página en los comicios presidenciales, pues solo los cambios de la Constitución Nacional en 2010 permitieron un segundo mandato consecutivo en la pequeña nación caribeña.

Hasta este martes, el mandatario y el PLD marcaron también un nuevo escenario en la historia del país al conseguir el porcentaje de votación más alta en la historia política de la nación, indican datos de la Junta Central Electoral (JCE), los que marcaban una tendencia definitiva.

Nacido en 1951, el economista presidente y el PLD fundado por el ex presidente antiimperialista Juan Bosh lideraban el escrutinio con 61,57 %, el porcentaje de votación más alto en la historia política de los dominicanos, según verificaciones de la Junta Central Electoral (JCE) cuando se habían contabilizado el 66,90 % de los colegios electorales.

Tales cifras aparecieron en el quinto boletín emitido por esa entidad, que considera irreversible la victoria de Medina, lo que consolida al PLD en seis comicios presidenciales consecutivos.

En los cómputos aparece en segundo lugar el candidato del Partido Revolucionario Moderno, escisión del Partido Revolucionario Democrático (PRD), Luis Abinader, con 35,37 %, quien expresó su desacuerdo con los resultados oficiales, pues afirmó que hubo fraude.

Sin embargo, ninguna encuestadora, ni la población en sus comentarios callejeros, daban posibilidades de victoria a Abinader, un rico empresario que carece de experiencia política suficiente —dicen sus críticos— para ejercer el mando de una nación.

También otros nueve partidos opositores al PLD mostraron su rabieta con el supuesto manejo del escrutinio por la JCE, casi todos con un uno por ciento o menos de favor popular.

Estas elecciones, y así estaba previsto a pesar de la actual pataleta opositora por atrasos en algunos colegios de votación, resultarían complejas tanto en su desarrollo como en el conteo y la posibilidad de inconformidades flotaba en el ambiente.

Por primera vez, el mismo día fueron electos más de cuatro mil cargos políticos, entre ellos los integrantes del Congreso Nacional, las alcaldías municipales y sus concejales, y parlamentarios de ultramar, dada la cuantía de la diáspora dominicana (solo en Estados Unidos viven más de un millón de dominicanos). Más de 100 000 candidatos se presentaron a esta disputa.

Aunque lamentables, eran previsibles las confrontaciones surgidas en algunos puntos del país —seis muertos y decenas de detenidos— entre personas que protestan por la lentitud de los resultados.

EL FUTURO DEL GOBIERNO DEL PLD

Medina continúa en su cargo en un país antes dependiente solo del turismo y la producción azucarera, pero que en los últimos tiempos mantiene una diversificación de sus renglones productivos y de servicios, (zonas francas, remesas, inversión extranjera y exportaciones de bienes, particularmente agrícolas y mineras).

El primer trimestre de este año, la pequeña nación caribeña —que comparte la isla La Española con Haití— creció un 6,1 %, cifra que quizás no pueda mantener el resto del 2016, dados los vaivenes de la economía capitalista mundial.

El PNUD califica a Quisqueya de economía pequeña y abierta que mantuvo una tasa de crecimiento promedio anual en los últimos 15 años de 5,4 %, lo cual no significa que la distribución de la riqueza sea igual para todos, un grave problema que se presenta como tema pendiente en la agenda gubernamental.

Una nota publicada por la cadena multinacional Telesur indica que el 20 % de la población más rica se queda con el 50 % de las riquezas nacionales.

En República Dominicana viven 9 445 281 personas en una superficie de 48 442 km².

Sus playas y bellezas naturales son reconocidas como de las más buscadas por el turismo internacional y muchos residentes en esas áreas buscan su sustento con trabajos informales, que van desde la venta de cremas para la piel hasta el trenzado del cabello al estilo africano.

El Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo informó que el 35,8 % de los dominicanos sufría en 2014 de pobreza general, y la pobreza extrema era de 7,9 en igual período.

Aunque el gobierno de Medina creó 174 202 empleos, la mayoría de ellos son informales, mientras el desempleo general se ubica en 13,3 % de la fuerza laboral activa.

También el gobierno quisqueyano deberá encontrar una solución definitiva a la legalización de la fluida emigración haitiana, que huye de la miseria y el desequilibrio de su país en busca de prosperidad. Haití es la más pobre nación de América Latina y El Caribe, ahora además en un limbo político.

Para el reelecto mandatario, que llevó adelante algunos programas sociales importantes, —como la campaña de alfabetización nacional— se abren nuevos retos. El más importante de ellos quizás es el de seguir mejorando la calidad de vida de sus coterráneos.

Aunque sea con magnificas intenciones, a Medina le resultará imposible rozar siquiera los intereses de los capitalistas dominicanos e inversionistas extranjeros.

Los quisqueyanos no olvidan que son pieza preciada para Estados Unidos, que en dos oportunidades invadió ese país —1916 y 1965— y que no dudaría un instante en una nueva intervención armada si solo sospecha que el reelecto mandatario puede alterar sus intereses. No hay problemas. Nadie menciona que al presidente le interese hacerlo.


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Clara Lídice Valenzuela García

Periodista


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