Sintomático que hace apenas unas horas, un “perro viejo” del matrerismo expansionista norteamericano, el ex secretario de estado Henry Kissinger, aconsejase a USA y al resto de Occidente apurar “una solución negociada” al conflicto bélico que han desatado contra Rusia en Ucrania, de manera de evitar un nada prometedor “nuevo equilibrio de fuerzas” en el Viejo Continente.
Lo dice el “zorro” que urdió el golpe de estado del 11 de septiembre de 1973 en Chile y devino en una larga dictadura fascista, y el funcionario clave que debió suscribir la traumática derrota oficial militar norteamericana en Vietnam. En pocas palabras, un “cerebro gris” que, no obstante, siempre ha intentado nadar en aguas turbulentas sin mojarse demasiado las vestiduras.
Y en puridad no se trata de una recomendación chocha y descartable. Kissinger se huele y sabe que la jugada de enojar al Oso Misha no va a salir bien, y que, aficionados entusiastas al ajedrez, los rusos no pasaron la frontera ucraniana sin valorar a fondo todo cuanto de bueno o malo podría ocurrir en el tablero… y lo están asumiendo y ejecutando a píe juntillas, sin prisa, pero sin pausa.
Y a estas alturas es evidente que Washington y sus maleables y obedientes aliados de la OTAN, o menospreciaron a Moscú, o vieron lo que no existe… y el precio puede serles bien caro.
De hecho, Rusia acaba de cerrar, con una sonada rendición enemiga, el capítulo de los neonazis glorificados que decían resistir a la “bestia oriental” en la siderúrgica de Mariupol, mientras que su cohetería hipersónica y sus medios aeroespaciales y navales dan cuenta a diario y a distancia de buena parte de la cuantiosa e ininterrumpida ayuda militar norteamericana y euro occidental a Kíev, una “contribución” que, según los comprometidos “ya rebasa los límites posibles”.
- Consulte además: ¿El “Stalingrado”occidental en Ucrania?
Por demás, con el demoledor golpe a los ultranacionalistas y xenófobos del Batallón Azov, sus victoriosas operaciones de apoyo a los independentistas del Donbas, el control del Mar Negro, la toma reciente de Mariupol y Jerson, y la intangibilidad de Crimea, entre otros avances ya consolidados, es evidente que la división política de la Ucrania del golpe fascista de 2014 está por cambiar a tono con la posibilidad de concretar las aspiraciones de sus diversas poblaciones.
Por otro lado, la marcha hacia el Este de la OTAN, que algunos quieren presentar como “plan único e indivisible” entre amo y siervos, parece que dejará más pérdidas que satisfacciones estratégicas.
Así, decisiones ininteligibles y cuestionables como abandonar —en aras de la confrontación— una larga historia de neutralidad y equilibrio constructivo entre naciones del Noreste europeo y Rusia, solo han implicado que Moscú se vea obligado a colocar bajo la mira militar a espacios geográficos y gentes que hasta hace horas vivían bajo cielos despejados, y que estudie adelantar sus fuerzas sobre las divisorias comunes como natural e inevitable medida de seguridad.
Al final, y es un criterio ya bastante extendido entre quienes abordan estos temas, si las cosas siguen como pintan hasta el preciso instante en que se escriben estas líneas, (literalmente hablando y por muchas razones) todo indica que en el tema de Ucrania y sus derivaciones no es precisamente Rusia la que lleva todas las de perder ni mucho menos… si no, tiempo al tiempo…
Laura
28/5/22 10:16
Felicitaciones al periodista, Néstor Núñez que en breves párrafos, a mi juicio, ha proyectado el futuro desenlace de este mal intencionado conflicto del Gobierno de las EEUU y sus acólitos de Europa, al final, los que pagan son los pueblos.
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