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lunes, 18 de noviembre de 2024

Puerto Rico en su soledad

Donald Trump demora ayuda a los boricuas azotados por huracanes...

Clara Lídice Valenzuela García en Exclusivo 30/09/2017
1 comentarios
Desastre en Puerto Rico-huracán María
Destrozo dejado por el potente huracán María.

Puerto Rico, la isla del Caribe que figura como un Estado Libre Asociado (ELA) de Estados Unidos, fue arrasada el pasado día 20 por el huracán María, categoría 4, que mató allí a 16 personas sin que hasta ahora se concrete la ayuda de su poderosa metrópolis en correspondencia con la magnitud de la tragedia.

Quizás el próximo martes el presidente Donald Trump asome su nariz por San Juan para conocer el destrozo dejado por el potente meteoro y para supervisar, dijo un vocero oficial, la respuesta militar a la crisis humanitaria existente en ese pequeño país de 3,3 millones de habitantes, que carecen de electricidad, agua potable, médicos, y hasta de un lugar donde protegerse, pues es suelo arrasado.

A solicitud del gobernador Ricardo Roselló, 38 años, Trump declaró a Puerto Rico “zona de desastre natural”, al considerar el destrozo de 54 de los 78 municipios del ELA, muchos de ellos aún sin comunicación con la capital. Días antes, la punta norte del territorio insular sufrió el paso del huracán Irma, de categoría 5, y 56 680 personas quedaron entonces a oscuras y sin agua potable.

Informaciones de prensa procedentes de San Juan, la capital, indican la desesperación de quienes permanecen en el territorio, sin poder trasladarse a Estados Unidos, y sin que la ayuda del gobierno federal aparezca a la velocidad que requieren las circunstancias.

Aunque la Agencia Estadounidense para el Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés) prometió ayuda para los millares de desamparados —todavía no hay cifras oficiales—, en su lugar el Departamento de Defensa norteamericano envió personal militar para crear un centro de operaciones dirigido por el general de brigada Richard Kim.

En medio de la tristeza de una población sin energía eléctrica —y cuya restitución puede demorar hasta seis meses—, agua potable y servicio telefónico, lo cual impide la comunicación con familiares; los soldados norteamericanos ocuparon los principales hoteles de la capital con el pretexto de garantizar un supuesto plan de reconstrucción de la isla, afirmó la agencia noticiosa Prensa Latina.

En Estados Unidos, y debido a la crisis económica en el territorio insular, viven alrededor de cinco millones de emigrantes puertorriqueños,  un 10 % de la comunidad hispana de ese país, quienes envían remesas a sus familiares como ayuda para la subsistencia.

El desempleo afecta este 2017 a un 10 % de la población económicamente activa, lo que incide de manera negativa en los deprimidos indicadores financieros de los últimos años en esa colonia norteamericana desde 1898. Estimaciones oficiales juzgan que la mitad de los boricuas viven en pobreza.

EL PLAN DEL GENERAL KIM

De acuerdo con el general Kim, subdirector general de operaciones para el Comando Norte, un barco de la Armada norteamericana, el USS Kearsarge, debe llegar a puerto de Borinquen con ayuda, la primera de importancia en casi dos semanas, aunque, aclaró, los puertos están en pésimas condiciones. Se supone también, según Prensa Latina, que el buque hospital USNS Comfort arribe en los próximos días.

Los ciudadanos de Puerto Rico carecen de los derechos civiles de los norteamericanos, entre ellos la participación en elecciones presidenciales de la potencia norteña. Es decir, que aunque Trump desembarque en San Juan, ninguno de los habitantes de la ahora desolada tierra, llamada antes “la isla del encanto”, puede considerarlo su presidente y es muy probable que, dada su ideología supremacista, tampoco él estime a los mestizos puertorriqueños como legítimos ciudadanos de la Unión.

El mandatario ha recibido críticas de distintos sectores estadounidenses, incluso de congresistas, ya que solo se refirió a la tragedia puertorriqueña cinco días después de que María arrasara su colonia del Caribe. Y a través de la red Twitter, como es habitual en su gobierno, llamado “el de las redes sociales”.  

Reportes de viajeros que van llegando a territorio norteamericano indican que la pobre recuperación corre hasta ahora por los propios afectados, obligados a acudir a los ríos para bañarse y lavar la ropa, recoger agua para beber, en tanto limpian las carreteras y reparan lo que quedó de sus hogares. La gasolina se vuelve un artículo de lujo, ya que solo se venden 20 dólares por vehículo, luego de varias horas de fila ante los centros de expendio.

No hay tampoco comida en Puerto Rico. Solo este jueves el gobierno federal suspendió por diez días la Ley Jones, que prohíbe que atraquen en sus puertos barcos con banderas de otros países, lo que impide la llegada de ayuda humanitaria, como las ofrecidas, entre otros, por Venezuela. Unas 24 horas antes de que se exoneraran las restricciones del dictamen fechado en 1920, varios legisladores pidieron fuera por un año. Trump declaró a los medios que “pensaba en ello”, pero que había “un montón de cargadores y mucha gente de la industria del transporte marítimo que no quiere que se levante la Ley Jones”.

Tampoco los aeropuertos funcionan de manera normal, vía por la que las agencias federales podrían trasladar comida y agua desde el continente.  

UNA ISLA QUEBRADA

En cuanto a la recuperación isleña, el gobernador Ricardo Roselló y la Comisionada Residente Jennifer Jones afirmaron que solicitarán a Washington una alta cantidad de dinero de asistencia federal, lo cual será uno de los temas a analizar con el presidente durante su eventual visita.

Las pérdidas económicas podrían estar entre 34 000 y 72 000 millones de dólares, según estima la firma AIR Worldwide; a lo cual debe agregarse la deuda de 120 000 millones de dólares a los acreedores y al escape de 50 000 millones en el fondo de pensiones.

En uno de sus twitts, el multimillonario Trump recordó las deudas de la isla con Wall Street y los bancos. “Tristemente, deben cumplir con ello”, sin que asomara la mínima posibilidad de un arreglo financiero en momentos caóticos como los que vive el ELA.

A este panorama poco alentador se une la destrucción de la economía agrícola, ya que un 80 % de los cultivos de viandas, café y hortalizas fueron arrasados, dijo el Departamento de Agricultura.

Para tratar de justificar la demorada respuesta de Estados Unidos hacia un territorio que considera de su propiedad, Roselló habló —y muchos se han burlado de sus palabras— sobre lo difícil que es llegar a una isla situada 1600 kilómetros al suroeste del continente.

Nadie se cree el cuento. Los críticos del exagente inmobiliario devenido presidente del país más poderoso del planeta reclamaron el envío de asistencia federal a Puerto Rico, incluido el portaaviones USS Lincoln, que viabilizó la recuperación de Miami  luego del paso del huracán Irma.

En  una misiva pública a Trump, 145 congresistas demócratas pidieron su colaboración con la protección de los ciudadanos estadounidenses residentes en el ELA, que enfrentan, indicaron, una crisis humanitaria muy grave,  entre ellos ancianos y niños desprotegidos ante el fuerte calor y la carencia de medios elementales para la subsistencia.

A la tragedia de la naturaleza se une la bancarrota en que está sumido el gobierno local. Por su condición de ELA, la isla no puede acceder al rescate financiero a que tienen derecho los Estados de la Unión Federal.


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Clara Lídice Valenzuela García

Periodista

Se han publicado 1 comentarios


Cubano de a pie
 5/10/17 15:46

Puerto Rico no esta sola muchos paises han expresado su disposicion, algunos aunque tengan poco, pero sus barcos no pueden entrar porque segun el Jones Act todo lo que se lleve a LA COLONIA DE PUERTO RICO hay que darse a su metropoli ( USA) para que los barcos de esa nacion lo transportwn, tengan que pagerle el flete y los impuesto.

Parece que tienen pobre memoria y no se acuerdan  que ellos fueron colonia y se liberaron. Ahora van contra lo que ellos sostenian porque no le dan admision  en USA con todos lo que tiene que tener un ciudadano o la independencia.

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