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viernes, 15 de noviembre de 2024

Paso libre

Gran Bretaña está casi lista para solicitar formalmente su salida de la UE, pero...

Néstor Pedro Nuñez Dorta en Exclusivo 15/03/2017
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Brexit, Reino Unido
Todavía siguen las especulaciones en torno a lo que costará a la UE la pérdida de un socio importante dentro del Viejo Continente.

En efecto, con la adopción por el parlamento británico del proyecto de ley correspondiente, la primera ministra Theresa May tiene finalmente abiertas las puertas para presentar a la Unión Europea la solicitud oficial destinada a ejecutar el retiro de Gran Bretaña de esa entidad integracionista.

May tiene planeado elevar la petición este mismo mes, y solo esperaba por la votación de los legisladores, demorada porque algunos sectores deseaban aprobar antes un grupo de garantías para los ciudadanos de las naciones de la Unión Europea (UE) radicados desde hace años en suelo británico, una vez consumada la separación.

La jefa de gobierno deberá invocar ahora el artículo 50 del Tratado de Lisboa para la salida oficial del país de la Unión Europea, según indicó el diario londinense The Guardian.

Como se recordará, los votantes británicos dieron el Sí a la separación con respecto a los mecanismos comunitarios del Viejo Continente en referéndum realizado sobre el particular tiempo atrás. Según se dijo entonces, era la respuesta a las reticencias históricas de Londres en torno a la UE, a la que algunos consideraban una “alianza demasiado rígida” para el gusto de los políticos ingleses. De hecho, Gran Bretaña nunca adoptó el euro como unidad monetaria propia, y mantuvo la libra esterlina como su patrón fiscal válido.

De todas maneras, todavía siguen las especulaciones en torno a lo que costará a la UE la pérdida de un socio tan importante dentro de la región, y lo que a su vez significará para las islas británicas salir de ese mecanismo regional de manera definitiva, toda vez que sus futuras relaciones con la cercana área geográfica tendrán que ser remodeladas casi por completo. Por demás, internamente recién acaban de aparecer nuevos problemas para las autoridades londinenses.

Así, coincidente con la votación parlamentaria y ligada a la evidente materialización del retiro británico de la UE, la ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon, acaba de retomar el peliagudo asunto de la independencia de esa región con respecto a Londres, y se propone organizar una nueva consulta sobre el particular, toda vez que los escoceses permanecen inclinados a no abandonar sus espacios en la comunidad europea.

La dirigente explicó que apelará al parlamento de Escocia para instrumentar el nuevo referendo a fines del 2018 o inicios del 2019, dado el nuevo escenario que suponen el surgimiento y la posible aplicación del Brexit. “En agosto de 2014 —recuerdan textualmente medios de prensa— se realizó en Escocia un referendo similar en el que triunfó la opción del No, por lo que el territorio continuó siendo parte de Reino Unido”.

Sin embargo, una victoria en estas nuevas condiciones, aseguran las mismas fuentes, implicaría ya no solo una división territorial y económica dentro de Gran Bretaña, sino además la existencia de una parte que permanecería ligada a la UE y otra ajena a sus mecanismos.

Escocia, recuerdan los expertos, abarca 32 % del territorio británico, aporta 7,7 % del monto de la economía nacional, y el valor de sus exportaciones suma el 8 % de las del actual país. Luego entonces, una salida podría generar otra nada agradable situación, algo que tal vez no consideraron en un primer momento los impulsores del Brexit. Nada…, esperar para ver.


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Néstor Pedro Nuñez Dorta

Periodista


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