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miércoles, 20 de noviembre de 2024

¿Mambrú se va a la guerra?

Donald Trump privilegia el “tema sirio” en su agenda agresiva...

Néstor Pedro Nuñez Dorta en Exclusivo 12/04/2018
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Donald Trump-Siria-ataque
El presidente norteamericano vuelve a dar otro “ti-monazo” retórico, y anuncia un ataque inminente a Siria.

Así es. El presidente norteamericano incluso se ausentó de viajar a Lima para la Cumbre de las Américas, porque sus preocupaciones sobre Siria “son de primer orden.”

Su papel como adalid mundial, twitiado con profusión en estos días, se concentra entonces en estar en casa, detrás de su amenazante ordenador, cavilando qué hacer con un “animal” como el presidente sirio Bashar el Assad (según escribió uno de sus más recientes mensajes) “culpable de otro ataque tóxico contra civiles”, esta vez en la ciudad de Duma.

Por supuesto, en esta campaña personal, el jefe de la Casa Blanca desconoce deliberadamente que la Organización para la Prohibición de Armas Químicas certificó hace muchos años que Siria no posee tales artefactos y que ahora incluso, con el beneplácito de los presuntos “asesinos”, se ofrece a investigar realmente lo sucedido en Duma.

Tampoco habla el peculiar twitero de como los terroristas obtienen materiales tóxicos a manos llenas de los que hoy, dígase Washington, sus aliados de la OTAN, Israel y las satrapías árabes, claman por “vengarse” de Damasco.

De hecho, y como parte de la alharaca anti siria, el Pentágono despachó desde Chipre hacia aguas sirias al destructor USS Donald Cook con misiles Tomahawk a bordo, los mismos que una vez intentaron  hacer trizas una base aérea siria y, según la prensa, fueron neutralizados en su inmensa mayoría por los misiles defensivos rusos dislocados en el área de conflicto.

Defensa, vale reiterar, que ha sido activada y puesta en máxima alerta en todas las instalaciones militares del ejército nacional sirio, y en aquellas de Rusia, Irán y el Hizbolá libanés que participan -con plena anuencia oficial siria- en la lucha local contra los terroristas alentados, entrenados, armados y pagados desde el exterior.

Por demás, indicaba una reciente nota de prensa, “la flota rusa en el mar Negro ha declarado que está también en alerta” ante un posible intento de ataque extranjero contra Siria.

Se trata de los buques que más de una vez alcanzaron cuarteles y agrupaciones de tropas del derrotado Estado Islámico en suelo sirio con tiros de misiles que debieron recorrer con total precisión cientos de kilómetros hasta batir sus blancos previamente seleccionados.

No obstante, como en los días de sus consuetudinarias diatribas contra Corea del Norte, y colocando opciones militares a la luz pública (algo que sorprende y que han criticado los propios mandos norteamericanos) Trump ha llegado a amenazar por vía digital a Moscú de que “bonitos e inteligentes” cohetes Made in USA pueden tomar de blanco a  las instalaciones bélicas rusas estacionadas en Siria.

Una irresponsable mofa verbal a la que la embajada rusa en Líbano respondió subrayando que todo misil que ataque a Siria será derribado de inmediato, y que la repuesta defensiva no dudará tampoco en batir las lanzaderas enemigas.

En pocas palabras, que el presidente norteamericano vuelve a dar otro “timonazo” retórico, de declarar días atrás que sacaría sus tropas de Siria, a querer barrerla del mapa en sus mensajes más recientes, llevando más lejos aún la posibilidad y los riegos de un conflicto directo con Rusia, tan potencia nuclear como los Estados Unidos.

De manera que Mambrú debería sentarse a pensarlo más de una vez (si conoce ese ejercicio), antes de decidirse a alentar una agresión contra Siria, que más que el “castigo a un animal”, hiede a impotencia y rabieta porque uno de sus más apetecidos bocados mesorientales se le escurrió entre los dientes con el apoyo decisivo de más de un “renegado” global.


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Néstor Pedro Nuñez Dorta

Periodista


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