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miércoles, 6 de noviembre de 2024

Lo de nunca acabar

Huérfana de gobierno, la política en España transita por escándalos y prolongadas discusiones...

Néstor Pedro Nuñez Dorta en Exclusivo 20/02/2016
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Mientras la sociedad española vive aún agobiaba por los coletazos de la crisis económica de los últimos seis años y un desempleo que asfixia a veinte por ciento de su fuerza de trabajo, en el escenario político siguen pesando las derivaciones de los escándalos de corrupción y la falta de acuerdos para concretar gobierno.

En efecto, el más reciente suceso originado por los malos manejos financieros con los cuales desde hace un buen tiempo se responsabiliza al Partido Popular (PP) y a su máxima jefatura, ha sido la sorpresiva renuncia de la veterana derechista Esperanza Aguirre a la presidencia de esa agrupación en Madrid.

La dirigente, que se cuidó muy bien de no reconocer estar implicada en el desfalco de fondos que se atribuye a varios de sus pares del PP, precisó sin embargo que no cumplió cabalmente su responsabilidad política ante tales desmanes, por tanto se abstendrá de mantenerse en su puesto.

La sede del PP en la capital española fue registrada minuciosamente por la policía como parte de una “investigación sobre presunta financiación ilegal” contra uno de sus integrantes y la propia Esperanza Aguirre debió acudir ante una comisión parlamentaria que indaga sobre tales hechos de corrupción.

En un país donde las acciones corruptas oficiales ya constituyen la segunda preocupación ciudadana, luego de la falta de empleo, la renuncia de Aguirre ha incentivado el criterio generalizado de que el actual jefe de gobierno y presidente del PP, Mariano Rajoy, debería hacer lo mismo.

Mientras, Pedro Sánchez, máxima figura del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), y encargado por la corona de formar gobierno luego de las elecciones generales del 20 de diciembre último, parece enfrentado a un empeño que aún no atisba su final.

Su agrupación ha creado una agenda que está en discusión entre cinco de los partidos representados en el Parlamento y hasta se habla de avances en las negociaciones con algunos de ellos, como Izquierda Unida.

Sin embargo, todo indica que en el caso de Podemos, liderado por Pablo Iglesias, las exigencias de este último para formar coalición resultan “exageradas y hasta inaceptables”, según algunos medios de prensa y dirigentes del propio PSOE.

Iglesias ha planteado, añaden las fuentes, que para sumarse al gabinete en formación debe aplicarse un referendo en Cataluña destinado a que su población decida si quiere ser independiente, medida rechazada de plano por el PSOE y por el movimiento Ciudadanos, otro de los posibles integrantes del gobierno en ciernes.

Además, se dice que Podemos aspira a una vicepresidencia de amplias prerrogativas y al control de los ministerios relacionados con la información, la comunicación y las labores de seguridad, amén de proponer un cambio institucional que borra, fusiona y crea nuevas carpetas.

Una actitud que el vocero del PSOE en el legislativo, Antonio Hernando, tacha de “pérdida de tiempo”, toda vez que, a su juicio, el asunto ahora “no es competir, sino dialogar para materializar el cambio que requiere la sociedad española”, aun cuando -apuntan analistas- el Partido Socialista Obrero Español no es ajeno al desajustado cuadro nacional como agrupación que ha alternado históricamente en el gobierno con el PP.

De manera que por esas aguas procelosas discurre la labor de Sánchez para que España, de una buena vez, rebase la actual crisis de conducción oficial, tarea que, como se aprecia, resulta compleja, enmarañada y aún no exenta de vérselas con un fracaso.


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Néstor Pedro Nuñez Dorta

Periodista


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