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miércoles, 20 de noviembre de 2024

La derecha vuelve en Paraguay. El polémico perfil de un presidente

El Partido Colorado nuevamente al poder aunque con un margen muy estrecho de diferencia frente a su rival la Alianza Opositora Ganar...

Jose Valentín Rodríguez Pérez en Exclusivo 25/04/2018
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Mario Abdo Benítez-Presidente de Paraguay
Mario Abdo Benítez, ganador por apretado margen se instala al frente de los destinos de la nación del cono sur por los próximos 5 años. (Foto: Mario Valdez).

Un ultraconservador de peligrosa descendencia ha llegado al poder en Paraguay como resultado de las elecciones generales celebradas el pasado domingo 22 de abril. Mario Abdo Benítez, ganador por apretado margen se instala al frente de los destinos de la nación del cono sur por los próximos cinco años.

Desde que terminó la dictadura de Juan Alfredo Stroessner (1954-1989), todas las elecciones presidenciales menos una fueron ganadas por el Partido Colorado, de corriente de derecha. Esta intentó ser diferente pero no lo logró, volvió la derecha nuevamente. Ahora un hijo del stronismo gobernará un país repleto de desigualdades y donde los nativos son personas de cuarta categoría.

Mario Abdo Benítez, venció con un 46,47 % de los votos, contra el 42,72 % de Efraín Alegre, equivalente a 94 000 sufragios. El triunfo Colorado por 3,75 puntos de ventaja fue el más ajustado desde 1993.

Paraguay, que salió de 35 años de dictadura en 1989, vive bajo la hegemonía del Partido Colorado desde hace 70 años, con la sola excepción del gobierno del exobispo y expresidente izquierdista Fernando Lugo (2008-2012), quien fue destituido en un juicio político un año antes de completar su mandato. El dictador Stroessner hizo del Colorado su partido y fue también el Colorado el que dibujó la transición democrática, sin perder su carácter de fuerza de derecha conservadora pero con llegada a las capas populares.

El próximo mandatario paraguayo es apodado “Marito” para diferenciarlo de su padre, quien fuera secretario privado del dictador, que se llamaba también Mario. Nacido en 1971, estudió Marketing Político en Estados Unidos y en Paraguay recibió una formación militar que culminó con los títulos de subteniente de aviación de reserva y paracaidista. Mario Abdo dividió posteriormente su vida entre la militancia y los negocios, teniendo en su haber ya una considerable fortuna heredada de su padre. Pero no solo heredó sus millones. Durante toda su carrera, el político nunca ocultó su simpatía por la gestión de Alfredo Stroessner, y no reivindicó abiertamente la época de la dictadura, pero se abstuvo de repudiar los abusos cometidos por la dictadura militar más larga que ha vivido la región, que incluyeron violaciones, desapariciones forzadas y detenciones arbitrarias.

Sin embargo, de cara a las elecciones, "Marito" dio marcha atrás en sus convicciones y rechazó las críticas por la cercanía de su familia con Stroessner.

Llegó a ser vicepresidente del Partido Colorado y presidente del Senado y desde allí construyó la disidencia interna que le terminó por arrebatar la candidatura en estas elecciones al delfín del mandatario Horacio Cartes, Santiago Peña. Su ruptura con Horacio Cartes le sirvió para posicionarse ante muchos electores descontentos con la gestión del actual presidente, a quien algunos responsabilizan por la profundización de la pobreza que afecta a casi uno de cada tres paraguayos. El representante del Partido Colorado reiteró en su campaña su compromiso con la democracia, en un intento por despegarse de su vínculo con la dictadura. Abdo Benítez pertenece a la facción del partido más conservadora que aquella a la que pertenece el presidente saliente, Horacio Cartes. Su elección llega después de transiciones de poder en Argentina, Brasil y Chile, donde líderes conservadores o de centroderecha han llegado al poder.

La dictadura es una idea abstracta para muchos votantes en el Paraguay de casi siete millones de personas, donde la edad media es de 25 años en la que, Abdo Benítez claramente sacudió a los jóvenes liberales.

Abdo Benítez ocupará a partir de agosto, cuando sea investido, la Presidencia de Paraguay los próximos cinco años junto a Hugo Velázquez, ex presidente de la Cámara de Diputados y vicepresidente electo del país, estará hasta agosto de 2023, sin posibilidad de reelección.

Con la victoria de Abdo no se perfilan senderos de solución estructurales para los problemas de fondo que sufre Paraguay desde el siglo pasado: pobreza, precariedad de servicios públicos, informalidad y débil combate e impunidad a la corrupción. Con juventud y con un vínculo familiar muy atado al legado de Stroessner y con el control de las tuberías internas del omnipresente Partido Colorado, se enfrenta al gran desafío de gobernar un país que crece económicamente pero que distribuye la riqueza en favor de una minoría.

En política exterior no se perfilan cambios, se mantendrá la hostilidad contra la revolución bolivariana y hacia Cuba se mantendrá el actual bajo perfil de las relaciones bilaterales.

Hoy el panorama muestra la existencia de dos Paraguay: el de la extrema riqueza y de la alta pobreza. Hay 100 000 indígenas totalmente abandonados, sin políticas públicas que los favorezcan en nada. La pobreza está lejos de desaparecer.

La derecha se instala en el poder y la sombra de Stroessner parece deambular por el país al ser elegido un hijo de un cercano colaborador del dictador.


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Jose Valentín Rodríguez Pérez

Periodista y analista político


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