El tenso proceso electoral peruano entrará hoy en una jornada de incertidumbre sobre la realización de actos de cierre de campaña por el balotaje presidencial, para lo cual los contendientes escogieron el mismo lugar.
Tanto el equipo de campaña del izquierdista Pedro Castillo como el de la neoliberal Keiko Fujimori programaron para este jueves mítines finales en el último día en el que está permitido hacerlo, ambos en la céntrica Plaza San Martín.
Ante la situación, tanto el Ministerio del Interior como la Municipalidad de Lima anunciaron que no autorizarán esos actos y la Policía mantiene cercada la plaza desde anoche.
El ministro del Interior José Elice dijo que su despacho preveía dar garantías de seguridad para actos breves y ordenados e invocar que los manifestantes cumplan las medidas de prevención, ante el riesgo de contagio de Covid-19, pues el país se encuentra en emergencia sanitaria.
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Sin embargo, el hecho es que las dos fuerzas políticas cuyos candidatos disputarán la Presidencia el domingo próximo escogieron la citada plaza, lo cual conlleva el riesgo de enfrentamientos y daños personales.
Por ello, dijo, 'se ha decidido prohibir el uso de la Plaza San Martín y hemos puesto a disposición al Ministerio del Interior para mediar' entre los dos partidos para que cada uno realice su cierre de campaña en otro lugar.
Mientras se busca solución al problema, el candidato Castillo se reunió con la dirigencia del Colegio de Enfermeras, que le planteó sus reivindicaciones profesionales, mientras él le entregó el plan de vacunación contra el coronavirus SARS-CoV-2, causante de la Covid-19, que proyecta aplicar si gana la elección.
También recibió a familiares de las víctimas de la matanza de nueve alumnos y un profesor de la Universidad Nacional de Educación, conocida como La Cantuta, perpetrada por militares bajo el gobierno de Alberto Fujimori (1990-2000), padre de la candidata y condenado a 25 años de cárcel por ese y otros crímenes.
Los parientes pidieron la búsqueda de los restos de las víctimas y una política más intensa de derechos humanos y de memoria sobre las violaciones de los mismos bajo aquel gobierno.
Keiko Fujimori, por su parte, viajó a la norteña ciudad de Chiclayo, donde reiteró su discurso anticomunista y sus ofertas de dinero y medidas a favor de los pobres, en el afán de sumar votos para ganar la Presidencia.
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