El seguimiento de los comicios norteamericanos destinados a nominar a los candidatos presidenciales de Republicanos y Demócratas para la lid de noviembre es lo más parecido a prestar oídos a un juego de béisbol.
Ining tras ining eleccionario, los que insisten en enterarse de lo que sucede son testigos de marchas, contramarchas, caras sonrientes que luego se tornan adustas o viceversa, y hasta estadísticas que nada tienen que envidiar al cuasi eterno sube y baja de los promedios al bate, o de las carreras limpias y sucias permitidas por los lanzadores.
Así, por ejemplo, en el caso del Partido Demócrata, el liberal Bernie Sanders insiste en hacerle difícil calzarse el zapato a su contrincante Hillary Clinton, y este último martes se anotó la victoria en las primarias realizadas en Virginia Occidental, lo que le dio un nuevo impulso en el intento por desbancar de la preferencia a la ex primera dama y ex secretaria de Estado.
Según Sanders, que pierde de todas forma frente a la Clinton por una diferencia de tres millones de votos y 283 delegados a la convención partidista, todavía no hay nada definido, y apoya su criterio en el hecho de que donde sí supera a la aspirante es en la intención de voto nacional, en caso que tuviera que medirse con el republicano Donald Trump en los comicios presidenciales.
Ello, explica el equipo del legislador liberal, podría conducir a un cambio en las decisiones de la Convención Demócrata, que tendría que elegir entre un aspirante con buenas posibilidades de ganar la oficina oval, o una Clinton que podría ceder frente a un candidato opuesto que se considera una suerte de “revelación política” por no pocos votantes.
Con todo, los colaboradores de quien podría ser la primera mujer presidenta en la historia de los Estados Unidos, ya empezó a hacer presión con vistas a la disputa presidencial de noviembre, dando como casi seguro que Sanders no podrá remontar la diferencia que hoy le separa de Hillary Clinton.
Por su parte, Donald Trump, aún enfrentado al disgusto que sus maneras producen en la cúpula republicana, parece convencido de que llegará incólume a la nominación por ese partido, y decidió incluso integrar un grupo de trabajo que le ayudaría a organizar gobierno y elegir a los futuros miembros de su gabinete, de proclamarse vencedor en noviembre.
Trump ganó este martes las primarias en Virginia Occidental y Nebraska, y prepara el terreno para la disputa en Ohio y la Florida, donde, según las encuestas, comparte un empate técnico con la Clinton en las preferencias locales, cercano a 40 % de los votos cada uno.
Por otro lado, ya algunos analistas iniciaron la divulgación de criterios en torno a quién sería un mejor presidente entre Trump y la ex primera dama, y mientras no pocos insisten en los dislates del republicano durante su campaña, otros recuerdan que la Clinton tuvo serias pifias al frente de la política exterior nacional, e incluso llegó a actuar en ocasiones como una neta ultraconservadora.
En esa cuerda también hay quienes explican que tal vez en materia de relaciones externas una mente de “empresario” como la de Donald Trump podría ser menos rígida y más pragmática que la de un político de carrera, lo que le ahorraría al país no pocos apuros y encontronazos internacionales, y concentraría el esfuerzo mayor en enderezar el retorcido derrotero interno.
Mirror
14/5/16 8:35
Como dice el actor Michael Douglas obre Trump, "este hombre es impredecible", para míi es un loco que está moviendo mucho dinero para que lo elijan, pero considero que no tiene lo que tiene que tener un presidente: CORDURA.
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