España va para casi nueve meses sin una administración central debidamente instituida, lo que ya resulta un penoso récord que muy pocos en el mundo desearían emular.
Después de dos elecciones generales, ninguna de las fuerzas políticas adversarias ha logrado la mayoría legislativa necesaria como para hacerse cargo del gobierno nacional, ni tampoco establecer las alianzas que se lo viabilicen.
De manera que para algunos, una tercera vuelta comicial ya no sería solo una lejana proyección, sino una posibilidad casi tangible, por lo menos hasta el instante en que se escriben estas líneas.
Mientras, el presidente español aún en funciones y jefe del derechista Partido Popular, PP, Mariano Rajoy, que acumula una mayoria simple en el parlamento, parece decidido a arriesgarse a una primera consulta legislativa para fines del presente agosto, luego de haber accedido a las peticiones de la agrupación Ciudadanos a cambio de su colaboración en el intento de retomar La Moncloa.
En efecto, el máximo dirigente de Ciudadanos, Albert Rivera, así lo hizo constar públicamente, y justificó su alianza con Rajoy con el pretexto de restablecer de una buena vez la normalidad política nacional.
De todas formas, ni con los votos de los diputados de esa agrupación de centro derecha tendría todavía el líder del PP la posibilidad de acceder otra vez a la jefatura del gobierno, por lo que la actitud de la izquierda, y con mayor peso del Partido Socialista Obrero Español, PSOE, la segunda fuerza parlamentaria, resulta clave en la solución del actual desaguisado institucional.
El vórtice del problema radica precisamente en que Pedro Sánchez, máxima figura socialdemócrata, ha asegurado que no apoyará jamás a Rajoy, y que si el PP desea parmanecer en el gobierno, entonces que procure las alianzas pertinentes con aquellos que se traguen su programa.
Para Sánchez, no habrá votos ni otras decisiones del PSOE que favorezcan la reelección de Rajoy, y si esto último sucediera, entonces su organización haría resistencia en las Cortes a los programas antipopulares tan constantes en el accionar oficial del PP.
Mientras, el propio líder del PSOE y otros personajes políticos españoles, se refirieron con suspicacia a la decisión de Rajoy de presentar su propuesta de investidura a fines de agosto, lo que implicaría que, de no aceptarse, y a tono con las leyes nacionales, la tercera ronda electoral se realizaría el 25 de diciembre próximo, es decir, a casi cuatro meses de distancia, lo que implicaría que España sumaría entonces más de un año de carencia de un poder ejecutivo renovado en las urnas.
Un lapso donde, además, el PP, en funciones al frente del Estado, podría tener mayor capacidad de maniobra y apelar a no pocas campañas demagógicas y de orden mediático que le hagan clavar pivotes favorables en el seno de una población cada vez más harta de batallas verbales y dilaciones inacabables en materia de institucionalidad política.
Elpreguntón
24/8/16 19:03
¿Y por qué el sistema capitalista no ha resuelto este asunto en la Madre Patria? ¿será que no puede? ¿Qué quiere decir PSOE? ¿Si es socialista podría tratar de construir el socialismo en España?
Términos y condiciones
Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.