Los comicios primarios del último martes en los Estados Unidos no han hecho otra cosa que seguir generando los más disímiles criterios y disquisiciones sobre los futuros candidatos a la presidencia del país.
Del lado demócrata, en el que algunas fuentes suelen insistir en que la ex primera dama Hillary Clinton resultará finalmente la aspirante a la Casa Blanca, su actual oponente partidista, Bernie Sanders, se adjudicó sendas victorias en las parciales de Kentucky y Oregón disputadas hace apenas horas, lo que le hizo repetir que seguirá en campaña hasta el final.
Cierto que la Clinton todavía supera a Sanders por 300 delegados a la Convención Demócrata y además cuenta con el apoyo de la élite de esa agrupación; no obstante, el aspirante liberal asegura que todavía tiene posibilidades de soliviantar esas barreras, mucho más cuando, como no se cansa de decir, sería el candidato demócrata que podría imponerse con toda seguridad a un explosivo Donald Trumb, si finalmente el magnate neoyorquino se alza con la nominación republicana.
Y de alguna manera las últimas encuestas podrían apoyar ese criterio, toda vez que en una posible justa presidencial entre Trumb y Hillary Clinton ya se vaticina un empate técnico.
En efecto, según la agencia Reuters Ipso, si la pasada semana la Clinton le ganaba a Trumb por trece puntos, hoy 41 por ciento de los votantes favorecerían a la ex secretaria de Estado, mientras 40 por ciento darían su aprobación al díscolo empresario. Quedarían por definir las tendencias finales de un 19 por ciento de electores que aún permanecen indecisos.
Por otro lado, ciertos analistas indican que mientras en el terreno republicano Donald Trumb es el único aspirante en activo y algunos de sus iniciales detractores ya hablan de un tipo de entendimiento que permita al Partido intentar acceder con fuerza a la Casa Blanca, en el campo demócrata la puja entre la Clinton y Sánders mantiene divididas las fuerzas, lo que podría afectar la pujanza de la agrupación en la batalla por continuar ocupando la Oficina Oval luego de que Barack Obama cese en sus funciones.
De hecho, medios de prensa recogieron la violencia desatada en un encuentro demócrata realizado días atrás en Las Vegas, en el cual los partidarios de Sanders y de la Clinton se profirieron severas amenazas e incluso se lanzaron sillas e intercambiaron golpes en defensa de sus respectivas opciones.
Sin embargo, otras fuentes recuerdan que Bernie Sanders dijo hace algún tiempo que, de ser derrotado por Hillary Clinton la apoyaría frente a las aspiraciones republicanas, al tiempo que fuentes demócratas consideraban como una muy buena fórmula para su boleta a la ex primera dama como aspirante a la Oficina Oval y a Sanders, como su vicepresidente.
Lo cierto es que, hasta ahora, y todavía por medio elecciones primarias importantes como las de California, New Jersey, Dakota y New Mexico, los punteros siguen siendo la Clinton, por los demócratas, y Trumb por los republicanos, sin que aún nadie se atreva a aventurarse en esbozar listas conclusivas.
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