En breves días, el 18 y 25 de julio, respectivamente, los delegados republicanos y demócratas decidirán en sendas convenciones nacionales el dúo de candidatos a presidente y vicepresidente que por cada agrupación optará en noviembre por ocupar la Oficina Oval.
En consecuencia, ya se habla abiertamente de los nombres que tal vez ocupen lugar en las listas junto a los casi seguros aspirantes a líder de la Casa Blanca: la ex primera dama Hillary Clinton, por los demócratas, y el controvertido empresario Donald Trump, por los republicanos.
En el primer caso, hubo cierto adelanto cuando semanas atrás la también ex secretaria de Estado se presentó en público de la mano de la legisladora Elizabeth Warren,a quien se ubica dentro del ala más progresista de su partido, a la altura del ex aspirante Bernie Sanders, que tanta batalla presentó a la Clinton en su camino hacia la nominación.
En aquel acto, la Warren no solo la empredió contra Donald Trump como una “amenaza al país” de asumir la presidencia, sino que además extremó su respaldo verbal a Hillary Clinton, pese que hasta hacía muy poco mostraba notables diferencias con ella.
Sin embargo, la lista de posibles candidatos a vicepresidentes dentro de los demócratas es larga. Despachos noticiosos desde Washington precisan que también aparecen con posibilidades de acompañar a la Clinton, Julián Castro, actual secretario de Vivienda y Desarrollo Urbano, que por su origen podría aportar votantes hispanos a la causa de su partido.
Otros posibles nominados serían el congresista Xavier Becerra, y Sherrod Brown,senador por Ohio, ambos con declaraciones siempre favorables a la candidatura de la ex jefa de Política Exterior.
Tom Pérez, actual jefe del Departamento de Trabajo en el gobierno de Barack Obama y fuerte critico de Donald Trump, también se suma a los listados demócratas que hoy se manejan entre los analistas.
Mientras, desde la orilla republicana, el propio Donald Trump se ha encargado de dar los nombres de aquellos que está considerando como cantera para designar a su compañero de boleta. El primero es el senador por Arkansas, Tom Cotton, exmilitar y con un discurso muy fuerte con relación a la Clinton y a una posible nueva administración demócrata. Cotton, de 39 años de edad, es visto además por muchos republicanos como un buen prospecto para la presidencia en el futuro.
Mike Pence, gobernador número cincuenta de Indiana y miembro de la Cámara de Representantes, es otro de los posibles candidatos a la vicepresidencia, con el cual Trump ha compartido vacaciones familiares en más de una ocasión.
Por último, la lista republicana considera a Joni Ernst, senadora por Iowa, psicóloga, ligada al ala reaccionaria Tea Party, con un máster en Administración Pública, y promotora por un tiempo de trabajos culturales que le permitieron visitar la Unión Soviética. De ella Trump ha dicho que acumula una trayectoria y un trabajo “fantásticos”.
De manera que por el momento este resulta el cuadro con relación al completamiento de las boletas para las presidenciales de noviembre. Listas que necesariamente estarían ya a punto de decantarse, de manera que, tal vez en poco más de una semana, los que acudan a las urnas en los Estados Unidos sabrían al menos los nombres de aquellos que se enfrentarán para asumir las riendas de un país con no pocos problemas y asuntos claves pendientes.
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