¿A la vuelta de la esquina?

Las noticias no son buenas, ni para el terrorista Estado Islámico, EI, ni para las otras bandas extremistas dislocadas en Siria e Iraq, ni mucho menos para quienes crearon a tales grupos, los entrenaron y armaron, y los lanzaron al ruedo como instrumentos de la “remodelación de Asia Central y Oriente Medio” trazada por los sectores hegemonistas globales.

Y es que luego de las recientes operaciones militares en ambos escenarios, las fuerzas de Iraq tomaron el último fortín yihadista en su territorio nacional, en tanto especialistas rusos que siguen el conflicto en Siria aseguran que cerca del noventa por ciento de ese país ya está libre de semejante plaga.

Incluso una reciente noticia indica que las tropas de Damasco, en su avance general, han llegado a situarse frente a los límites de la base militar norteamericana creada ilegalmente en la frontera sirio-jordana y desde donde actúa una sección de la titulada “Coalición Internacional” liderada por Washington, y cuya función básica ha sido bombardear y asesinar a civiles, destruir la ya golpeada infraestructura siria, y proteger a los remanentes del EI que están siendo reubicados apresuradamente en Paquistán con miras a actuar posteriormente en Asia Central.

Se trata de victorias que destacaba precisamente el presidente de la Comisión de Seguridad Nacional y Política Exterior del Parlamento de Irán, Alaeddin Boruyerdi, en un reciente encuentro en Damasco con el mandatario Bashar el Assad.

“La resistencia de Siria, apuntó el alto cargo persa, frustró planes de los Estados Unidos, el régimen israelí y sus aliados de la región” destinados a recomponer el Oriente Medio a tono con sus intereses expansionistas.

Tanto el visitante como Al Assad señalaron el decisivo papel que en la derrota del terrorismo impuesto ha jugado el denominado “Eje de Resistencia” integrado por Siria, Rusia, Irán y el Hizbolá libanés, y cuya actuación en el terreno determinó el giro de las acciones bélicas y el aplastamiento progresivo y continuo de los grupos extremistas.

De hecho, en los últimos días, los ataques rusos con el uso de misiles crucero disparados desde bombarderos estratégicos y submarinos contra los terroristas, devastaron importantes instalaciones de esos grupos, muchas de ellas subterráneas, y según un parte oficial, lograron aniquilar decenas de sus efectivos, entre ellos, al menos siete cabecillas principales de Al Nusra, la versión de Al Qaeda en Siria.

Para Bashar al Assad, la actual situación de la guerra está “a favor del Eje de Resistencia. Los últimos acontecimientos han reforzado el poder y las capacidades del Eje”, aseguró.

En tanto, Rusia ha advertido sobre el nuevo plan del grupo terrorista EI y sus impulsores para enfocar sus actividades en regiones de Asia Central.

Desde el otoño de 2016, ha explicado Moscú, se observa la reubicación de considerables unidades terroristas procedentes de Siria e Iraq en territorio paquistaní, desde donde se realizará su ulterior redistribución.

Es lamentable, precisó la fuente rusa, que las discrepancias políticas azuzadas por los Estados Unidos y el resto de Occidente contra Rusia, estorben la cooperación en la lucha antiterrorista.

En los últimos meses, el Estado Islámico ha sufrido grandes derrotas y retrocesos tanto en Siria como en Iraq, siendo los casos más destacados el desbloqueo de la ciudad de Deir Ezzor, al este de Siria a principios de septiembre, y la liberación de la ciudad de Mosul, considerada la capital extremista en Iraq.

Aquellos terroristas que han logrado huir han sido remitidos a la provincia paquistaní de Waziristán, fronteriza con Afganistán, lo que indica que los hegemonistas no se desentienden de sus brutales ahijados, y pretenden incluso dislocarlos en otras áreas geográficas a la vez que adiestrarlos en nuevas tácticas de combate.