Blanca Rosa Blanco se ha ganado a fuerza de talento un reconocimiento como actriz de la televisión, el cine y el teatro. A su singular belleza y esa sonrisa casi permanente que la caracterizan une expresividad y un desenvolvimiento que hace muy creíble cada personaje que interpreta.
Su obra se mueve en una cuerda amplia y variada. Ha interpretado con coherencia lo mismo a una oficial del Ministerio del Interior en Tras la huella de las noches dominicales veraniegas, a una Carmen bulliciosa en La otra cara de la luna, que a la dulce esposa de Rolando Brito en Páginas del Diario de Mauricio; a la encumbrada y adinerada madre de uno de los adolescentes en Habanastation, ópera primera de Ian Padrón, o a la delincuente Doris en la primera temporada de la telenovela cubana A pleno sol. Cada una de sus actuaciones deja marcas de buen hacer.
Ante la petición de una entrevista para Cubahora respondió de inmediato y de manera muy amable. Llegamos a un acuerdo previo: yo le señalaría frases que le pertenecen y están reseñadas en diálogos anteriores publicados en medios de comunicación cubanos y extranjeros y ella emitiría sus consideraciones sobre cada una. Le gustó la idea, a tal punto que afirmó: “Buena manera de preguntar”.
“La formación es un proceso personal de búsqueda y con los errores se aprende mucho”.
“Lo sigue siendo hasta hoy .Toda la información que acumulas como actriz es la formación en sí. Todas las herramientas conocidas para los que nos dedicamos a formar parte de este juego conforman un proceso individual hasta tanto lo pones en práctica y todo lo aprendido y puesto en manos de quienes manipulan bien o mal este proceso se convierte en otra cosa. De esos errores hablo. A veces llega el responsable de todo con ‘su proceso’, el definitivo, y surge un tercero, tal vez el más cercano al resultado. Pero creo que no deba renunciarse a la búsqueda permanente y que se deba asumir siempre la contradicción como algo que forma parte del proceso de formación”.
“Soy persistente e inconforme”.
“De manera definitiva y no es justamente una virtud, o es virtud y defecto. Soy inconforme por naturaleza e inconforme por la intranquilidad que me provocan las contradicciones. Siempre creo que existen muchas respuestas para toda clase de cosas, no creo en el sí, ni en el no, ni en el nunca, ni en el jamás…. Es doloroso vivir a veces con esa contradicción. Por suerte puedo compensar y aliviarla con otras cosas, y créeme: persisto”. (Risas)
“Intento cambiar algo en la vida de los otros, que es al final lo que más me interesa como creadora”.
“Si, va pasando el juego a otra categoría, la del compromiso social, y estás de pronto reconociendo personajes como los que interpretas en muchos sitios. Y por ahí alguien se queda con alguna señal, por muy pequeña que sea. Ese reconocimiento permanente en los otros retroalimenta cada uno de los personajes. Por esa razón me detengo con mucha frecuencia en la gente; yo soy la gente de otra gente, es una cadena interminable”.
“Ningún otro estimulo me hacía más feliz que la interpretación”.
“Cierto, aún es cierto, y a veces se empata con otros sentimientos, por etapas, pero vuelve la distancia a intervenir y separar la interpretación como algo muy necesario, ese estimulo del que hablo, ese impulso nervioso, esa falta de control divertido, no solo me estimula, me consuela, me duele, me llena… Ojala que no me enferme tanto”. (Risas)
“Los personajes negativos son únicos, me encantan las villanas”.
“Tal vez lo diferente de esta entrevista es hacerme recordar lo que dije en algún momento (Risas). Ciertamente son muy atractivos esos llamados negativos, y también los positivos. Me siento una batería recargable (Risas). Fíjate que tiene ambos signos: + y -. Y ambos son necesarios para encender algo. La medida, el equilibrio en los personajes es lo ideal, aunque a veces tenemos exceso de energía o apagón, como en la vida misma”.
“Son tiempos que más que apoyo, hacen falta amigos”.
“Amigos que estén dispuestos a todo. A veces suele ser una carrera de amigos muy circunstanciales, de temporadas. La palabra apoyo no es suficiente para lograr algo, hay que estar cerca para protegerse. Generaciones enteras de actores han sido olvidadas, abandonadas…Siempre tengo en la mente el tema de Silvio Rodríguez titulado ‘Monólogo’”.
“Si alguien apuesta por el riesgo soy yo”.
“Es un riesgo aventurero tal vez, con batallas incluidas si fuera épico el género, pero riesgos al fin y al cabo suelen ser peligrosos y eso me resulta muy atractivo, menos evidente; es una necesidad, es como ir contra el miedo más profundo. El riesgo es una prueba definitiva, una medida, un parámetro de mi misma. Y me pregunto por dónde voy, y si llega la duda, dejo que la intuición cumpla su parte”.
“Me gustaría dirigir actores, publicar un libro de cuentos (…) sentirme menos incomprendida”.
“Claro,y hacer acopio de paciencia, esa sensación del tiempo que termina, pero es inevitable. Una cosa primero y otra después. Los cuentos pueden esperar. Decir ¡acción! me seduce mucho, pero respeto demasiado a los que expresan ese vocablo. Soy una actriz y si dijera ¡acción! sería un complemento de las expresiones que no puedo canalizar por otros caminos. Es solo eso, una necesidad de ver en imágenes historias que me leí un día, o aquellas que me invento como actriz y nunca antes hice”.
Le sugerí al final que resumiera brevemente sus consideraciones sobre dos nombres y un filme.
Stanislavky: “La clave, el punto de partida para reconocerse, encontrase. Estudiarlo hasta dominarlo, pero solo como a la naturaleza: si llueve de manera inevitable te mojas, estornudas, buscas un paraguas, te detienes a ver si escampa, y el tiempo pasa, alguien espera… El sistema es así, como la naturaleza y la lluvia o el viento, un contenido inevitable, por donde creo que cada actor tiene que transitar hasta encontrar cómo aplicarlo a su proceso”.
Habanastation: “La opera prima de Ian Padrón. Una multitud que espera y se siente reconocida, el reflejo de una sociedad en etapa de tránsito, de carencias y diferencias, de conflictos, de crisis de valores; una película honesta, de amigos, para los amigos, sencilla, que unió a mucha gente por mucho tiempo. Necesaria en un momento justo”.
Michel Moore: “Perseguí sus documentales y lo descubrí junto a Cruzata (*) -tal vez el no lo recuerde como yo-. Admiraba tanto aquella obra que lo veía entonces como algo tan lejano, con su riesgo, la valentía, el ser tan diferente, aquella obra polémica recorriendo el mundo, hablando del mundo…Fue tan importante ese encuentro que tuvimos recientemente en los Estados Unidos, en ese Festival. Lo que menos esperaba fue que una vez allí, él también supiera quién eres, de dónde vienes, qué haces, qué has hecho y no importa dónde, ni cómo. Michel Moore te descubre; te reconoce; te da un beso, un abrazo; te deja esa esperanza de no sentirnos tan lejos. Y sigue siendo parte de nosotros. Tengo toda su obra, es un detalle, un cariñoso presente, muy presente”.
(*) Orlando Cruzata, creador de los Premios Lucas.
indira
2/10/13 11:54
mis respetos para ella
Laurita
30/12/11 7:56
Manera original de entrevistar..mis felicitaciones. Sugiero que cubahora haga más entrevistas así, con los actores cubanos.
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