Giraldo Piloto, más que el presidente del comité organizador de La Fiesta del Tambor 2012 Guillermo Barreto in memoriam y director del grupo Clímax, es un apasionado defensor de los ritmos populares que conforman el paisaje sonoro del evento, en el cual no solo serán protagonistas los membranófonos, sino también tendrá un papel principal el piano, que sin pertenecer a la familia de esta línea instrumental, ocupa un lugar muy importante en esta jornada que se realizará en varios espacios escénicos y áreas al aire libre en la capital cubana.
Acudirán al llamado de la rumba, el mambo, cha cha chá, changüí, reguetón y danzón, músicos, cantantes y agrupaciones de diverso formato de todo el país y de naciones de tres continentes que responden a la urgencia de esa riqueza cromática que emana de Cuba en lo más genuino de su música.
SU LLAMADO SE SIENTE EN EL CORAZÓN
—Giraldo, ¿cuáles son los géneros que responden al llamado del tambor y otros percutores?
—Muchos géneros han ido apareciendo a través de los siglos, puedo hablar del cha cha chá, el mambo, el pilón, el mozambique, el danzón y el danzonete. Todos se siguen desarrollando en nuestro país actualmente, pero la rumba es muy importante, yo diría que lo máximo. Se sigue tocando de igual forma y continúa llenando los recintos escénicos: casas de la música, los espacios de la música bailable, de la música de concierto, de esa música que respetan los bailadores y las personas que llenan un teatro o que, sencillamente, desean presenciar buen arte.
PROMOVER EL GUSTO JOVEN POR LO GENUINO
—¿Cómo contribuye esta fiesta a que los jóvenes sientan atracción por estos géneros e instrumentos?
—El festival La Fiesta del Tambor se llena de orgullo al propiciar que los jóvenes puedan recibir clases magistrales en este contexto y recibir información de todo lo que ocurre en este evento, con la presencia de importantes percusionistas, de géneros que ellos desconocen por ser aún muy jovencitos.
Este es el momento de llamar la atención a profesores. Escuelas y centros especializados para que esas expresiones de la música popular vuelvan a emprender el camino, y para materializar este propósito nos está ayudando el Centro Nacional de Escuelas de Arte y las clases magistrales contribuyen a cristalizar nuestros anhelos en este sentido, las cuales serán impartidas en el Río Club (antiguo Johnny).
Además, no somos excluyentes de otros ritmos. Por eso hemos abierto espacios dedicados al jazz, otros de música folclórica con compañías danzarias. También tienen la posibilidad de participar en bailables con agrupaciones de alta popularidad como La Charanga Habanera, Elito Revé, Manolito Simonet, Pupy y los que Son Son, Clímax, Bamboleo, Maikel Blanco y Salsa Mayor. Todas las principales orquestas de Cuba que se encuentran aquí en estos momentos, como Odelquis Revé, que participó y actuó en el cierre el año pasado, actuarán ahora en La Habana.
EL LEGADO DE GUILLERMO BARRETO
—En estos tiempos, cuando se habla de timba, de songo, ¿cuál consideras que sea el aporte de Guillermo Barreto, de Tata Güines y del Goyo a nuestro horizonte musical?
—Si yo decidí estudiar percusión fue por la sangre que venía andando por mis venas, y en eso Guillermo Barreto tuvo un papel primordial como tío mío. Él fue para mí el profesor, él me legó el conocimiento de los géneros, con decirle que fue él quien me enseñó a tocar el danzón. Y eso es importante que llegue a los jóvenes de hoy. Quiero decir que por la figura de Guillermo Barreto y de todos los grandes de la percusión cubana, esta jornada se hace eco de todo su trabajo, de lo que hicieron en diferentes generaciones y esto se traduce en esta fiesta que hoy celebramos y de la cual uno de sus máximos exponentes es este hombre que está al lado mío en estos momentos: Manolito Simonet, conocido y reconocido en Cuba y en el mundo, gracias a su dedicación y entrega a lo más genuino de nuestra música. Él ha sido mi mejor colaborador para convocar a las más populares orquestas a participar en bailables gratuitos, para que esta fiesta sea una hermosa realidad.
DE LOS BARRIOS AL PENTAGRAMA INTERNACIONAL
—Hay quien dice que este festival adquiere connotaciones de prodigioso, por haber sido uno de los causales de que la rumba haya sido proclamada Patrimonio Nacional de la Cultura de Cuba, ¿qué opinas al respecto?
—El festival ha hecho posible que las personas que tocan la rumba en los solares, en las calles, los que tocan en las congas, lo mismo la de Santiago en Los Hoyos, como la del barrio de Los Sitios, o de la comparsa El Alacrán, del Cerro, se conviertan en protagonistas de esta fiesta. Por eso, me siento orgulloso de afirmar que esta fiesta, como Tata Güines, Los Papines, Goyo, quienes no tuvieron la oportunidad de estudiar en escuelas de arte como nosotros, nos obliga a seguir manteniendo esa tradición: la rumba, la música yoruba. Y aunque todavía no tenemos un plan que se pueda desarrollar en toda su magnitud, nosotros nos proponemos tener nuestras escuelas y el evento se convierte en el principal vehículo para que este objetivo se convierta en realidad. Ya están conformados los planes de estudios y llegarán masivamente a todas las escuelas de música, pero en estos momentos nuestra fiesta deviene un anticipo del futuro y en nuestro concurso puede participar desde un niño de cinco años hasta un viejito de 78. No hay límite de edad para que ellos concursen. Nuestra finalidad es mantener este legado vivo, vigente, para contribuir a que otros ritmos, como la rumba, se conviertan también en patrimonio nacional.
POR TODAS PARTES SE ESCUCHARÁ EL TAMBOR
—¿Podrías detallar otras propuestas del programa?
—Las clases de danza se impartirán en el hotel Habana Libre; los conciertos de jazz en el Hotel Occidental Miramar. La Unión de Escritores y Artistas de Cuba juega un papel importante en esta edición, pues allí se efectuarán conciertos a figuras inolvidables. El día 7 de marzo se efectuará el dedicado a Tata Güines; el 8, en homenaje a la mujer.
La Casa del Alba acogerá el día 10 un homenaje con Ruy López Nussa y La Academia; la Sociedad Yoruba prepara un homenaje a Merceditas Valdés. Quien fue la esposa de mi tío Guillermo Barreto, de quien lleva el nombre esta fiesta. Y así, el festival se convierte en una vitrina cultural de Cuba, de la tradición, del tambor, de la rumba, de lo que es cubanía. Así estamos logrando el objetivo que nos trazamos, desde un principio y es hacer en una semana la fiesta de todos los cubanos.
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