Luis Mariano Carbonell Pallés es algo más que una personalidad de la cultura cubana, pues su talento aúna facetas disímiles que nunca habían coincidido en un artista. Ha mostrado una maestría irrepetible como intérprete de poemas, mucho más allá de lo inherente a un declamador y por otorgar sentido y color a su palabra, se le denomina internacionalmente el acuarelista de la poesía antillana.
Es un pianista acompañante que logra transmitir su magia a los intérpretes, ha sido solicitado por cantantes de la envergadura de Esther Borja, con quien actuó en 1947 junto a Ernesto Lecuona, para la Nacional Boadcasting System y el Teatro Hispano de Nueva York, aunque sus poemas y estampas también fueron protagonistas de la temporada que realizaron.
Es considerado como una excelencia en el montaje de voces en agrupaciones de pequeño formato y uno de los repertoristas de mayor agudeza por su capacidad para elegir los temas que realzan las posibilidades vocales de los solistas, a quienes ha acompañado en sus presentaciones con su arte pianístico.
Por la sutileza de su sentido del humor, al hacerlo aflorar en sus estampas costumbristas, mereció el Premio Nacional del género en 2003. Es reconocido como una figura de excepcionales cualidades en Puerto Rico, México, Panamá, República Dominicana, Venezuela.
Sus conocimientos musicales, la magnitud de su cubanía, el amor a la rumba con la que muchas veces ha hecho pareja en su arte de pintar palabras, le convierten en algo así como un profeta de cuanto significa en el presente y su vigencia futura, porque Carbonell la ama con fervor, como a su pueblo.
TODO CUBANO LLEVA LA MÚSICA DENTRO, LUCHANDO POR AFLORAR
-¿Cómo definiría usted la rumba?
La rumba es uno de los géneros más importantes de la música cubana porque representa la raíz negra, que es como decir la génesis, la fuente viva de su imagen sonora.
-¿Cuáles son sus signos distintivos desde el punto de vista musical?
La rumba da la idea de una improvisación que fluye del corazón, de la mente, de los sentidos; a base de ritmo, de expresividad, que sostiene la línea melódica con el fuego que provoca la gestualidad y los pasos de su baile, y desata una sensualidad que llega a ser incontenible en su furor percutido.
“Su música posee un intenso cromatismo poblado de intensidades como nacida de la base rítmica de la percusión que brota del cajón. Es un género caracterizado por su ritmo constante, obstinato y su pasión responde al llamado de esas manos que la llaman y la despiertan y la hacen reinar, porque ella es el alma de la fiesta de los rumberos”.
-¿Podría decirse que en varias de las estampas y poemas que forman parte de su repertorio está presente o, al menos, ella asoma con picardía?
La idea que da vida a la rumba es una conjunción musical y danzaria, porque la rumba es baile. Porque se introduce en determinados textos está presente en muchos de mis trabajos. Como parte de mi repertorio surge de poemas rítmicos, costumbristas que poseen ese ritmo que emerge de ella con el fuego de su pasión.
-¿Cómo refleja la rumba el carácter del cubano?
Totalmente, porque es un baile cuyo compás es un mosaico de alegría, jolgorio y ritmo, sobre todo de alegría. Cuando se pone triste se convierte en bambú, una parte seria de la rumba.
“La parte alegre muestra pasión y sensualidad. Porque la rumba, como baile, es una pelea entre el hombre y la mujer, entre el gallo y la gallina, entre el macho y la hembra, es una batalla de sexo, de conquista por parte del hombre. Es un baile que simula la conquista, el deseo y la posesión”.
-¿Cuál es su opinión acerca de la proclamación de la rumba como patrimonio intangible de la humanidad?
Es lo más certero que pudo haberse hecho. Es una parte genuina del sentimiento del cubano. Todo cubano lleva la rumba dentro, luchando por aflorar. Por eso, merece ser reconocida como patrimonio intangible. Y nadie se atrevería a dudarlo.
-¿Piensa que la música pervivirá en el futuro de la música cubana?
Tiene que ser así porque es parte de ella, aunque transcurran los años y hasta pienso que los siglos. Ella está latente, ahí dentro.
-¿Y en esa larga vida que auguras a la rumba, considera que se mantendrá con sus componentes actuales o evolucionará?
Depende, como evolucione el cubano evolucionará ella, porque es parte muy íntima del pueblo. La música es un género tan ortodoxo que no admite fusión. Se han hecho intentos de rumbachá y rumba son, pero ella no se mezcla. Cuando la rumba llega, no trae acompañamiento, viene sola, no se puede mezclar. La rumba tiene personalidad. Es incontaminable.
-¿De qué color la pinta usted en su mente?
Tiene de negro, porque viene del África y a veces la veo amulatada. Porque es un ritmo fiero, duro y absoluto.
-¿Cómo escucha el diálogo de la rumba con los cueros?
Es algo natural, porque ella se hace sentir siempre, pero cuando suenan los cueros, se desata y arrasa con todo. No hay quien se le resista.
-¿Podría afirmarse que ella es uno de sus grandes amores?
Sin discusión, porque la rumba es Cuba, hermosa y muy alegre. En el fondo de la música está presente y reina en mi corazón.
Livia
3/10/12 9:53
El maestro, que no solo es decamador sino un excelente profesor de música. Anfitrión por excelencia tanto de consagrados como noveles y, por sobre encima de todas las cosas una maravillosa persona, humana, solidaria. Aun reconoce a mi hija que la vio de muy pequeñita, ahora la ve hecha una muchacha.. y solo pasarle por al lado, exclama: Sandrita, qué grande! Gracias, Luis.
Horten
2/10/12 15:23
La rumba lo llevamos los cubanos en la sangre, el que no sabe bailarlo, por lo menos lo intenta a su manera, es una música muy pegajosa, es un ritmo que te hace latir el corazón con fuerzas, por lo menos a mi que me gusta la rumba, la disfruto de que manera cuando la bailo.
Términos y condiciones
Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.