Literatura mexicana para niños y jóvenes en la Feria Internacional del Libro

 Así quedó demostrado en la Sala Dora Alonso de la Fortaleza San Carlos de la Cabaña, donde ese poeta y académico, autor oficial del himno del estado de Quintana Roo, de donde es Premio Estatal de Periodismo, presentó los títulos: Con la música en las manos. (Arrullos y canciones) y Una resortera para las palabras

-¿Cuántos meses tiene, niña, / que no cabe en su grandeza?/ -Tengo uno, tengo dos, /tendré más cuanto más crezca./ -Cumple-meses del jazmín/ cumple-días de la hierba, / cumple-horas del rocío,/ en el tiempo que comienza.

Escribir cualquier tipo de literatura para niños y adolescentes resulta una labor engorrosa. Pareciera que a los más jóvenes lectores pudiese complacerse fácilmente, pero no es así. Atraer su atención ya es complicado, mantenerla, sin dudas, una hazaña casi inenarrable.

Sin embargo, la inquieta pluma de Ramón Iván Suárez Caamal, una de las más reconocidas figuras de las letras mexicanas, país invitado de honor de la 30 Feria Internacional del Libro de La Habana, crea obras exquisitas para los niños y adolescentes, a la par que contribuye con la formación de escritores para ese público en específico y para todos los tipos, de manera general.

Así quedó demostrado en la Sala Dora Alonso de la Fortaleza San Carlos de la Cabaña, donde ese poeta y académico, autor oficial del himno del estado de Quintana Roo, de donde es Premio Estatal de Periodismo, presentó los títulos: Con la música en las manos. (Arrullos y canciones) y Una resortera para las palabras. 

El primero de esos textos fue ilustrado por el joven cubano Yancarlos Perugorría Díaz, siendo una coedición entre la editorial mexicana Nave de Papel y la Casa Editora Abril.

Contiene la recopilación de 15 poemas de Suárez Caamal que han sido musicalizados –en diferente formato- por compositores e intérpretes mexicanos.

Arrullos diurnos, cantos a la luna, a las pesadillas, a la nana de las frutas, se suceden uno tras de otro en esta antología, donde también marineros, arañas, ranitas, gatos y libélulas se pasean por los versos.

Un juego de palabras delicioso espera a quienes se dejen acunar por estas coloridas páginas, que a modo de obsequio musical, trae junto a cada poemas un código QR, que al ser escaneado con el teléfono celular permite escuchar los temas llevados a acordes y sonoridades diversas.  

Con la música en las manos es, al decir del escritor y cantautor mexicano Luis Alberto Ortega Medina, “una invitación a imaginar y recordar a través de la palabra, una introspección a la delicia de los sueños pasados y futuros, al reencuentro con el niño que aún nos habita y nos sorprende desde la memoria con su presencia intermitente, para decirnos que estará ahí esperando para continuar con el juego de la vida”.

Por otra parte, al público cubano llega de forma digital La resortera de las palabras, “una suerte de manual para escribir poesía”, como lo catalogara el poeta cubano Maikel Rodríguez Calviño, quien tuvo a su cargo la presentación de este texto, donde convergen numerosas “técnicas escriturales”.

Es un “ensayo sobre técnica lírica, volumen de consulta, compendio de ejercicios idóneos para escritores de todas las edades interesados en escribir poesía para niños”, advierte también Rodríguez Calviño.

La relevancia de ese libro llegado a esta edición de la Feria, radica -para los lectores cubanos- en que es una “rara avis” dentro de nuestro panorama literario actual, pues “a excepción del breve volumen Querer escribir, poder escribir, del argentino Javier Chiabrando y el draconiano mamotreto de Técnicas narrativas publicado por la Casa Editora Abril para los estudiantes del Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso, pocos libros editados en nuestro país ofrecen consejos útiles para escritores”.

Con la soltura que la experiencia le ha concedido, este multipremiado autor de la tierra azteca propone en el volumen, antecedido por Poesía en acción, una exuberante variedad de formas de composición poética, tropos y recursos lingüísticos, así como una serie de elementos para abordar cada uno de ellos, que pondrán en acción la imaginación infantil.

De igual forma, ofrece consideraciones sobre el tratamiento de temas perturbadores, sombríos en textos para niños y jóvenes, así como recomendaciones para la estructuración de libros para este tipo de lectores.  

Es por ello que Maikel Rodríguez Calviño afirmó que si tuviese que definir al libro con una palabra, sería “generosidad”.

“En primer lugar, porque condensa y transmite con notable sencillez y eficacia la amplia experiencia acumulada por su autor en el trabajo como tallerista literario”.

En segundo lugar, manifestó que Suárez Caamal subvierte patrones, tuerce la realidad y construye otras, cuestiona, indaga, observa el mundo con ojos nuevos, ojos de niño, libera la mente creativa de las rígidas leyes de la razón, la despoja de la coraza sedimentada por la monótona y predecible vida cotidiana.

“Y en tercero, porque ofrece una visión de lo poético amplia, heterogénea e inclusiva, diversa, que trasciende la específica composición de versos para abarcar la literatura toda en sus múltiples manifestaciones, pues las herramientas que propone el libro pueden ser igualmente utilizadas por poetas, narradores e incluso ensayistas, centrados en el disfrute de los lectores y la búsqueda y apreciación de la belleza”.

“Así, Ramón Iván subvierte el pernicioso uso de la resortera o tirapiedras usualmente empleada para cazar o practicar tiro al blanco sobre animalitos y plantas, al transformarla en una herramienta para cultivar y apreciar la buena literatura para niños, adolescentes y jóvenes”.