Pareciera que este jueves 29 de mayo la propia Virgen asentía desde las alturas. Del chaparrón que con luces y crujidos estremecía ese barrio tan proletario y a la vez tan exclusivo que es el Vedado, sólo quedaron a resguardo las calles aledañas a la Fábrica de Arte Cubano.
La razón: una santa estaba siendo fijada a la fachada del ya proclamado centro de la vida bohemia de la capital. La patrona de los artistas, de los escritores, de los soñadores, de todos los que se sientan en esta Fábrica como su casa.
Moisés Finalé fue el artífice de esta Virgen “diferente” como insiste en llamarla, “una virgen mía, que no corresponde exactamente a la tradicional”, como explicó a Cubahora.
Una de las singularidades de esta pieza de cinco metros que adorna la pared de la F.A.C. es que está hecha enteramente de piezas de plástico, provenientes de cubos utilizados normalmente para acarrear o almacenar agua.
La otra, es que en ella se reúnen casi todas las representaciones conocidas de la madre de Jesús. Si miramos bien, encontraremos pistas familiares que nos remitirán al sincretismo y a símbolos conocidos. Algo así como Todas las vírgenes en Una.
Pertenece a una serie que estoy haciendo en Francia, y desde hace tiempo estoy buscando nuevas formas de hacer, nuevos materiales, un poco para apartarme de los pinceles, de la tradicion y me pregunté, ¿por qué no trabajar con los cubos cubanos?, explicó Finalé.
“Empecé a hacerla y coincidió que X (Alfonso) estuvo en la casa, luego estuvieron las especialistas de aquí de la Fábrica, y prendió la idea. Entonces me dije que por qué no, y salió. Empezamos a buscarle un nombre y surgió La Virgen de la Fábrica, que no corresponde a una virgen exactamente, sino que es la mía, es un sueño, una forma de trabajar, mi figuración. Surgió espontáneamente, pero el destino luego la trajo aquí.”
A nuestra pregunta sobre si la santa estaría resguardando permanentemente desde la fachada, Finalé respondió que depende de X y los muchachos que con él trabajan si se queda, “aunque todo depende de la intemperie, así que posiblemente pase a interiores”.
Esperemos entonces que quede allí, para el asombro de los que no esperaban encontrar a una deidad resguardando un lugar hecho para personas tan distintas, de tan diferentes credos. Queremos creer que no es sólo el matiz religioso, es algo más, que nos une, que reconocemos en nuestras raíces, como el son, Elpidio Valdés, los gestos al hablar y el orgullo (que no chovinismo) de ser de Cuba.
Así que no se corte, la próxima vez que vaya a la Fábrica, récele esta oración. Quién sabe si esta “virgen nueva que nos ampara” al decir de X, decide derramar sus bendiciones sobre usted. Pero si lo va a hacer, hágalo bien.
Virgen de la Fábrica
no nos permitas que la idea se canse de buscar y pare.
Déjanos las nostalgias y danos el placer
de asombrarnos cada día.
Que la felicidad siga así, sin prisa ninguna,
para que no se acaben los minutos
antes de conseguir nuestros sueños.
Elogia nuestra locura
y no perdones nuestra cordura.
Deja que la emoción duerma
de cuando en cuando para que despierte la razón.
Déjanos este sol que nace de tu Fábrica de Arte
y que la luna nos ilumine siempre en este
antro de Libertad
para que el tráiler de esta película
no sea sólo
un presentimiento.
Amén
Moisés Finalé (I), muestra detalles de su obra La Virgen de La Fábrica, al músico X Alfonso (C) y al poeta Reinaldo Gonzalez (D), durante la inauguración de esta pieza-instalación en la fachada de La Fábrica de Arte. Foto: Roberto Morejón Rodríguez / AIN.
La Virgen de La Fábrica, obra del artista cubano Moisés Finalé , en la fachada de La Fábrica de Arte, en La Habana, Cuba. Foto: Roberto Morejón Rodríguez / AIN.
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