Esto es lo que hago para vivir (+Trailer)

Tanto el tráfico de niños como la adopción de huérfanos en el extranjero son temas que se han explorado en numerosas películas de ficción y documentales, en las amplias amalgamas de la complejidad emocional y política que estas situaciones generan. Aunque ambos tópicos figuran en el filme Reclaim, el director norteamericano Alan White escogió para esta cinta un enfoque avaro en reflexiones: los utiliza como mera carne de acción y suspenso.

Reclaim es apenas otro thriller que se aprovecha de la xenofobia, -sobre todo de aquella que se desarrolla en el tercer mundo, que es representado en esta cinta como bárbaro y con una purulenta corrupción-, y el temor de perder un hijo, una de las constantes fobias del público estadounidense, devenido gancho de explotación del género en los últimos años.

El argumento: Después de haber sufrido un accidente automovilístico que le costó a Shanon (Rachelle Lefevre) un embarazo y la capacidad de concebir de nuevo, ella y su esposo (Ryan Phillippe) viajan a Puerto Rico para adoptar una niña. Pasan dos días con la pequeña, luego de los cuales esta desaparece, así como todo rastro de su agencia de adopción. La policía le explica entonces a la pareja que ha sido víctima de una estafa de tráfico infantil.

Ingenuos hasta la médula, los jóvenes esposos confían en un par de maleantes para encontrar a la niña, y terminan siendo timados nuevamente, a punta de pistola, por John Cusack, quien les exige todo su dinero. 

La credibilidad del guion se resiente por todos lados: la pareja que conforman Lefevre y Phillippe parecen ser los primeros extorsionados en comprender las razones de sus chantajistas. “Esto es lo que hago para vivir”, explica Cusack, revólver en mano, y el matrimonio, tolerante, asiente. Este sinsentido, unido a autos que esperan a que los protagonistas estén a salvo para caer en acantilados, y aires acondicionados que caen al suelo con una patadita, le restan legitimidad a Reclaim. 

Quizás los guionistas del filme –Lucas Davies y Carmine Gaeta- debieran pensar en buscarse alguna otra profesión para ganarse la vida. Porque cuando una pareja de candorosos bonachones, que piden “perdón” y “permiso” a quienes los golpean y amarran, logran -en un giro predecible y burdo-, boicotear el plan que una banda de maleantes lleva por años, la credibilidad de la película, ya endeble, cae tan bajo… como nuestros deseos de verla.

Pero, a fin de cuentas, este panorama era predecible: los dos primeros filmes del actor y director norteamericano Alan White -Erskineville Kings (1999) y Broken (2006)- auguraban justamente lo que ha ratificado Reclaim (2014): una cinematografía austera en originalidad y buen gusto.

Acaso la suerte de la película sea John Cusack, -Being John Malkovich (1999), High Fidelity (2000), America's Sweethearts (2001)-, quien se adentra tanto en su papel de villano sin escrúpulos que a ratos parece exudar malas vibraciones por sus poros. Pero una golondrina no hace verano, y por más que Cusack se esfuerce, su actuación no salva la cinta.

Para los que recién disfruten de la paternidad, puede ser que Reclaim sea una película que los altere un poco. Para todos los demás, se trata de un thriller bastante rutinario, que no deja huellas.