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domingo, 24 de noviembre de 2024

El tesoro del saber

Un acercamiento al funcionamiento del Programa Nacional por la Lectura desarrollado en Cuba...

Lourdes Ordeñana del Río en Exclusivo 12/08/2012
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Lectura
En Cuba se desarrolla el Programa Nacional por la Lectura, vigente desde 1998.

El verano trae consigo la época vacacional. En sentido general se descansa, vienen los paseos, fiestas, excursiones, campismos, playas... Los estudiantes dejan a un lado sus textos puramente académicos. Pero muchos, incluidos ellos, continúan leyendo. Quizás más. Es por eso que en algunos de los lugares mencionados nos hemos encontrado a personas zambullidas en los encantos de un libro.

Y es que la lectura no solo se realiza como un entretenimiento, sino que también posee otros beneficios, como aumentar nuestros conocimientos y cultura, ayudarnos a pronunciar correctamente las palabras escritas, identificar las mismas y el significado de cada una de ellas… ¡Ah! Y enriquece el vocabulario. Por ello se han programado para esta época, actividades como noches de lectura y ferias de ventas de libros.

ENTRANDO EN DETALLES

Se plantea que la lectura es el proceso de significación y comprensión de informaciones o ideas almacenadas en un soporte, y transmitidas mediante algún tipo de código, usualmente un lenguaje, que puede ser visual o táctil (por ejemplo, el sistema Braille). El lector se convierte en protagonista e interactúa directamente con una serie de situaciones expuestas en los textos.

Mientras leemos deslizamos de manera continua la mirada sobre las palabras (visualización), nos informamos pasándola de la vista al habla, ya sea como articulación oral consciente o inconsciente (fonación), los oídos captan los conocimientos (audición), y se transmite lo escuchado al cerebro (cerebración).

INCENTIVANDO EL HÁBITO

En Cuba se desarrolla el Programa Nacional por la Lectura, vigente desde 1998, el cual reúne un conjunto de acciones de carácter estratégico, proyectadas para la participación de todos los sectores de la vida social.
Leer y escribir se consideran acciones prioritarias en nuestra nación, fundamentalmente en las políticas educacionales y culturales, las cuales contribuyen al desarrollo integral de la personalidad, e incluyen a la defensa de su soberanía, la participación democrática y ciudadana.

El gobierno no escatima esfuerzos hacia objetivos como el de la promoción de la lectura. Los altos niveles de unidad, organización y movilización logrados, y el uso racional y transparente de los recursos públicos, constituyen garantía del éxito de dicho proyecto. Se tienen en cuenta, además, las opiniones, sugerencias e intereses de todos los sectores sociales, ayudando a la unidad de acción y al necesario sostén.

LA RESPONSABILIDAD SE IMPONE

Este propósito no requiere de costosas estructuras. Se emplean las existentes en los diferentes ministerios e instituciones y se aprovechan las instancias ya creadas.

La propagación de dicho proyecto a lo largo del territorio ha sido posible gracias al destacado desempeño del Grupo Coordinador del Programa Nacional por la Lectura, subordinado a la Subdirección de Promoción y Desarrollo de la Biblioteca Nacional José Martí (BNJM), y compuesto por solo tres especialistas. Este avance se debe además a los esfuerzos y recursos realizados por los Ministerios de Educación y Cultura, y del resto de las instancias involucradas. Ello permitió también la articulación de los dos sistemas mayores encargados, el de bibliotecas públicas y escolares, que sumadas ascienden a más de 6 700 instituciones, así como de los maestros, y la familia.

Entre sus objetivos fundamentales se encuentran potenciar el valor humanístico, cultural y el significado social que deben ostentar en la actual y futura sociedad cubana el libro y la lectura; promover el gusto por ella desde edades tempranas, en los niños, adolescentes y jóvenes; ayudar al lector cubano formado, a encontrar obras y servicios que puedan satisfacer de forma creciente sus expectativas; lograr que la introducción de nuevas tecnologías en el país no compitan, sino que contribuyan a la promoción del gusto por la lectura; y alcanzar la incorporación activa y creadora de la comunidad y la familia a las acciones orientadas.

En buena medida los conocimientos que adquiere un estudiante, le llegan a través de la lectura. Durante el proceso de enseñanza-aprendizaje, desde la primaria hasta la educación postgraduada, se necesita leer una variada gama de textos para apropiarse de diferentes conocimientos. La importancia del hecho, no sólo radica en el contenido, sino en la cantidad, el estilo y hasta sus propósitos.

Conservemos esa sabiduría que adquirimos a través de los libros… Y así dominaremos entonces el tesoro del saber.


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Lourdes Ordeñana del Río


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