El 30 de marzo de 1849 murió a los 84 años víctima de cáncer el médico cubano Tomas Romay. A este sabio humanista, que también se interesó por la botánica, la agricultura, la química y la educación, se le recuerda sobre todo por introducir la vacunación en el país.
Para la Cuba del siglo XIX este procedimiento se conocía como “inoculación” y se realizaba a partir de la experiencia y de los estudios europeos sin contar con demasiada aceptación en las tierras de la colonia. Sin embargo, con el inicio en diciembre de 1803 de una pandemia de viruela, la Sociedad Patriótica le encomendó a Romay que llevara a cabo una campaña al interior de la Isla para investigar el virus y convencer a quienes rechazaban la vacunación como un método efectivo para erradicar la enfermedad.
Romay, con la intención de probar lo contrario, llegó a utilizar en demostración pública a dos de sus hijos como sujetos de prueba, y ya enero de 1804 se habían practicado las primeras vacunaciones en Santiago de Cuba.
Pese a tal precedente, la vacunación en el territorio nacional no se concibió como parte de la salud pública hasta después de 1960, tras los cambios políticos, económicos y sociales que se sucedieron con el triunfo de la Revolución. En 1962 echó a andar el Programa Nacional de Inmunización que pretendió reducir la morbilidad y mortalidad por enfermedades transmisibles.
En la década de los 70´ la máxima dirección del gobierno impulsó una serie de acciones y políticas encaminadas al desarrollo de la ciencia y la técnica que repercutió de manera extraordinaria en el campo de la medicina. Con ello no solo se lograron índices de inmunización entre el 99 y el 100% para casi todas las vacunas, sino también la producción nacional de fármacos con extraordinarios resultados.
Realidad que explica en parte la rápida respuesta de nuestros investigadores al crear en tiempo récord y con un presupuesto mínimo cinco candidatos vacunales para enfrentar la pandemia de coronavirus
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Cuba tuvo con Abdala la primera vacuna antiCovid-19 de América Latina y un poco más tarde aprobó el uso de emergencia de Soberana 02. La campaña de vacunación con ambos medicamentos ayudó a controlar los contagios y fue decisiva para contrarrestar la expansión de la variante delta, causante de los mayores índices de contagios en los meses de julio y agosto.
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Asimismo, la Mayor de las Antillas se convirtió en el primer país en llevar a cabo una campaña de vacunación en niños de 11 a dos años, con resultados igual de satisfactorios.
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De acuerdo con la más reciente actualización del Ministerio de Salud Pública, hasta la fecha han recibido el esquema de vacunación completo 9 millones 910 mil 237 personas y 6 millones 248 mil 886 personas ya tienen la dosis de refuerzo.
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