La terminología “seguridad alimentaria” quedó acuñada en el año 1996 por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés) durante la Cumbre Mundial de Alimentación. Allí se dejó escrito que la seguridad alimentaria existe cuando todas las personas tienen, en todo momento, acceso físico, social y económico a alimentos suficientes, inocuos y nutritivos que satisfacen sus necesidades energéticas diarias y preferencias alimentarias para llevar una vida activa y sana.
Actualmente, en Cuba la seguridad alimentaria y nutricional es una de las prioridades del país. Así queda claro en el Artículo 77 de la Constitución de la República de Cuba cuando plantea que todas las personas tienen derecho a la alimentación sana y adecuada. El Estado crea las condiciones para fortalecer la seguridad alimentaria de toda la población. Además, en la Estrategia Económico-Social para el impulso de la economía y el enfrentamiento a la crisis mundial provocada por la COVID-19, se reconoce que la producción nacional de alimentos constituye un aspecto central para el país.
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Mientras tanto, el pasado 22 de julio, el Consejo de Ministros de Cuba aprobó el primer Plan Nacional de Soberanía Alimentaria y Educación Nutricional (SAN). Allí se contemplan cuatro temas estratégicos para el país.
MÁS PRODUCCIÓN DE ALIMENTOS E INSUMOS DESDE LO LOCAL
Un aumento en la producción nacional de alimentos e insumos provocaría una disminución en la dependencia de importaciones y, por tanto, un paso importante para alcanzar la seguridad alimentaria en Cuba. Para alcanzar dicho objetivo, el Programa de la Agricultura Urbana, Suburbana y Familiar resulta imprescindible, sobre todo, en el contexto actual marcado por la pandemia de la COVID-19.
Este plan, conformado por fincas, patios y parcelas, fue creado para poder enfrentar momentos difíciles como, por ejemplo, los desastres naturales o pandemias, pues trabaja con tecnologías de fácil recuperación y cultivos de ciclo corto. La FAO destaca el ejemplo de Cuba como emblemático y exitoso.
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Por su parte, en la Estrategia Económica implementada por el país se plantean como algunas de las acciones necesarias impulsar el autoabastecimiento municipal, atender diferenciadamente los cultivos de ciclo corto y largo, incrementar la producción nacional de alimento animal y rescatar la elaboración de productos tradicionales en la industria conservera.
CALIDAD, INOCUIDAD Y MENOS PÉRDIDAS Y DESPERDICIOS DE ALIMENTOS
La seguridad alimentaria no se trata solamente de garantizar una cantidad determinada de alimentos, sino que estos sean inocuos, es decir, que tengan la garantía de no causar daño alguno a los que lo preparan o consumen. En Cuba existen varias normas obligatorias que deben ser cumplidas por todos los que intervienen en la cadena alimentaria.
En este sentido, uno de los principales retos consiste en la capacitación de los que trabajan directamente con los alimentos, sobre todo en el sector cuentapropista. Según explicó Mayra Martí, jefa de departamento de Salud y Nutrición del Ministerio de Salud Pública, en el programa radiotelevisivo Mesa Redonda es necesario fortalecer los programas de vigilancia y de las inspecciones sanitarias, actualizar las normas jurídicas sobre el tema y el desarrollo de los laboratorios.
Por otro lado, la disminución de pérdidas y desperdicios de alimentos es fundamental para garantizar una seguridad alimentaria. De acuerdo con las cifras más recientes de la FAO, alrededor del 14% de los alimentos se pierden a nivel mundial desde la postcosecha hasta el nivel minorista.
En este sentido, Cuba cuenta con un Comité Nacional para la Reducción de Pérdidas y Desperdicios de Alimentos. Desde allí y en correspondencia con el Plan Nacional de Soberanía Alimentaria y Educación Nutricional se identifican los recursos financieros para la introducción de tecnologías y procedimientos que den valor añadido a residuos de cosecha y otros alimentos. Así mismo, se trabaja en la resolución de problemas vinculados a la demora de la transportación para recoger los productos y las condiciones de almacenamiento de los alimentos.
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SISTEMAS EDUCACIONALES PARA FORTALECER LA EDUCACIÓN ALIMENTARIA Y NUTRICIONAL
De acuerdo con la FAO, la educación alimentaria y nutricional en la escuela consiste en estrategias educativas y actividades de aprendizaje que, respaldadas por un entorno alimentario saludable, ayudan a los escolares, los adolescentes y sus comunidades a mejorar su alimentación y elecciones alimentarias, así como a desarrollar su capacidad para adaptarse al cambio y actuar como agentes de cambio.
En Cuba se hace necesario actualizar los currículums escolares con contenidos sobre soberanía alimentaria y la importancia de una alimentación saludable. Así mismo es imprescindible trazar estrategias que promuevan desde edades tempranas una buena relación con los alimentos saludables y dietas balanceadas.
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