La pérdida de la biodiversidad es un hecho. No se puede maquillar con teorías conspirativas, geopolítica o cualquier otro intento para ignorar las cifras de las especies amenazadas, los hábitats destruidos y la disminución de recursos necesarios para nuestra permanencia en la Tierra.
Contrario a lo que se pueda argumentar, el problema afecta no solo el bienestar del planeta, sino también el humano. Es más que medioambiental, perjudica la economía, el desarrollo, aumenta el hambre y la pobreza en el mundo. En condiciones de escasez, los conflictos proliferan al igual que las migraciones forzadas.
Pero, en estos tiempos de crisis sanitaria, suenan además las alarmas con respecto a cómo el deterioro y malas condiciones de la biodiversidad influyen en la salud de las personas.
Este fue uno de los temas centrales que se debatió en la primera Cumbre de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad; celebrada de forma virtual a causa de la pandemia.
Durante su intervención en esta el Secretario General de la ONU, António Guterres, recordó que el 60% de las enfermedades conocidas y el 75% de las nuevas enfermedades infecciosas son zoonóticas, que pasan de los animales a los humanos. Del estado de la vida en el planeta depende el ser humano.
De hecho, el Informe de Riesgo Global 2020 del Foro Económico Mundial clasificó entre las cinco principales amenazas que enfrenta la humanidad la pérdida de biodiversidad y el colapso de los ecosistemas. “El 70% de los medicamentos utilizados para el tratamiento del cáncer proviene de la naturaleza. Más de la mitad del PIB mundial, que es de 44 billones de dólares, depende de la naturaleza”, señalaba el presidente de la Asamblea General de la ONU, Volkan Bozkir en el evento mundial.
LA PROTECCIÓN DE LA BIODIVERSIDAD COMO META DEL DESARROLLO SOSTENIBLE EN CUBA
Cuba defiende la protección del medio ambiente y realiza labores en pos del desarrollo sostenible.
En nuestro país, la política ambiental cuenta como principal plataforma de acción el Programa Nacional sobre la Diversidad Biológica, que se proyecta para el período 2016 – 2020.
A pesar del bloqueo económico, financiero y comercial impuesto por los Estados Unidos, el gobierno cubano mantiene en la medida de lo posible sus planes para asegurar la biodiversidad y el bienestar de la población.
“Sin bloqueo, Cuba tendría para estos propósitos, más acceso a recursos financieros, insumos y tecnologías y menos limitaciones para el desarrollo de su cooperación internacional, en especial la Sur-Sur”, denunció la ministra Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, Elba Rosa Pérez Montoya, en la Cumbre sobre Biodiversidad durante el 75º periodo de sesiones de la Asamblea General de la ONU.
Como resultados del Programa Nacional de Diversidad Biológica, la ministra del CITMA resaltó que se ha fortalecido el Sistema Nacional de Áreas Protegidas que cubre el 20.4% del territorio nacional; se ha avanzado en la restauración de los ecosistemas marino – costeros y terrestres; además de incrementarse las acciones de prevención y enfrentamiento a las ilegalidades que afectan la diversidad biológica. Sobre esto último añadió que se adapta un Plan Gubernamental para atender esta problemática.
En 2019 se elaboró un plan integral para fortalecer la vigilancia y protección, por parte del Cuerpo de Guardabosques, en relación a la caza ilícita, que contiene 16 acciones de protección, específicamente para aquellos sitios declarados como más vulnerables.
También a nivel legislativo se han creado nuevos mecanismos para garantizar la no contaminación. El Decreto-Ley 10/2020 “De las Autoridades Nacionales Reguladoras” define las funciones de los organizaciones dedicadas a proteger la salud, el medio ambiente y el bienestar de las personas.
De cara al 2030, Cuba mantiene sus proyecciones el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible; lo que incluye garantizar la seguridad alimentaria, la protección de los ecosistemas y del medio ambiente en general.
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