Teledirigir, dirigir a distancia y… los carros

Fue una conversación llena de humor de principio a fin, pero si aplicamos aquello de que con un chiste se pueden decir las cosas más serías, es oportuno recordar aquella charla de los primeros meses de los años 70 del siglo pasado.

Empezaban a proliferar en los campos cubanos las edificaciones donde se desarrollaría el Plan de la Escuela en el Campo, y la antigua región del Escambray, provincia de Las Villas, estuvo entre los más beneficiados por la presencia de esas obras que llegaron a considerarse parte del panorama serrano.

En una de esas escuelas, en el municipio de Cumanayagua, transcurrió la conversación en la cual su director nos mostraba un vehículo asignado en función de su cargo. Se trataba de un jeep soviético, nuevo, de dos puertas, pero con un motor moderno.

Hasta el día anterior, él iba y venía de su casa en un ómnibus Girón junto con todos los trabajadores del centro, y desde ese momento –según explicó- tendría ese vehículo que también serviría para salir a resolver cualquier urgencia.

El tercer participante en aquel encuentro, Orestes, se acercó a examinar el jeep como si se tratara de un raro artefacto, y mientras hacía como si estuviera escudriñando con mucho interés cada parte, dijo (no textual porque han pasado muchos años):

“Se j… esto porque si tu trabajo es aquí en la escuela y te dan un carro para que puedas andar por ahí… ahora no habrá quien te coja la chapa aquí…”

Y refunfuñaba: “Eso es para que en vez de estar en la escuela, que es donde tienen su trabajo, anden por ahí y desatiendan lo que tienen que hacer. Ya tendré a verte para que me des una vueltecita en el yipecito cuando me haga falta…”

Aquella supuestamente “no seria” conversación, es recordada en estos días en que como parte de las medidas para evitar el contagio del SARS CoV-2 se detienen en el país unos 37 mil vehículos en actividades laborales que se paralizan.

La medida es para evitar la movilidad no necesaria para el trabajo, por lo cual se califica de adicional, y que es un lujo a destiempo que al eliminarse, permite traspasar recursos como el combustible para que se mantengan funcionando los de actividades vitales.

Cada vez está más arraigada la idea de que cuando pase la pandemia de la Covid-19, continuar medidas como no circular normalmente los vehículos estatales en funciones personales, particulares, o familiares para las cuales no están asignadas.

En aquella charla de hace ya casi medio siglo, se dijo una frase que debe ser repensada, en relación con que el cargo tal, lleva un carro, pues con los conceptos de teletrabajo y trabajo a distancia, con todas las facilidades de las tecnologías de la información y las comunicaciones, habría que ver cuántos de los 37 mil vehículos paralizados pueden y deben ser reubicados.