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miércoles, 27 de noviembre de 2024

No siempre es mejor que sobre

La carencia total puede ser nociva, pero tampoco es tan beneficioso tener en exceso de determinados recursos...

Félix Arturo Chang León
en Exclusivo 07/08/2020
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La modernidad se presenta con nuevas tecnologías, pero las conductas siguen siendo humanas. (Alfredo Lorenzo Martirena Hernández / Cubahora)

Pudiéramos quizás creer que en el pasado milenio debimos de haber sido más previsores e imaginativos al suplir con esas precauciones la ausencia de los actuales medios de comunicación individual a distancia y en tiempo real.

Una carta demoraba y sigue demorando varios días, un telegrama algunas horas y el teléfono dependía de si uno y otro disponían de ese artefacto, por lo cual había que establecer protocolos con suficiente antelación.

Si no te llamo, ya sabes que es por tal motivo, solía ser un procedimiento que causó más de un desajuste, pues al no encontrar un teléfono, el otro creía que sucedía lo acordado, por lo cual muchos decían: “me llamas de todas maneras”.

Ya avanzados hacia la segunda década del actual milenio, continúa siendo imprescindible ser previsores e imaginativos, pero no por la inexistencia de tecnología, sino por todo lo contrario, por su abundancia y eficiencia, no efectividad porque depende de otros factores.

Tales conductas son necesarias, sobre todo, cuando lidiamos con los que viven el momento sin pensar mucho en el pasado y aún menos en el futuro, por lo cual están al día, actuando según la situación que se presente.

Ante tales tipos de personas, y sobre todo los habituados a tener ciertos éxitos con sus procederes improvisados, hay que ser muy cuidadosos, pues debido a que ahora pueden comunicarse en tiempo real en cualquier momento, no comunican lo necesario para que previamente el prójimo valore mejor una situación.

Y como que actúan según lo que se les ocurre, claman u ordenan porque el otro haga algo ya, urgente porque era para ayer.

Son seres dotados de computadoras de mesa y laptop conectados a Internet, teléfonos celulares que navegan mediante datos móviles y en todos los medios instalan aplicaciones o tienen sitios para enviar y recibir mensajes instantáneos o chats de voz y video.

En cualquier momento apelan a toda la parafernalia tecnológica para convertir en urgente lo que antes hubiera sido un asunto de curso normal, pero ya hay quienes encuentran fórmula para guarecerse de esas andanadas de solicitudes en emergencia.

Ante mis ojos, alguien que acababa de comunicarse por WhatsApp le decía al amigo que reclamaba no haber tenido respuesta: “Ah, es que me llamaste por WhatsApp y yo me pasé para Telegram porque gasta menos datos y estoy corto de dinero”.

En un aparte me comentó: “Oye, Chang, si me vas a llamar hazlo por el Messenger de Facebook donde me hice un usuario nuevo porque es lo único que voy a contestar para que no me vuelvan loco”.

Sin dudas, la modernidad se presenta con nuevas tecnologías, pero las conductas siguen siendo humanas.


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Félix Arturo Chang León

Periodista cubano de origen chino que nació y vive en Cuba. Santa Clara. Dirigió el periódico Vanguardia durante 16 años.


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