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jueves, 21 de agosto de 2025

“Apurados y en Apuros”: lo natural y lo que es “caca” (I)

 Se encendió la chispa por su trasmisión en la Televisión y por un crítico post en Facebook…

José Ángel Téllez Villalón
en Exclusivo 21/08/2025
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“Apurados y en Apuros”: lo natural y lo que es “caca” (I)
Un video animado protagonizado por un niño haciendo caca han generado cierto alboroto.

Cuando niños jugamos con ellas, forman parte del descubrimiento de nuestro propio cuerpo y de sus excrecencias.  Y también  de lo “prohibido”, lo que no se debe hacer o decir en público, lo que es tabú y no está bien vociferar a los cuatro vientos, sino nombrar bajito, como algo íntimo. Y como la sabemos “palabrotas”, recobra cierto magnetismo, atracción, para el “chucho” y la “jodedera”, donde los mayores no las escuchen. Nos provocan  carcajadas y las hacemos rimar. Está naciendo,  y creciendo con tales juegos, el sentido del humor.

Describen fenómenos muy naturales, tan vitales como respirar y comer, pero no se mencionan en las canciones infantiles, ni se ven en tales actos a  los protagonistas de las series que vemos por las pantallas. Ni Dora ni Sofía hacen “necesidades”. En esos mundos de fantasía, en los palacios de Disney, no hay baños, ni letrinas; como tampoco hay esclavizados, ni campesinos explotados por los “encantadores” señores feudales. 

Con los años, se van sustituyendo por eufemismos,por palabras más “correctas” y “serias”, de personas grandes. Entonces culo, caca, pipi, pedo, moco pasan a ser esfínteres, heces, excrementos, ventosidades, flatulencias, gases intestinales, mucosidades, secreciones nasales… De ahí que nos escandalice, su mera mención en un poema o en una canción para niños, o un videoclip que pretenda desmitificar estas cuestiones biológicas y abordarlas con naturalidad y humor.

Como recién ha sucedido con el videomusical “Apurado y en apuros” que recrea  un  tema  interpretado por Enid Rosales, e incluido en su último disco Todo Gira. Su letra fue creada por el exitoso poeta y escritor Alexis Díaz Pimienta. La musicalizó la propia Enid Rosales, y contó  con la colaboración de Armando Osuna en la percusión, así como con los niños del coro Allegretto, dirigido por Maribel Nodarse.

El video animado lo realizó Niels del Rosario, junto a su equipo de trabajo, entre el 2024 y el 2025, con la producción de los Estudios de Animación del ICAIC. Fue publicado hace unos siete meses en YouTube, con 6,5 K visualizaciones,  pero fue ahora que se armó el revuelo y la polémica. Por su transmisión en la Televisión y por un crítico post en Facebook.

“¡Qué despertar tan… peculiar! Hoy dormía plácidamente, y mientras el sueño me arrullaba, un grito de mi hermana me sacó de golpe de la cama. `¡Ven a ver esto!´, exclamó, con una mezcla de asombro y algo que no supe descifrar. Me arrastré hasta la sala, esperando encontrar alguna noticia impactante o un evento insólito. Lo que vi, sin embargo, me dejó helado.

En la pantalla, un video musical para niños. Pero no uno cualquiera. Un mojón animado, con unas baquetas en sus manos, golpeaba un tambor con una energía desbordante. Y el estribillo, repetido hasta la saciedad, resonaba en el aire: "¡Que linda caca, ven a ver, abuela, que linda caca, parece una vela!", comentó en su muro el joven Marlon Alejandro Álvarez.  

Fue su “primera reacción” y, apurado por compartir,  vertió en esa enredadera que son las redes sociales su “absoluto desprecio”. “¿Esto es lo que se les ofrece a nuestros niños hoy en día? ¿Una oda a las heces con rimas infantiles? Me sentí transportado a otra época, a una era donde la televisión infantil era sinónimo de magia, aprendizaje y, sobre todo, de calidad, añadió con nostalgia.

Fue la chispa de otra “cibercontienda”. Decenas de apurados compartieron su Post o añadieron sus propios comentarios, defenestrando la propuesta audiovisual. Mal intencionados o no, conectando el caso con otras tendencias y  fenómenos, ingenuos, siguiendo la ola,  avivaron la hoguera donde bulle la narrativa de que “aquí todo está mal”, y “esto no hay quien lo arregle”.

Pasándose de lo “escatológico” o a lo “escatológico”. Es decir de lo  “escatológico”, que significa ‘pornográfico’ (de skatós, término griego que significa ‘excremento’) a lo “esjatológico”, que significa ‘noticia de lo último’ (de ésjaton, ‘lo último’).  Al mito según el cual, llegar para llegar a la nueva era - que sería el buen lid el retorno al principio de todo-, debemos de sufrir lo apocalíptico, irnos todos a “la mierda”.

“Quizás luego venga, la canción de los pipis o los culitos...quién sabe! Los debates hoy gravitan sobre lo correcto e incorrecto, creemos tener la razón absoluta y así las redes digitales se nutren de comidilla, los límites de ese bien o mal nosotros mismos provocamos que se difuminen y cada día asumimos como acto de franca libertad y consonancia con la contemporaneidad lo que creemos una certeza desde la individualidad – opinó Kenny Ortigas, ante lo que calificó como "Oda a la Caca".

“¿Será que en el afán de innovación, no cometemos excesos? ¿Será que en esa inventiva desprejuiciada de acercar a los niños a su realidad, perdemos la perspectiva de dibujarle un mundo fantástico que se torne aspiración futura? ¿Será que con tantos temas que se pudieran abordar, se requiere de una creación donde se reflexione sobre la caca? ¿Será que realmente el tema tendrá pegada en algún sector de los infantes? ¿Será que la podrán cantar en un festival de aficionados y podamos corear "que linda caca, ven a ver abuela, qué linda caca, parece una vela”? Me da la sensación de invasión a la privacidad infantil jajaja, pero es solo mi criterio, na...cosas mías. Últimamente padezco el Síndrome de la Sospecha.

La sensación que me produce el tema es de extrañeza, claro, no soy yo -adulto- su público meta, pero igual, me deja en estado de escepticismo con tendencia negativa. No digo que la canción no nos sitúa en algo muy particular que incluso los que somos padres, atravesamos con nuestros hijos, y que recurrimos al humor para hacer de ese momento algo menos tortuoso, pero, de repente me pregunto ¿será posible que le esté dedicando tiempo a un análisis como este, sobre la caca? No será esa la verdadera intención? Soy además crítico, me gusta -como diría Graziella Pogolotti- interrogar la realidad”-terminó Ortigas.

La “reacción en cadena” llegó  a los creadores, los que puestos “en apuros” correspondieron a su manera.

Esta fue la de Enid Rosales

“He aquí la manzana de la discordia, o mejor dicho, la canción del debate...

Entiendo que el tema pueda sorprender si no estás acostumbrado a este tipo de contenidos, pero la canción está pensada para niños, con humor y ternura. Hablar de las funciones corporales con naturalidad ayuda a que los más pequeños normalicen su cuerpo y pierdan el miedo o la vergüenza a algo tan cotidiano. 

Muchas canciones infantiles tradicionales usan metáforas o situaciones sencillas para conectar con los niños. La caca, como el sueño, el hambre o los mocos, es parte de su realidad, y abordarla con alegría es educativo. 

Obviamente, no es un tema para adultos, pero tampoco es motivo de horror: al fin y al cabo, todos lo vivimos a diario. Aunque es verdad que son los niños los que más entienden y disfrutan de lo cotidiano. Solo ellos son capaces de ver la magia de la vida cotidiana.

¿Recomendarías a un niño pequeño que no hable de pis o caca aunque tenga dolor de barriga? La música infantil a menudo rompe tabúes para ayudarles a expresarse. No es grosería, es empatía con su mundo. (…)

Exhorto a que vean el vídeo y saquen sus conclusiones... Si quieren debatir, están en su derecho y lo aceptaré con gusto, pero siempre desde el respeto y el amor por las infancias.

Y al final, como posdata, aporta  un elemento de mucha importancia: “La letra la hizo Alexis junto a su hijo pequeño hace muchos años. Algunas de las frases son textuales del niño. Por mi parte, a mi hijo Álvaro, con 5 años, le encantaba leerlo y fue él quien me dijo que lo hiciera canción, incluso estuvo conmigo durante ese proceso... Eso es una coincidencia aún más hermosa”.

La  obra co-creda no  solo es para niños, pensada para ellos con el mismo respeto de tantas otras, sino que dos niños participaron en su concepción. 

La respuesta de Alexis fue más extensa y de ella comparto unos párrafos:

“Me gusta pensar, y lo hago, que hay en tus palabras un fondo educativo, didáctico, una preocupación social de alto calibre, que quizás a los autores de la letra y la música se nos escapa y a todos esos padres que tienen niños pequeños y que han llenado los teatros para corear la canción desde su estreno. O que han disfrutado tanto el texto del poema durante más de 20 años. Quizás tampoco sabías que ese poema convertido en canción pertenece al libro “Chamaquili en el cuarto de baño”, el tercero de la saga, editado en 2008 (17 años ha). Han pasado por lo menos dos generaciones de niños y niñas, de padres y madres que se han reído y han disfrutado con ese poema. Tú no. Lo siento por ti. Te cuento más. El 99,9 % de los poemas de mis libros de Chamaquili están inspirados “en frases reales”, dichas por niños en esa edad de pureza, lingüística y descubrimientos. Te cuento más: me acuerdo como si fuera hoy cuando mi hijo pequeño salió llamando a toda la familia para contarnos que “la caca parecía una vela”. Y ese fue el pie forzado. Nada de lo que dice el poema lo creó un ser adulto. Es imposible. O casi. Yo le he dedicado más de tres décadas de mi vida a la creación de literatura para niños. Y si este simple poema te escandalizó, querido amigo, defensor del purismo lingüístico para la infancia, ni amarrado te enseñaría el resto del libro, pese a haber ganado tanto aplausos de padres, educadores y sobre todo, niños. Y jamás te enseñaría el libro inédito con el que más me he divertido en mi carrera como escritor: “El libro de moco y caca” (el título te lo dice todo). Pero no me desviaré del tema: el videoclip musical de tanto escándalo

El poema original se llama “Chamaquili apurado y en apuros”. Y yo nunca creí que alguien pudiera ponerle música. Por eso me sorprendió, me emocionó, y me enorgullecí el día que Enid Rosales me enseñó en borrador su versión musical de la canción de marras. Y me contó que había tenido la colaboración de su hijo pequeño. O sea, tuve yo la colaboración de mi hijo pequeño para el texto y ella la de su hijo pequeño para la música. Esto debería bastar para que usted sopesara su diatriba, que no es crítica, sino descalificación tan festinada como malintencionada, pero sé que no lo hará ni espero ni aspiro a tanto. Usted se desahogó en su estilo; yo, en el mío”.

(…)

No tenemos la culpa ni Enid, ni yo de que usted no conozca ni reconozca ni investigue sobre las tendencias actuales de la pedagogía temprana. En esto del lenguaje “escatológico” y la Literatura infantil sería muy larga la lista de títulos que le podría citar, magníficos libros para niños en inglés, en español, en francés, etcétera, que intentan desmitificar la relación de la infancia con el cuerpo y, sobre todo, con las necesidades fisiológicas. Larga sería la lista de títulos en los que aparecen las palabras “caca”, “pedo”, “pis”, “moco”.  Como simple muestra (un regalito): “¿Quién se ha llevado mi caca?” (Veleria Kiselova/ Mamen Marcén”; “¡Qué ganas de hacer pipí! (Karl Newton y Duncan Beedie); “Todos hacemos caca” (Taro Gomí); ¿Cómo hacen caca los astronautas? (Ángeles Navarro) o “Parque de atracciones: la fábrica de caca” ((Marja Baseler y Annemarie Van Den Brink); y dos que para mí ya son clásicos y fueron bets-seller mundiales en su momento, cuando mi hijo y nieta mayor eran pequeños: “El topo que quería saber quién se había hecho aquella en su cabeza” (Wemwr  Holzwarth y Wolf Eribruch) y “Las princesas también se tiran pedos” (Ilan Brenman y Ionit Zilberman). Si quiere y tiene verdadero interés formativo le mando un listado exhaustivo y estudia un poco. Aunque sería más fácil y hermoso si pudiera enviarle cientos de miles de fotos de las caras infantiles cuando escuchan o leen esos poemas o cuentos o canciones. El verdadero público para el que están hechos, el verdadero jurado de esas obras.

(…)

He leído su post con detenimiento y qué decirle: está lleno de saetas maldicientes y descalificativos, ni un ápice de reflexión, ni un argumento: solo quejas directas contra ese “mojón musical” (quizás el juego de palabras es lo suyo) e indirectas contra la televisión cubana. Le sugiero, esto sí con cariño y respeto, que si usted tiene tan mala opinión sobre la programación de la televisión cubana, haga algo. Escriba. Haga un podcast. Publique diariamente en redes. Escandalice al respecto. (…)

Le aconsejo pasar un día en un círculo infantil. O acercarse a quienes tengan niños y niñas de pocos años. Esos locos bajitos, como dice Serrat”.

Estos son partes de los argumentos esgrimidos por este “especialista en controversia”, quien como Enid, ha hecho y está  haciendo “felices a miles de niños que sufren por otras cosas”. 

Pero hay más, otros aportes lúcidos, para este necesario debate. Al que le dedicaremos otras entradas en Candil del clip. ¿Usted qué  opina?  

 


 


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José Ángel Téllez Villalón

Periodista cultural


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