Alrededor de seis meses estuvo Carmita encamada debido a una lesión que sufrió en la rodilla derecha. En ese periodo comenzó a escribir su blog, aprovechó para pasar largas horas leyendo y disfrutando de teleseries y películas. Ninguna de estas formas de entretenimiento requería actividad física, por lo cual, poco a poco fue ganando peso.
Luego de tanto tiempo de reposo absoluto, con 58 años de edad, los exámenes médicos indicaron que su presión arterial y el ácido úrico estaban altos. «A partir de ahí la obesidad se une a mi historia clínica, y al tratamiento de las demás enfermedades se incorporan la dieta alimenticia y el ejercicio físico para bajar de peso».
Según la Organización Mundial de la Salud, la obesidad y el sobrepeso no son más que la acumulación anormal o excesiva de grasa al punto de llegar a ser perjudicial para la salud humana.
Esos padecimientos, más que un problema estético, son enfermedades crónicas, y pueden afectar a todos los grupos etarios, sexos y razas, tanto en países desarrollados como subdesarrollados. Por lo tanto, cualquier persona está expuesta a sufrirlas, ya sea por causas genéticas, psicológicas, socioculturales, económicas o ambientales.
Carmita es gestora documental en el Periódico Granma, hasta donde puede ir caminando desde su casa que solo queda a unas pocas cuadras. Esto le permite mantenerse activa y cuidar su salud, más cuando el país enfrenta una compleja situación epidemiológica a causa de la COVID-19, lo cual la obliga a evitar cualquier descuido al respecto, pues la obesidad constituye un factor de riesgo para varias enfermedades. «Soy muy estricta y disciplinada», insiste ella siempre que el tema sale a colación.
Al respecto, la Agencia Cubana de Noticias ha asegurado que hasta la fecha se carece de resultados concluyentes, sin embargo, existen varios especialistas alrededor del mundo que afirman que varios pacientes afectados por la pandemia han presentado una negativa progresión, aun sin sufrir de padecimientos inmunodepresores, pero con libras de más.
Esa situación podría deberse al hecho de que tienen en sus organismos más grasa que líquidos, de ahí que, al presentar síntomas característicos del nuevo coronavirus, como: fiebre, diarrea y respiración dificultosa, están más propensos a deshidratarse.
En el 2020, durante la Convención Internacional de Antropología, Arthropos 2020, la doctora María Elena Díaz Sánchez explicó que aun cuando se han elevado a nivel mundial las cifras del sobrepeso, la Mayor de las Antillas presenta un ascenso ligero, con marcadas diferencias entre las mujeres y los hombres, así como la incidencia en las zonas rurales y urbanas.
Prevalece el padecimiento en las féminas. Los datos de la III Encuesta Nacional de Factores de Riesgo y actividades preventivas de enfermedades no transmisibles 2010 - 2011 apuntan a que después de la mediana edad las mujeres tienen a adquirir sobrepeso. Es decir, entre 25 y 54 años, el índice de obesidad femenino es mayor, sin embargo, existe una tendencia hacia una ligera reducción luego de ese rango de edad. En tanto, los hombres lo presentan en los grupos más jóvenes.
En ese encuentro, la especialista sostuvo que en la población adulta de Cuba, la obesidad se incrementó con respecto a la última década en un tres por ciento, y aproximadamente un cuarto de la población total mantiene una mayor proporción de grasa depositada alrededor de la cintura, incrementándose con la edad.
Por otra parte, en las zonas urbanas es donde prevalece este padecimiento, reconocido ya como pandemia por la Organización Mundial de la Salud, que ha estimado que desde 1975 esa enfermedad se ha triplicado. Para 2016, 1900 millones de adultos la padeciesen, así como 340 millones de niños y adolescentes.
Este cuatro de marzo, cuando en todo el mundo se esté celebrando el Día Mundial de la Obesidad, para concientizar a la población sobre el terrible daño que conlleva para el organismo una dieta alta en grasa y azúcares, la invitación es a practicar ejercicios desde la casa hasta que las condiciones epidemiológicas permitan hacerlo en los establecimientos colectivos, y a regular los hábitos alimenticios.
Más allá de replantearse estilos de vida saludables movidos por los banales patrones de belleza que imponen los medios de comunicación a nivel global, es necesario asumirlos antes de que sea obligatorio, eso también forma parte del «amarnos a nosotros mismos».
Carmita camina lento, con dificultad. Su rodilla «es la que más sufre soportando el sobrepeso. Se trata de proponérselo y lograrlo, porque la obesidad puede causar la muerte. Limita cualquier actividad que vaya a realizar por la lentitud de los movimientos, estéticamente no es agradable y el que la padece no se siente bien consigo».
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