Ni en sus más creativos sueños infantiles imaginó convertirme en periodista. Con una familia de contadores, auditores, arquitectos, ingenieros y militares, su pasión por las letras —heredada de la abuela, quien gustaba de escribir nanas, historias cortas y poemas para sus primeras y más inquietas nietas— parecía anacrónica entre tanto número.
Pero la pequeña que pasaba horas montando bicicleta por el barrio ajena al acontecer nacional que emitían telediarios, periódicos y emisoras radiales, y a la que los amigos más cercanos le vaticinaban un futuro como Bióloga por su amor por las plantas, decidió un día que el calor de una redacción, las prisas por el cierre de emisión y el olor a tinta fresca del periódico recién impreso serían su vida.
Muy poco sabía entonces del que Gabriel García Márquez calificó como mejor oficio del mundo, a pesar del sacrificio y las insatisfacciones que muchas veces entraña el ejercicio de la profesión.
Cuando decidió mantener el Periodismo como primera opción de estudio en la boleta de ingreso a la educación superior, e incluso cuando firmó el otorgamiento que le aseguraba una plaza en la carrera —confiesa— no estaba totalmente convencida; pero el trabajo se encargó de confirmarle una vocación contra la que no pudieron ni los más fuertes genes.
Y es que desde la primera vez que un lector le escribió para agradecer el abordaje de un tema en uno de sus primeros artículos, que le permitió conocer el calcance real de su trabajo más allá de la impresión en una página del diario, supo que no había nada más importante que la satisfacción profesional y personal de contribuir a que otras pesonas conocieran, comprendieran e interactuaran con la información que los profesionales de la prensa ponen a su alcance.
“Ese preciso instante en el que recibes la más sencilla y escueta frase de agradecimiento, o que simplemente te hacen alguna pregunta que les motivó la lectura —asegura—, supera cualquier carencia material o dificultad enfrentada en el ejercio de la profesión”.
Porque para esta joven recien graduada, el Periodismo, y más aún el que demandan los nuevos tiempos, debe ser sencillamente eso: vocación de servir, un acto de entrega infinita y desinteresada, un compromiso con la información, con la verdad y con las personas.
senelio ceballos
18/3/18 4:18
Felicidades a los trabajadores de la prensa..Hoy he leido que al prof.avilenno....Aurelio de otrogaron el premio..JOSE MARTI..LINDO!!!!
D@ly
14/3/18 16:12
Muchas Felicidades en este día tan especial.... y felicidades también por el amor a tu carrera...
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