María alcanzó vientos máximos sostenidos de 260 kilómetros por hora, una presión mínima de 924 hectoPascal y cruzó sobre la isla de Dominica el pasado lunes, debilitándose ligeramente al emerger al caribe oriental y reintensificándose posteriormente.
El primer ministro de Dominica, Roosevelt Skerrit, señaló que los reportes iniciales "indican una devastación extendida" en la isla. "Hasta el momento, hemos perdido todo lo que se puede comprar y reemplazar por dinero", escribió Skerrit tras el paso del fenómeno natural por la isla caribeña.
Degradado a categoría tres, en su paso por Puerto Rico dejó grave daños en las viviendas, así como la interrupción de la energía eléctrica y las telecomunicaciones. Causó desbordamiento de ríos e inundaciones, daños en viviendas y árboles destruidos y una marejada ciclónica que llegó a unos 1,7 metros y olas superiores a seis metros.
Hasta ayer, el fatal recorrido de María por el Caribe dejaba oficialmente nueve muertos, siete en Dominica y dos en Guadalupe. Puerto Rico no tuvo la misma suerte este miércoles que cuando recibió las visitas de Harvey e Irma, cuyo impacto, finalmente sólo parcial, dejó menos efectos que los esperados.
El ojo del huracán llegó a pasar a cuarenta kilómetros de la capital, San Juan de Puerto Rico, donde sus más de 400.000 habitantes habían buscado la mejor protección posible. Para toda la isla, que suma casi tres millones y medio de personas, las autoridades habían adecuado refugios para una capacidad mínima para 68.000, con una previsión de alcanzar los 133.000 en el caso de máxima emergencia.
El gobernador Ricardo Rosselló ha pedido al presidente de EE UU Donald Trump que declare la isla "zona de desastre" y ha ordenado el toque de queda para la población hasta el sábado. El mandatario ha avanzado que restablecer el servicio eléctrico en todo el país puede llevar meses.
Numerosas viviendas han quedado inservibles. Solo en el municipio de Río Grande se estima que unas 5.000 personas han quedado sin hogar. Y esta tarde-noche se ha reportado la primera víctima mortal directa del ciclón, un hombre golpeado por un panel en el municipio de Bayamón.
Con un radio de impacto de 100 kilómetros desde su vórtice que ha afectado a todo el territorio ensañándose con la región central, María es el ciclón más fuerte que golpea a la isla desde 1928, cuando el huracán Okeechobee, también llamado “San Felipe II”, azotó como categoría 5 y mató a 300 personas en la isla, según un documento de la administración atmosférica NOAA.
Tras impactar en Puerto Rico, el huracán María se ha degradado de categoría 4 a categoría 3, todavía muy peligrosa, y se dirige a la costa este de República Dominicana, que se encuentra en alerta roja y ha cerrado sus aeropuertos, incluido el del foco turístico de Punta Cana, hasta el jueves.
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