Prevenir y detectar a tiempo…esa es la clave

“Soy una sobreviviente”, me dice Mayra, y se toca su seno izquierdo. “Llevo doce años operada, no de una mastectomía, pero aún así, siempre es complejo asumirse diferente. Lo que pasa es que yo me cuido mucho… Bueno, mi esposo también me cuida demasiado”.

—Imagino que sea para usted muy reconfortante poder decir eso… que su esposo la cuida demasiado.

—No sabes cuánto. Llevamos más de 30 años de casados y siempre estuvo ahí, a mi lado, en cada consulta. Yo tengo 64 años, y mi hija vive fuera del país. Solo lo tenía a él, y él de pronto me tuvo a mí, a medias…

Volvió Mayra a poner su mano derecha en su seno izquierdo y sonrió.

“Algunas parejas dejaron de serlo mientras yo asistía a las consultas. Es muy difícil… La mujer tiene una presión psicológica muy fuerte cuando le dicen que tiene cáncer de mama y debe someterse a una operación. Fueron muchas sesiones para recibir los sueros, y cuando te ves sin pelo, ni siquiera en las cejas, te sientes muy mal.

”Sea como sea, siempre piensas que pierdes una parte importante de tu feminidad, y si te niegas a mirarte al espejo desnuda, imagínate cuánto rechazas la idea de desnudarte frente a tu pareja. Me cuido mucho, te repito, y mi esposo también me cuida… Eso ha hecho de mí la mujer fuerte que soy hoy”.

Ciertamente Mayra es una sobreviviente, no solo de una de las enfermedades que más vidas de mujeres cobra en el mundo, sino de esa presión psicológica a la que se refiere. Hace muy pocos días recibió una donación a través del proyecto Alas por la Vida, en el que se les brinda ese apoyo imprescindible a las mujeres operadas de un cáncer mamario. Pelucas y prótesis fueron otorgadas de manera gratuita en el Hospital Universitario Manuel Fajardo, donde radica este proyecto desde el 2003. El doctor Alexis Cantero Ronquillo y otros especialistas consideraron oportuno pensar en la rehabilitación de estas pacientes, en neutralizar sus secuelas psicológicas y las de sus familiares.

“Hay que prevenir de todas las maneras posibles este padecimiento. Pero si la vida nos coloca ante esa prueba, hay que superarla. Tenemos que ser muy fuertes”, dice Mayra.

DIAGNÓSTICO PRECOZ VS CÁNCER DE MAMA

El cáncer de mama tiene una incidencia y mortalidad mayor en los países altamente desarrollados que en el resto, según apuntan las investigaciones al respecto. En Cuba cada año se diagnostican aproximadamente 2000 nuevos casos de cáncer mamario, con una incidencia de 34 por 100 000 mujeres y una mortalidad por esta causa de unas 1100 mujeres cada año.

Un bulto o masa en la mama, un cambio de tamaño o forma, endurecimiento o hinchazón de una parte de los senos, irritación o hundimiento en la piel y secreciones del pezón son los síntomas de alarma más frecuentes, a partir de los cuales el autoexamen y la mamografía pueden ayudar a diagnosticar este tipo de cáncer en forma temprana, cuando aún se está a tiempo de reaccionar a un tratamiento.

Radioterapia, quimioterapia, terapia hormonal y terapia dirigida, en la que se usan sustancias que atacan las células cancerígenas sin dañar las células normales, son tratamientos que pueden manejarse ante un caso de cáncer de mama, además de la cirugía, radical o conservadora.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) promueve una Estrategia Mundial de Control del Cáncer para reducir el número de casos y sus factores de riesgo, así como mejorar la calidad de vida, tanto de los pacientes como de sus familiares.

En nuestro país existe un Programa Nacional de Control de Cáncer que conjuga el examen clínico de las mamas, el autoexamen y la mamografía. Hasta la fecha, en la Atención Primaria de Salud, el diagnóstico precoz es la principal arma contra esta enfermedad mortal, por lo que es muy importante que los médicos y enfermeras de este nivel de atención estén capacitados para la detección precoz del padecimiento, a partir de ofrecerles a sus pacientes la información necesaria.

Las mujeres —más que los hombres— podemos padecer de cáncer mamario, sobre todo si ya se tienen antecedentes familiares y una edad avanzada. Son factores de riesgo que no pueden modificarse y debido a los cuales hay que prestarle especial atención a las señales de nuestro cuerpo. Se añaden la menstruación temprana, la obesidad, la lactancia por menos de tres meses y la menopausia tardía.

Los expertos afirman que estilos de vida insanos pueden incidir negativamente en la ocurrencia de este tipo de cáncer. El sobrepeso debe evitarse con una dieta balanceada y la reducción del consumo de alcohol.

Prevenir y detectar a tiempo… esa es la clave. Y no siempre se requiere a un personal médico para ello. Desde los 20 años la mujer puede empezar a hacerse el autoexamen mensual, de seis a diez días después de terminada la menstruación, cuando el seno esté menos inflamado.

Se le recomienda que lo haga desnuda, con las manos enjabonadas para palpar mejor. ¿Quién mejor que ella para conocer su seno día tras día? Cuando la mujer lleve más de seis meses autoexaminándose los senos, nadie los va a conocer mejor y podrá detectar cualquier anomalía por pequeña que sea. No es difícil… lo difícil llega después, en todo caso.