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miércoles, 20 de noviembre de 2024

Para formar mejores ciudadanos

En marcha el tercer proceso de perfeccionamiento de la educación cubana...

Ana María Domínguez Cruz en Exclusivo 27/06/2017
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Inicio del curso escolar
En nuestro sistema educacional cubano se prioriza la transformación de los métodos y estilos de trabajo en las escuelas.

Contenidos desactualizados en algunas asignaturas, maestros que carecían del tiempo necesario para su preparación académica y profesoral, planes y programas de estudio con cargas distribuidas de manera desigual… Estas y otras realidades fueron constatadas luego del diagnóstico realizado a partir del 2011 en nuestro sistema educacional. Por ello, era menester iniciar un proceso de perfeccionamiento que aligerara lo denso, actualizara lo atrasado, reestructurara todo lo que favoreciera el proceso de enseñanza-aprendizaje, no solo para los estudiantes sino también para los docentes.

Los cambios en nuestra sociedad, con la presencia cada vez mayor de las tecnologías de la información y las comunicaciones, también exigían ese “desmontaje” contextualizado, así como la implicación de la familia y la comunidad en lo que constituye el ciclo escolar.

No era la primera vez que la educación cubana se sometía a un proceso de perfeccionamiento. Similares objetivos tuvo aquel que se realizó en 1975 y el que se efectuó en 1987, ambos considerados referentes importantes para iniciar este tercer perfeccionamiento de la educación cubana, en correspondencia con las pautas trazadas desde el inicio de la Revolución.

En entrevistas ofrecidas a la prensa, la directora del Instituto Central de Ciencias Pedagógicas, Silvia Navarro Quintero, ha precisado que se mantienen los principios básicos de nuestra educación como la gratuidad y la posibilidad de acceder de manera igualitaria, la diferenciación en la atención a cada alumno, el trabajo metodológico y la formación integral de las nuevas generaciones.

Si se toman como punto de partida los procesos de perfeccionamiento anteriores, en el primero se trabajó en la educación como un sistema, y en el segundo se atemperó el sistema educativo a la sociedad del momento, enfatizando en los programas de estudio y en la formación de los profesores.

Ahora, insisten los especialistas del Ministerio de Educación, se trata de que de manera progresiva la comunidad se integre más al proceso educativo, que este se parezca más a aquella, y que la visión de la escuela como institución sea mejor.

¿Qué es lo más importante? Que los estudiantes tengan cada vez una mejor preparación. Ellos serán los profesionales que, en cualquiera de los ámbitos de nuestra sociedad, se encargarán de hacerla funcionar.

Por ello se prioriza la transformación de los métodos y estilos de trabajo en las escuelas y la confección de nuevos planes de estudios y libros de texto. Es necesario que en el proceso participemos todos y que lo que puede ser un elemento clave y poderoso en la escuela, se utilice también a nivel comunitario.

Claro que debe existir un programa general que se cumpla en todo el país en cada nivel de enseñanza, pero ciertamente cada centro educativo debe contextualizar ese programa de acuerdo con sus características. Los alumnos debe conocer bien su localidad, y para ello las clases de historia, por ejemplo, pueden aprovechar ese cúmulo de valores locales en función del conocimiento. No basta con cumplir un programa general si a nivel local se desaprovechan las riquezas.

Es vital incentivar al estudiante a investigar, buscar información, a organizar lo que en diferentes bibliografías encuentre… No podemos seguir formando máquinas reproductoras de textos citados que, a la larga, luego no recuerdan al cabo de los meses lo que un día escribieron para cumplir con la tarea o el trabajo orientado. Para lograr buenos ciudadanos con pensamiento crítico y analítico bien fundamentado se empieza desde el aula, incorporando también cada vez más los trabajos y evaluaciones con sentido práctico.

Modificaciones en la enseñanza del Inglés, la Educación Cívica, la Informática y otras materias deberán llevarse a cabo. Estudiar para un examen no define un nivel de conocimientos adquiridos y, en ese caso, no se cumple el fin básico del sistema de educación, que es, en esencia, formar a profesionales capacitados para su desempeño en la vida.


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Ana María Domínguez Cruz

"Una periodista cubana en mi tercera década de vida, dispuesta a deslizar mis dedos por el teclado".


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