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domingo, 17 de noviembre de 2024

Intrusión salina en Cuba: ¡Quítame esta sal de encima! (+Fotos)

Un problema ambiental silencioso pero de consecuencias nefastas para la alimentación y la salud de las personas...

José Armando Fernández Salazar en Exclusivo 14/04/2018
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Dique Sur de La Habana- intrusión salina
La rehabilitación del Dique Sur, obra que evita la pérdida de agua dulce hacia el mar, en el sur de La Habana.

Desde el surgidero de Batabanó, en Mayabeque, hasta la Playa Majana, en Artemisa, por algo más de 51 kilómetros se extiende una de las más grandes obras de la ingeniería ambiental en Cuba, el conocido Dique Sur de La Habana. Ideado por el Comandante en Jefe Fidel Castro, se construyó con el propósito de proteger los acuíferos y fértiles suelos que abastecen la capital del país ante la penetración de la cuña de intrusión salina proveniente del mar.

La monumental obra está compuesta por 39 badenes o aliviaderos para el flujo del líquido, lo que le permite retener alrededor de 45 millones de metros cúbicos de agua en un área de inundación de alrededor de 13 000 hectáreas.

A finales del pasado año, y con un costo que superó los 15 millones de pesos, la obra ingeniera fue rehabilitada como resultado de las acciones que se implementan en Cuba a la luz del Plan de Estado para el Enfrentamiento al Cambio Climático, conocido como Tarea Vida. Se trata de una respuesta científica y gubernamental a un problema ambiental silencioso pero de consecuencias nefastas para la alimentación y la salud de las personas: la intrusión salina.

EL MAR, UN CONQUISTADOR SILENCIOSO

Este proceso se produce cuando el agua salada, más densa, se introduce desde el mar hacia los acuíferos costeros. Esto sucede si se reduce el nivel freático de agua dulce o se eleva el nivel medio del mar. Además, es consecuencia de la sobreexplotación de las fuentes subterráneas.

En Cuba existen condiciones naturales para un mayor riesgo a ese fenómeno. Más del 80 % de las cuencas subterráneas están abiertas al mar, y en nuestra geología predomina el carso (65 % de la geología nacional), cuya porosidad facilita la infiltración. Estas vulnerabilidades se ven agravadas por la prevalencia de condiciones de sequía y una sobreexplotación de las fuentes subterráneas. Al mismo tiempo, en los últimos años se ha descrito una sobreelevación del nivel del mar que será de 27 centímetros para el 2050, lo que provoca una mayor penetración de la cuña en el subsuelo.


Cuenca subterránea. (Foto: Periódico Escambray/Vicente Brito).

Un informe publicado en 2010 por el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) señalaba que las áreas afectadas por la intrusión salina en Cuba se distribuyen a lo largo del territorio nacional y los acuíferos cársicos costeros del occidente y centro de la isla son los que presentan mayores problemas. Las cuencas Costera Sur de Pinar del Río, Costera Sur de La Habana y Sur del Jíbaro en Sancti Spíritus aparecen entre las más afectadas.

Dicho estudio manifiesta que entre un 5 y un 10 % de las áreas superficiales o territorios de cuencas subterráneas costeras están intrusionadas por el agua de mar, lo que provoca pérdidas estimadas en varias decenas de millones de metros cúbicos del preciado líquido.

IRREVERSIBLE

La Sierpe, en la costa sur de la provincia de Sancti Spíritus, en la zona central de Cuba, es el escenario de uno de los principales planes arroceros del país: el sur del Jíbaro. Allí, la muerte de los manglares fue una señal de alerta, a la que siguieron el decrecimiento de los rendimientos agrícolas, la erosión del suelo y el incremento de la salinidad en los acuíferos subterráneos.

De acuerdo con reportes de prensa, en el lugar fue necesario implementar con carácter urgente medidas, como la obtención de variedades más resistentes a la salinidad y al estrés hídrico, la recuperación y limpieza de canales para que el agua dulce no se infiltre, llegue a la costa y contribuya a disminuir la cuña salina. Miles de personas dependen de esta actividad económica, que de entrar en peligro impactaría también en las finanzas del país.

Más al oriente de la Isla, en la provincia de Las Tunas, una curiosidad geográfica advierte sobre la forma que pudieran adquirir los paisajes rurales de la provincia de continuar avanzando la penetración del mar. Se trata de Cenicero, el único manglar interior de Cuba ubicado a unos 40 kilómetros tierra adentro.

En aproximadamente 150 hectáreas proliferan especies de plantas propias de entornos marinos, mientras que los suelos se encuentran entre los más improductivos del territorio y los pozos que allí se abren presentan altas concentraciones de nitritos y nitratos que los hacen inservibles para el consumo de los seres vivos.

La intrusión salina es un proceso irreversible que, de acuerdo con estudios de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), actualmente es una de las principales causas que incide en la pérdida de productividad de los suelos, como consecuencia de la degradación por el incremento de las sales en su composición química.

De igual forma, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha señalado que el incremento de la concentración de nitritos y nitratos, asociados a la salinidad de los acuíferos costeros, está relacionado con un aumento de las enfermedades renales, digestivas y cardíacas.

SOLUCIONES

En el 2018 el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos prevé instalar varias plantas desalinizadoras, pero estas no irán a la costa, sino a pozos ubicados precisamente en cuencas con altas concentraciones de nitritos y nitratos. Se trata de una solución que no ataca las causas del problema y, además, muy cara, por lo que urge tomar un grupo de medidas para proteger las zonas de recarga de las cuencas subterráneas.


Interior de la Planta desalinizadora en Guanabo, La Habana, Cuba. (Foto: Oscar Figueredo Reinaldo/ Cubadebate).

Entre las acciones recomendadas por los expertos se encuentran la eliminación de los sistemas de riego por aniego o gravedad, toda vez que exacerban los procesos secundarios de salinidad. Los sistemas de ahorro de agua en procesos industriales deben ser más eficientes con la introducción de sistemas de reciclaje y la disminución de la carga contaminante. En la actualidad hay cultivos que están en la costa, y urge retirar para sustituir por sistemas integrados con la presencia de bosques.

De igual forma la red de vigilancia del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos promueve periódicamente la realización de análisis de laboratorios y lecturas batométricas para controlar la calidad del agua en las cuencas subterráneas, una información que es procesada y comunicada a los organismos mediante cartas que muestran los resultados obtenidos (parámetros fuera de normas), y de esa manera tomar las medidas necesarias para regular la explotación de los acuíferos.

Otro tanto ocurre con proyectos como el que impulsan el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos y la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA), para el control de la intrusión salina en Artemisa y Mayabeque. Con un presupuesto de más de cuatro millones de dólares, el programa comprende la capacitación y adiestramiento de personal cubano, y el suministro de tecnología de avanzada para la realización de los estudios, el monitoreo y manejo adecuado del agua tomando en cuenta las influencias del cambio climático.

Y es que las soluciones pasan también por un cambio en la cultura del uso del agua, tanto de las instituciones y entidades como de la ciudadanía. En ese sentido la Política Nacional del Agua, aprobada en 2012, y la Ley de Aguas Terrestres, vigente desde 2017, contribuyen a la formación de un marco legal que regula la explotación de este componente ambiental. De igual forma el presupuesto del Estado dedica, solo en 2018, más de 485 millones de pesos al sector hidráulico, dirigido a un uso más eficiente de este recurso.

Sin embargo, el presupuesto y la voluntad política pueden chocar contra el muro de la indiferencia ante la falta de percepción del riesgo de directivos, productores y la ciudadanía en general. Mientras las malas prácticas se prolongan sin un actuar responsable y efectivo, cada día el mar lo aprovecha para penetrar silenciosamente tierra adentro y disminuir las ya deprimidas reservas acuíferas.


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José Armando Fernández Salazar

Para mí no hay nada mejor que estar con los que quiero, riendo y escuchando a los Beatles

Se han publicado 1 comentarios


senelio ceballos
 15/4/18 2:56

Saludos Lic.Jose A,Fernadez,,,,Le apoyo al 100% vuestro articulo y si me lo permiteis le  voy a indicar una fuente [ biblioteca  viviente ] SOBRE LOS SUELOS SALINOS al sur de mi tierra natal Ciego....Corrian los annos 1978-80, nos moviamos desde la universdad de Camaguey hacia las tierras moroneras hoy..UNICA....Teniamos al Profe-Zaldivar estudiador  bajo soles y lluvias de esa parte del centro de CUBA..MUCHAS VECES..caminabamos kilometros y kilometros estudiando la SALINIDAD....Cuando aquellos annos  mi persona  no endia mucho sobre ese TEMA.....Despues cuando nuestras  brigadas constructras comenzamos el CANAL-ZAZA-CIEGO....LLegue  a entender la importancia de este articulo  que hoy  lo leo en RUSIA CON MUCHO GUSTO [ZALDIVAR..retirado -trabajo muchos annos  en coordinacion con esas univrsidades]  Gracias a cubahora,cu por traernos temas como restos...VIVIMOS en tierras prestadas por nuestroos hijos y nietos!!! CARAY!!... CUIDARLAS!!!

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