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martes, 19 de noviembre de 2024

Hacer reír: oficio para sabios

El humor cubano ha tomado caminos que rompen con el arte de hacer reír a los diversos públicos para convertirse en una máquina reproductora de críticas y obscenidades

Yaicelín Palma Tejas en Exclusivo 05/08/2017
2 comentarios
Teatro América
El humor cubano ha tomado caminos que, a mi juicio, rompen con el arte de hacer reír a los diversos públicos (Maya Ivonne Quiroga Paneque / Cubahora)

El humor cubano ha tomado caminos que, a mi juicio, rompen con el arte de hacer reír a los diversos públicos para convertirse en una máquina reproductora de críticas y obscenidades, que atentan contra el oído de quienes escuchan.

En no pocas ocasiones el criterio de que los cubanos somos los únicos que bromeamos con nuestros propios problemas ha sido motivo de orgullo para los nativos de la Mayor de las Antillas, y hasta se ha convertido en parte de nuestra idiosincrasia.

Estoy de acuerdo con que somos alegres, carismáticos, jaraneros, y hasta me gusta reírme de las cosas que me pasan, pero me opongo totalmente a escuchar de nuestros humoristas las burlas más bajas, carentes de ética, que atacan nuestra identidad, cuando se supone que recibieron una preparación adecuada para ejercer esa manifestación del arte.

En mi última visita a La Habana asistí al espectáculo de Orlando Manrufo Córdova, más conocido como Mariconchi, que ofrece todos los jueves, a las nueve de la noche, en el Teatro América, ubicado en la calzada de Galiano de la capital del país.

Desafortunadamente, allí, en lugar de disfrutar los chistes, pensaba solo en las degradantes expresiones de los invitados del humorista al referirse a Cuba y a los cubanos.

Dirigiéndose a unos canadienses que formaban parte del público presente esa noche, los humoristas preguntaron qué tiempo llevaban en nuestro país, a lo que ellos respondieron que 15 días. Los artistas preguntaron que si les había gustado la isla, y ellos dijeron que sí, y mucho; entonces comenzaron a reír, y exclamaron con gestos: ¡que se pasaran 55 años más para ver si les gustaba igual!

A eso se añadió el desprestigio a personas que subieron a la tarima para participar en los juegos, catalogándolos como delincuentes con tan solo ver su foto del carné; y las crudas escenificaciones del acto sexual, en las que la mujer cubana se ilustra como “facilona” y promiscua.

Lo más triste es que la mayoría de los presentes en el Teatro América, aplaudieron y gozaron con las malas palabras y el hipercriticismo más crudo de nuestra realidad, sin percatarse que era una chota a ellos mismos.

Yo me pregunto, si los productos culturales y divulgativos, dígase del mundo de la música, el cine, y hasta en la propia prensa cubana, transitan muchas veces por una minuciosa revisión, ¿por qué en espacios abiertos como los teatros y plazas públicas se permite ventilar tantas expresiones denigrantes del cubano?

El Teatro de Variedades América, con su imponente presencia, es un verdadero hito visual, social y cultural de la capital del país, con una historia ilustre, que exhibe con orgullo los nombres de las importantes personalidades del arte de nuestro país y del mundo, que han desfilado por su escenario desde su fundación y hasta la fecha.

Pero, estas escenas atentan contra esa rica trayectoria institucional, y con el valor profesional de otros humoristas muy populares por estos días que prefieren hacer reír, y critican de igual manera, pero de una forma sugerente, sutil, y no tan explícita.

Esa no es una experiencia solo de La Habana y sus salas oscuras, en Las Tunas en varias ocasiones hemos presenciado espectáculos faltos de estética, valores y creatividad para entretener.

Nuestra sociedad refina cada día su gusto tras el acceso a productos audiovisuales, sobre todo, foráneos que le proponen entretenimiento y diversión desde la inteligencia, por eso, debe ser una prioridad para los artistas cubanos y, en particular, humoristas, concebir espectáculos más creativos, criollos y respetuosos.

Hacer reír es también un oficio para sabios.


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Yaicelín Palma Tejas

Periodista de Las Tunas graduada en la Universidad de Camagüey. Amo con locura lo que se hace con el corazón.

Se han publicado 2 comentarios


A Xere
 10/8/17 11:05

Yaicelín: Usted tiene la razón en todo lo que expone en su artículo, sin excepciones, pero me permito hacer una pregunta, no a usted en particular, pero no puedo evitar hacerla porque se trata de algo que toca una de las fibras que con más frecuencia se pone "sensible" en nuestra sociedad. Usted expone que "...la mujer cubana se ilustra como “facilona” y promiscua..." y esto es totalmente cierto. Pero a estas alturas (porque no es un fenómeno nuevo ni nada por el estilo) cabría preguntarse, para llevar el análisis un poco más lejos: ¿Quién tiene la culpa de eso? ¿Los que la critican, o las que llevan a quienes las rodean a que las critiquen? Es cierto que no se puede ser absoluto en un tema tan escabroso como lo es la heterogeneidad de caracteres habidos en toda una sociedad, pero por lo que se ve en la calle y en el día a día, puede llegar un día (valga la redundancia) en que no haya necesidad de observar diferencias, ¡porque no las va a haber! En Cuba las modas existen en todos los ámbitos. Son fiebres. Lo mismo hay "brotes" de cristianos pentecostales, que de abakuás, que de emos, que de reparteros (este es uno de los últimos, y posiblemente el que más se hace sentir sobre todo por la... ¿música...? que escuchan, y obligan a escuchar a todos a su alrededor...) y de igual manera, desde que el reggaeton pasó por el "filtro cubano" casi no hay mujer joven o medianamente joven que no encuentre modo de expresarse y darse a notar que ese de perder el pudor y el recato. Por desgracia, lo que se ve es que son la mayoría. Por suerte, se dice que no lo son. Tengo la esperanza de que la suerte sea más real que la desgracia. Si no, ¿qué será de lo más lindo que tenemos los cubanos: nuestra "sui-generisidad"...?

Nor1
 8/8/17 11:41

no se ni que decir. nuestro humor es parte del choteo y eso ya venia del teatro bufo, incluso con mucho racismo a mi parecer. es verdad que hay "humoristas" que hacen el show a costa del publico, "cogiendolo pa la cosa". ahora tienen la limitante que no se pueden hacer chistes denigrandes de ningun limitado fisico u otros grupos sociales diferentes. pero siguen con la homofobia a pesar de las campañas contra esta. es un tema complejo pues incluso las criticas al gobierno tambien tienen su balance.

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