El racismo, la xenofobia y la intolerancia son problemas frecuentes en el mundo. Por su color de piel u origen étnico las personas pueden ver limitados su acceso a servicios básicos como la educación y la salud, sufrir represión injusticias.
A nivel estructural y de gobierno también se permiten esas carencias mediante políticas de exclusión, lo que conlleva a minorías desfavorecidas en todos los ámbitos.
En Cuba, declara el Artículo 42 de la Constitución de la República: “Todas las personas son iguales ante la ley, reciben la misma protección y trato de las autoridades y gozan de los mismos derechos, libertades y oportunidades, sin ninguna discriminación (…)” .
Desde el triunfo de la Revolución esta ha sido una máxima del gobierno y el país, donde no hay lugar para el maltrato por origen étnico, color de la piel, ni cualquier otro tipo de diversidad.
Varias políticas encaminadas a la eliminación del racismo y las desigualdades se iniciaron por aquellos tiempos, lo que permitió integrar a la sociedad a sectores de la población antes marginados por pensamientos heredados de la esclavitud en la colonia y la burguesía elitista neocolonial.
Sin embargo, aunque a nivel político y jurídico no está presente el racismo, todavía se considera que permanecen vestigios de este a nivel cultural y social, en la mentalidad de las personas.
Es por ello que el pasado año se creó el “Programa nacional contra el racismo y la discriminación racial”, el cual pretende combatir y eliminar definitivamente este flagelo en la sociedad cubana.
Este tiene como antecedentes la labor de la Comisión Aponte, grupo de trabajo permanente para luchar contra la discriminación racial y rescatar las raíces africanas en Cuba, fundado en 2009 por Miguel Barnet.
Para Rolando Rensoli, vicepresidente de la Comisión Aponte, el principal problema del racismo es cultural, es de raíces históricas de trasfondo cultural, económico y psicológico. “(…) lo más difícil son las raíces psicológicas que tiene el racismo en Cuba. Hay personas que involuntariamente practican acciones de racismo”, explicaba en una Mesa Redonda sobre el tema.
Para combatir esta mentalidad y para realizar acciones concretas al respecto, se creó una comisión que acompañará al actual Programa Nacional. Está integrada por 18 entidades estatales, 18 organizaciones de la sociedad civil y 12 entidades investigativas; y la dirige el presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez.
El ministro de cultura, Fernando Rojas Gutiérrez, explicó que como parte del plan de temas aprobado por la comisión para el año se analizará cómo se debate el racismo en la arena internacional y cómo se proyectan la sociedad civil y las estructuras de dirección en torno al tema.
A partir de estos análisis se realizarán políticas públicas y otras tareas para lograr una sociedad más igualitaria y con oportunidades para todos.
Además, el Programa Nacional incluirá la lucha contra el regionalismo y la discriminación por el origen étnico y nacional, manifestaciones asociadas también al racismo.
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