Cuba: el mundo en que vivimos (+ Infografía)

Seremos cerca de 8600 millones de terrícolas en 2030 y se prevé, además, que la población mundial alcance los 9800 millones en 2050 y los 11 200 en 2100. Los datos, registrados en el más reciente informe anual de las Naciones Unidas, recorren desde hace varias semanas las portadas de medios de prensa nacionales e internacionales.

En el reporte, publicado por el Departamento para los Asuntos Económicos y Sociales de la ONU bajo el nombre Perspectiva de la Población mundial, la revisión de 2017 hace una proyección específica de 8551 millones para el 2030.

Por otra parte, se estima que, en la actualidad, el mundo cuente con 7600 millones de personas. La mayor cantidad está en Asia, con un 60 % de habitantes; seguido por África (17 %), Europa (10 %), América Latina y el Caribe (9 %), mientras que el por ciento restante se ubica en América del Norte y Oceanía.

Las cifras, a su vez, permiten interpretar que esta tendencia al alza continuará a un ritmo de aproximadamente 83 millones de personas más cada año, pese a la disminución constante de los niveles de fertilidad.

Sin embargo, según el criterio de las doctoras Janet y Daelée Monteagudo, profesoras de la Universidad de Ciencias Médicas de Villa Clara: “…precedido por ese supuesto crecimiento de la población debido a las altas tasas de fecundidad y al progresivo aumento de la esperanza de vida en todo el mundo, hoy se debe hablar de un verdadero fenómeno de implosión demográfica, también llamado invierno demográfico o segunda transición demográfica”, concerniente al cambio en la distribución de la población que, en lugar de dispersarse en pequeños grupos y depender de diversos ambientes, se encuentra en comunidades industriales o agrícolas con densidades de población relativamente elevadas.

Más adelante, las especialistas explican que, producto a lo anterior, se ha llegado a un proceso de cambio gradual en la estructura por edades de la población, que se caracteriza por un incremento relativo en la proporción de personas de 60 años o más, y que todos conocemos como envejecimiento demográfico o poblacional.

TABLA NACIONAL

En ese 9 % que distingue a la población de América Latina y el Caribe se ubican los 11 239 224 cubanos que existían en la isla al cierre de 2016.

Según expone, el más reciente informe sobre Indicadores Demográficos de Cuba y sus Territorios, publicado por la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI), en términos estrictamente demográficos, la mayor de las Antillas ha venido atravesando por lo que se conoce como crecimiento nulo o población estabilizada, lo cual quiere decir que las variaciones entre un año y otro en el total de habitantes resultan muy reducidas, situación que no ha variado desde 2005.

Particularmente en Cuba, el envejecimiento de su población se ha convertido en un hecho trascendental. El país hoy cuenta con un porcentaje de 19,8 adultos mayores de 60, y se estima que para el 2025 uno de cada cuatro cubanos oscilará en esta edad.

Aunque desde la investigación científica no se precisa un orden de importancia de las causas del envejecimiento demográfico, de cualquier manera, la disminución de la fecundidad es la causa más importante, seguida por el descenso de la mortalidad. Asimismo, tanto las migraciones de la población joven como la elevación de la esperanza de vida, son factores que influyen en el envejecimiento demográfico.

El vínculo entre la dinámica demográfica de un país y la familia es muy estrecho, aseguran los profesores de la Universidad de Ciencias Médicas de La Habana, Milagros Isabel Collazo y Jorge Luis Calero Ricardo, en su ponencia Algunas características del envejecimiento poblacional en Cuba.

Quizás el fenómeno más visible —coinciden— sea el de la fecundidad. Desde 1978, las parejas cubanas han tenido una cantidad menor de hijos que los 2,1 nacimientos promedio por mujer necesarios para garantizar que haya un remplazo generacional.

Ello ha incidido directamente en el tamaño y la composición de la familia. Este proceso se gestó en un contexto favorable, con políticas sociales dirigidas a elevar el nivel de vida de la población cubana y a incrementar el rol de la mujer en la sociedad; todo ello, indiscutiblemente, actuó de forma decisiva en la conducta reproductiva femenina e hizo de Cuba un país que, en la actualidad, muestra la menor fecundidad de Latinoamérica.

Por otra parte, con la implementación de nuevas regulaciones migratorias, en enero de 2013 se contemplaron beneficios para los residentes permanentes en el país, tales como la permanencia en el exterior hasta dos años sin perder su condición de residente, a la vez que se flexibilizaron los procesos de repatriación; ambas medidas, aunque incidieron durante los años 2013 y 2014 en un saldo migratorio positivo, en los años siguientes hasta 2016 se volvió a ratificar la dinámica migratoria del país.

Por último, no sería posible hablar de las causas del envejecimiento de la población cubana sin hacer referencia a la esperanza de vida. La nación caribeña exhibe cifras de 78,45 años, como expresión de las acciones realizadas por el Estado en función del desarrollo social y económico del país. Si analizamos que países como Argentina, Estados Unidos y México ostentan cifras de 76,16, 78,94 y 76,72 respectivamente, podemos deducir que Cuba se ubica entre las más destacadas dentro de los países de la región.

Ahora bien, si positivo resulta el hecho de contar con una esperanza de vida al nacer que iguala, e incluso supera, a algunos de los países desarrollados, ello, a su vez, impone un nuevo reto para el país y su sistema de salud; pues lo más importante no es morir menos, o hacerlo más tarde, sino que se debe vivir con plena calidad de vida y óptimo estado de salud.

Cuba es el país de menor crecimiento demográfico en el contexto latinoamericano. Ante esta situación sin precedentes, el gobierno entiende y trabaja ante la necesidad de plantearse, de manera urgente, estrategias que permitan enfrentar desde lo político, lo económico y lo social este fenómeno en ascenso.