Conservación del patrimonio en Santiago: un aprendizaje necesario

Un año después, del paso del huracán Sandy por la provincia de Santiago de Cuba, el Casco Histórico de la urbe muestra un rostro renovado. Ya es posible transitar por la carretera central y por las avenidas Garzón y Las  Américas. Pero en Santiago nadie olvida las pérdidas humanas, la destrucción de viviendas y la ruina de edificaciones patrimoniales.

Por eso se hace más necesario que nunca preparar a la población santiaguera a través de cursos y talleres. Recientemente se implementó en la antigua capital cubana el proyecto Fortalecimiento de la capacidad de gestión para la reducción del riesgo sísmico en Santiago de Cuba.

En exclusiva para Cubahora, Gisela Mayo, directora del Plan Maestro de la Oficina del Conservador de la ciudad de Santiago de Cuba, se refirió al apoyo solidario que ha brindado en los últimos meses la ONG CARE Internacional, presente en la ciudad caribeña hace 15 años, con una metodología de trabajo participativa.

“Una de las estrategias llevadas a cabo por la Oficina del Conservador es el estudio de la vulnerabilidad en las instalaciones turísticas. Dentro de ellas tenemos al Hotel Casagranda que próximamente cumplirá cien años de su fundación y sufrió algunas afectaciones producto del ciclón.

“Por otra parte, contamos con construcciones vulnerables debido al grado de antigüedad y por la falta de una política global para encarar el paso del tiempo.

“Hoy se está priorizando la construcción por esfuerzo propio para mejorar las condiciones de habitabilidad pero hay edificaciones que, necesariamente, requieren de una acción pública privada por la altura de las mismas, por los materiales empleados en ellas, porque son muy antiguas y requieren de técnicas especializadas para su restauración.

“Tenemos que incorporar en el Casco Histórico la asesoría técnica a la población. Necesitamos contar además con una empresa constructora- al estilo de Puerto Carenas en La Habana- así como de la implementación de convenios de colaboración”, explicó la especialista.

—¿Cómo es el proceso de conservación que realiza la Oficina del Conservador?

—Las edificaciones del Centro Histórico están catalogadas en grado de protección uno, dos ó tres en función de las leyes del Patrimonio. En los grados uno y dos, por lo general, la población no puede intervenir solo si cuenta con los recursos y el poder económico necesarios.

“En esa zona, reparamos unas 300 viviendas y mejoramos las condiciones de habitabilidad en los puntos más vulnerables: cubiertas, redes hidráulicas, sanitarias y eléctricas.

“Cuando una entidad labora en un edificio de alto valor patrimonial tiene la responsabilidad de restaurar las viviendas que están en el entorno.

“Por ejemplo, con la restauración del Hotel Rex, donde se hospedaron asaltantes al cuartel Moncada el 26 de julio de 1953, se le dio una nueva vida a la Plaza de Marte, la principal plaza de la ciudad”.

—¿Cuáles fueron las edificaciones patrimoniales más dañadas por el huracán Sandy?

—El Cementerio de Santa Ifigenia había sido restaurado unos meses antes del paso del ciclón y sufrió serias afectaciones. Ya está totalmente recuperado el edificio administrativo y algunas de las bóvedas fundamentales. Logramos restaurar el cayo que se ubica dentro del área protegida del Castillo del Morro San Pedro de la Roca.

“La ONG CARE Internacional, ha logrado concientizar a las personas, a través de su proyecto de capacitación y educación, sobre cómo protegerse ante riesgos sísmicos, huracanes, tempestades y fuertes vientos para salvar la vida y las edificaciones patrimoniales. Sandy fue un gran aprendizaje para todos los santiagueros”.