La llamada Agencia de EE.UU. para el Desarrollo Internacional (USAID) denunciada por ser una fachada más del aparato de inteligencia de Estados Unidos, acaba de negar a un reconocido investigador, el acceso a documentos relacionados a sus operaciones en Cuba, por ser “secretos”.
La USAID se negó a revelar detalles fundamentales de las actividades de Freedom House en Cuba desde enero de 2000 hasta diciembre de 2007, reclamados por el periodista Tracey Eaton, editor del sitio web Along the Malecon. Los documentos fueron solicitados en virtud de la ley federal de acceso a la información, el Freedom of Information Act (FOIA).
En su mensaje a Eaton, la controvertida agencia cita una exención de la FOIA, que cubre no solo "los secretos comerciales e información comercial o financiera" que es "privilegiada o confidencial" sino cualquier secreto vinculado a sus operaciones de inteligencia, clandestinas e obviamente ilegales.
“La exención es lo suficientemente vaga como para proteger a casi toda la información de la vista pública”, comenta Eaton en su pagina web.
“Envío clandestino de material electrónico a la isla”
USAID firmó en 1999 un contrato con Freedom House, con 11 acuerdos complementarios, donde se menciona los programas de actividades de la organización en Cuba. El documento menciona "socios extranjeros" y "socios en el extranjero", pero no les identifica.
La agencia conocida por dedicarse a la desestabilización detrás de la pantalla del desarrollo, reconoció implícitamente en 2008 el carácter secreto, ilegal y correspondiente a espionaje de sus actividades en Cuba.
El 14 de mayo de este año, José "Pepe" Cárdenas, cabecilla cubanoamericano entonces jefe para América Latina de la USAID, expuso en una asamblea convocada en Washington, cómo distribuiría los 45 millones de dólares asignados a la subversión en Cuba a través de lo que llamo "instituciones experimentadas".
Dijo que iba a promover el envío clandestino de material electrónico a la Isla a través de intermediarios europeos y latinoamericanos que realizarían operaciones que no se puede legalmente desarrollar; que favorecería los viajes de agentes en el país, usando las llamadas licencias humanitarias para realizar "evaluaciones en el terreno".
Actividades “por encima de la ley”
Por encima de estas propuestas para las cuales se solicitó ofertas, Cárdenas dijo que la agencia garantizaría un secreto absoluto a sus colaboradores, que sus actividades nunca serían divulgadas, “incluso por encima de la ley FOIA” de acceso a la información.
Las garantías así formuladas por Cárdenas en nombre de la agencia llevo, entre otras cosas, a la adjudicación de un jugoso contrato a la firma “Development Alternatives Inc.” (DAI) cuyo subcontratista, Alan Gross, fue luego detenido y condenado por sus actividades. La USAID ya negó a Tracey Eaton copias de las propuestas presentadas en este caso.
En textos de USAID anteriormente publicados se hace referencia al desarrollo en Cuba de una “capacidad de despliegue que debe incluir la posibilidad de establecer un espacio de oficina, telecomunicaciones, arreglos para el transporte, identificación y contratación de personal local para hacer compras locales y “otras acciones”.
Paralelamente a estas actividades sucias de la USAID, otra agencia federal, el Buro de Gobernadores de las Transmisiones (BBG por sus siglas en ingles) , contrató hace poco la firma israelí RRSat Global Communications con misión de regar por satélite los televisores de los cubanos con programas de propaganda norteamericana.
Igualmente, un contrato destinado a bombardear miles de celulares cubanos, seleccionados desde una fuente indeterminada por el propio BBG, con mensajes propagandísticos se atribuyó a Washington Software, una firma “de propiedad asiatica”.
EEUU invierte mil millones de dólares anualmente en las operaciones supuestamente “humanitarias” en Latinoamérica y el Caribe de su llamada Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID).
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