El desarrollo de las Farmacias en La Habana, es el resultado de una evolución emprendedora, competitiva y creativa de peninsulares y criollos.
En fecha tan temprana, como 1598, existen en La Habana 2 boticas, que desde sus inicios aprovechan el conocimiento de los lugareños en cuanto a remedios, mientras importaban producto y medicamentos de España para satisfacer las necesidades farmacológicas de la población
La Real y Pontificia Universidad de San Juan de Letrán, se funda en 1728. Teniendo entre su diseño curricular la catedra de medicina. Sin dudas, los nuevos galenos necesitan de las producciones he importaciones de fármacos.
La Junta Superior Gobernativa de la Facultad de Farmacia es creada en Madrid en 1830 y 3 años más tarde se traslada a La Habana estableciéndose. El auge farmacéutico es significativo. Ya para 1844 existen en La Capital 50 boticas, que van dando lujos a sus establecimientos, al introducir la porcelana francesa y el cristal de manera utilitaria y ornamental.
La Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana fundada en 1861, crea la sección de Farmacia y años después (1880), se crea el Colegio Farmacéutico, cuyo presidente fue el doctor José Sarrá, propietario de uno de los establecimientos farmacéuticos más prestigioso. La Farmacia LA REUNIÖN. La Habana cuenta ya en estos años con 68 boticas, donde se venden medicamentos con patentes nacionales y extranjeras, plantas medicinales, artículos de perfumerías e higienes, materiales para curaciones y diferentes sustancias químicas.
La Reunión es fundada el 20 de mayo de 1853 en la calle Teniente Rey # 41 / Compostela y Habana, Quedaba formada así la Sociedad, Sarrá y Co, cuyo interés era consolidar en el lugar una farmacia alopática y homeopática. Por diversas razones en 1865 las relaciones mercantiles se rompen y se crea Sarrá y compañía que amplían sus dominios comprando la finca 767 situada en Compostela # 95 y 95A donde colocan sus almacenes.
Con la muerte de Don José Sarrá y Catalá el nuevo propietario es su sobrino José Sarrá y Valldejuli quien continúa ampliando los espacios de la farmacia, le incorpora nuevos mobiliarios, decorando los mostradores con relucientes vidrieras, convirtiéndose La Reunión en la farmacia más importante de la Habana. Ya para principio del siglo XX La Reunión es la primera en Cuba y la segunda en el mundo.
El 15 de Octubre de 1898, ya la sociedad adquiere un nuevo nombre Viuda de Sarrá e Hijos, quien persiste en las tradiciones familiares de ampliar las capacidades. En 1912 el dominio de la familia Sarrá abarca varias casas de las Calles de Teniente Rey, Compostela, y Habana. El complejo Sarrá llaga a tener 18 inmuebles donde se destaca el lujo y el buen gusto. La Reunión sobresale por sus decorados, vidrieras, lámparas, el dominio de la carpintería en sus puertas y ventana, la ebanistería se consolida en sus estantes de caoba, sus espejos con dibujos dan fe a su nombre, sus mostradores con pasamanos de bronce relucen, la forma de presentar los productos es creativa. Los vitrales permiten el paso de la luz con múltiples matices, creando una atmosfera acogedora para cada salón. En todos sus espacios sobresale en estilo neogótico con influencia morisca.
Después del triunfo de la Revolución Cubana en 1959, la farmacia es nacionalizada. Continuando con esta función hasta el año 1999.
Como parte del intenso programa que viene desarrollando la Oficina del Historiador de la Habana en rescatar nuestro patrimonio y en especial La Habana Vieja, La Reunión, junto a la Droguería Johnson y Taquechel, fue objeto de restauración. Durante décadas, se desplego un trabajo investigativo y de acopio todo tipo de instrumental farmacológico referente a la época, excavaciones arqueológicas contribuyeron en el aporte de piezas así como los trabajos de restauración. El 30 de julio del 2004 se inaugura como museo, que a la vez brinda servicio farmacológico.
Este museo cuenta con tres salas principales. Un primer salón expone todo lo relacionado con la farmacia o botica original. El segundo salón o central muestra al visitante diferentes instrumentales, colecciones de frascos de porcelana donde se enuncian el nombre de los productos y medicamentos así como el nombre de la farmacia. Microscopios, balanzas, pastilleros y libros de fórmulas engrosan las colecciones. Un tercer salón se dedica a la venta de productos farmacéuticos como la Spirulina, emulsión de Scout. Están presente en la venta la medicina tradicional, plantas medicinales.
La farmacia La Reunión es una historia viva que recoge toda una maestría en el arte y ciencia de la farmacología en Cuba.
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