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miércoles, 27 de noviembre de 2024

La Constitución que legitimó la Protesta de Baraguá

Se trata de la segunda de las Constituciones Mambisas y la más corta, con solo seis artículos...

Narciso Amador Fernández Ramírez en Exclusivo 15/03/2019
2 comentarios
Protesta de Baraguá 2
Si la Protesta del general Antonio salvó la honra pisoteada en el Zanjón, la Constitución firmada a su abrigo fue la legitimación de la voluntad de un país de ser libre

La histórica Protesta de Baraguá protagonizada por Antonio Maceo, el 15 de marzo de 1878, hace ahora 141 años, está enraizada en el sentimiento patriótico de cada cubano.

Desde pequeños nos enseñaron a venerarla y muchos de nosotros escenificamos lo sucedido bajo aquella arboleda de mangos, cuando Maceo se irguió enérgico para protestar contra el infame Pacto del Zanjón.

“Guarde usted ese documento, no queremos saber nada de él” fue la inolvidable frase del Titán de Bronce que a viva voz decía el elegido para interpretar al caudillo oriental.

En tanto, otro niño representaba al general español Arsenio Martínez Campos, quien veía como se le escapaba  la posibilidad de humillar al “mulato arriero”, como despectivamente decía al referirse al general Antonio.

Tampoco los nacidos en esta patria olvidamos otra de las frases célebres de Baraguá: “¡Muchachos, el 23 se rompe el corojo!”, dicha con alegría por el capitán mambí Florencio Salcedo, del regimiento Cambute, al saber que ocho días después de la entrevista volverían a romperse las hostilidades entre cubanos y españoles.

Pero casi en el olvido, a la sombra de tan brillante acontecimiento, está la Constitución de Baraguá, la segunda de las constituciones hechas en campos de Cuba Libre y la más pequeña de todas en cuanto a extensión, aunque no en importancia.

Y si la Protesta Baraguá es “de lo más glorioso de nuestra historia”, como la calificara José Martí, la Carta Magna de apenas cinco artículos firmada en ese lugar de la geografía oriental, no deja de tener extraordinaria significación, pues legitimaba la voluntad de los cubanos a no rendirse a las adversidades, ni claudicar jamás ante el enemigo.

José Luciano Franco, en su libro Antonio Maceo Apuntes para una historia de su vida, en el Tomo I, significaba el hecho patriótico:

“Por indicación del general Maceo se reunieron esa misma tarde en la sabana de San Juan, de coronel abajo, los ciento cuatro oficiales libertadores que allí se hallaban, para acordar la nueva forma de organización que debía darse a la Revolución. (…) por unanimidad acordaron ratificar la decisión del general Maceo, rechazando el Convenio del Zanjón y llevar adelante la Protesta de Baraguá.

(…) se designó (…) una comisión formada por cinco individuos (…) la que redactó el Estatuto Provisional que había de sustituir a la Constitución de Guáimaro (…)”.

En su articulado, la Constitución de Baraguá ratificaba la voluntad de los cubanos de continuar la lucha a muerte contra España y no aceptar otras condiciones de paz que no fueran las de la independencia de Cuba:

  1. La Revolución se regirá por un Gobierno Provisional, compuesto por cuatro individuos.
  2. El Gobierno Provisional nombrará un General en Jefe que dirija las operaciones militares.
  3. El gobierno queda facultado para hacer la paz bajo las bases de independencia. No podrá hacer la paz con el gobierno español bajo otras bases sin el conocimiento y consentimiento del pueblo.
  4. El gobierno pondrá en vigor todas las leyes de la República que sean compatibles con la presente situación.
  5. El poder judicial es independiente, y residirá conforme a las leyes antiguas, en consejos de guerra.

Derivado de los trascendentes acuerdos, el 16 de marzo de 1878 quedó decidido que el mayor general Manuel de Jesús Calvar, Titá, ocupara el cargo de Presidente de la República de Cuba en Armas; en tanto, el mayor general Vicente García, quedaba al frente del Ejército Libertador.

Para el Héroe de Baraguá, Antonio Maceo, fue la designación de segundo jefe del Ejército, con el Departamento militar de Oriente bajo su mando.

Lamentablemente la Revolución estaba herida de muerte y no sobrevivió a la falta de unidad existente y a otros errores acumulados como el caudillismo, el regionalismo y la falta de apoyo desde el exterior.

Sin embargo, lo sucedido en Mangos de Baraguá no fue en vano, mucho menos la Constitución nacida a su abrigo. Hoy somos legítimos herederos de la inmortal Protesta y en la Constitución recién aprobada en Referendo Popular ambos hechos están presentes.

Si tenemos una Carta Magna socialista, inclusiva y de avanzada se debe también en buena medida a que tuvimos un Baraguá y una Constitución que desde la manigua le dio visos de legalidad y democracia a la lucha independentista.

Y si la Protesta del general Antonio salvó la honra pisoteada en el Zanjón, la Constitución firmada a su abrigo fue la legitimación de la voluntad de un país de ser libre y tener desde la manigua insurrecta sus propias leyes.

De esas gloriosas raíces venimos, y de ellas seguiremos bebiendo para construir el porvenir de la Patria.


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Narciso Amador Fernández Ramírez

Periodista que prefiere escribir de historia como si estuviera reportando el acontecer de hoy

Se han publicado 2 comentarios


gina
 15/3/19 14:52

Es honroso para nuestra Patria haber tenidos tantos héroes brillantes y uno de los mas brillantes entre ellos es Maceo, que además de valiente y de grandes principios supo poner bien en alto la dignidad de un pueblo que aún hoy no se rinde ni se rendirá jamás como nos enseñó también Fidel !Viva Cuba Libre!!!!!!

Narciso
 16/3/19 14:57

Muy bellas palabras. Maceo tenía tanta fuerza en la mente como en el brazo, lo dijo José Martí, quien bien lo conociera. Gracias por comentar.

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