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jueves, 15 de mayo de 2025

Heroínas: La mujer en la lucha contra el fascismo    

La mujer no estuvo ajena a la justa lucha antifascista estando a la vanguardia de la misma....

Grabiel Vargas Guevara en Exclusivo 10/05/2025
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Heroínas: La mujer en la lucha contra el fascismo
La mujer no estuvo ajena a la justa lucha antifascista acontecida durante las décadas de 1930 y 1940 en el mundo (Mirelsys Madrigal González / Cubahora)

A lo largo de la historia, la mujer ha desempeñado un papel crucial en los conflictos bélicos, participando activamente en los hospitales de sangre, campos de batalla y desarrollando otras vitales tareas detrás de las líneas enemigas. Durante las décadas de 1930 y 1940, el mundo vivió la expansión del fascismo y la urgente necesidad de combatirlo. La mujer no estuvo ajena a la justa lucha antifascista estando a la vanguardia de la misma.

En España, el activismo femenino antifascista tomó fuerza gracias al Partido Comunista Español, que promovió la integración de las mujeres en la resistencia contra la influencia de los regímenes ultranacionalistas y totalitarios que, tras su instauración en Italia y Alemania, habían ganado simpatizantes en la extrema derecha española convirtiéndose en una amenaza contra de la estabilidad de la república.  

El general Francisco Franco, al frente de las fuerzas parafascistas encabezó la lucha contra el gobierno republicano (1937-1939) contando con el respaldo de Alemania e Italia.

Una de las figuras más destacadas de la lucha antifascista en España fue Dolores Ibárruri Gómez, conocida como La Pasionaria. Incansable activista comunista y miembro del equipo de redacción del periódico Mundo Obrero, promovió una intensa campaña contra la ideología fascista durante la guerra civil. Tras la caída de la república en 1939, se exilió en la Unión Soviética, donde continuó su lucha y se convirtió en representante de España ante la Internacional Comunista.

El triunfo franquista desató una represión brutal contra los republicanos. Uno de los episodios más trágicos fue el asesinato de trece mujeres, ocurrido el 3 de agosto del año 1939. Condenadas por un Consejo Permanente de Guerra bajo el cargo de adhesión a la rebelión, fueron ejecutadas en Madrid, en un crimen que pasó a la historia como Las Trece Rosas, y que se ha convertido en un triste símbolo de la represión fascista en España.

En Polonia, Francia, Italia, Países Bajos y en los de Europa del Este muchas mujeres participaron activamente en la resistencia contra el invasor fascista, adoptando diversos roles como combatientes, espías y organizadoras de redes clandestinas.

En la Unión Soviética, destacaron figuras como Ludmila Pavlichenko, una afamada francotiradora, que combatió en la batalla de Odesa y posteriormente, en el sitio de Sebastopol. La cual ganó la admiración de varios países que integraban la coalición antifascista al eliminar 36 francotiradores de élite alemanes. Pavlichenko, logró con su actuación inspirar a otras féminas soviéticas y del resto del mundo.

Tras ser evacuada del frente a causas de heridas sufridas en combate, se le incorporó a la delegación soviética, que en septiembre de 1942 realizó un recorrido por países miembros de la coalición antifascista; el Reino Unido, Canadá y los Estados Unidos. En este último país fue recibida en la Casa Blanca por el presidente estadounidense, Franklin D. Roosevelt, convirtiéndose en la primera persona con ciudadanía soviética en gozar de ese privilegio.

Admirada por la primera dama Eleanor Roosevelt, esta organizó una gira por los Estados Unidos, permitiendo así a Ludmila Pavlichenko la posibilidad de impartir charlas con el fin de concientizar la necesidad de la apertura de un segundo frente en Europa contra los nazis. Tras finalizar su tarea en la delegación diplomática, fue incorporada como instructora a una academia de francotiradores donde permaneció hasta concluida la guerra.

El 588.º Regimiento de Bombarderos Nocturnos popularmente conocido como las "Brujas de la noche", fue un escuadrón de aviadoras soviéticas que entró en combate en junio de 1942 y se mantuvo hasta la conclusión del conflicto en 1945. Marina Raskova, famosa aviadora y heroína nacional soviética fue quien propuso a Stalin la idea de formar un regimiento especial de aviación compuesto sólo por mujeres.

Estas valerosas mujeres emprendieron sus misiones de combate con equipos anticuados para la época, pilotando los modelos biplanos Polikarpov 2. Aviones que habían sido concebidos para tareas de fumigación y de entrenamiento. Carecían de radio para las comunicaciones y bodegas donde almacenar las bombas. No poseían ametralladoras y se veían imposibilitadas de enfrentarse en duelo aéreo contra la aviación alemana. Su principal misión era bombardear en las noches las posiciones del enemigo. Tarea que fue emprendida eficazmente logrando sembrar el pánico entre los soldados alemanes, siendo estos quienes la bautizaron con el nombre que las hizo popular.

Zoya Anatólievna Kosmodemiánskaya fue una joven soviética asesinada por los nazis con tan solo 18 años de edad. Tras la invasión alemana a la URSS, se incorpora a la resistencia contra el invasor. Actuando con unidades de partisanos en el territorio controlado por el enemigo. Fue hecha prisionera y sometida a diferentes tipos de torturas, pero no pudieron obtener información sobre sus compañeros de armas.

Los nazis decidieron ahorcarla y obligaron a los habitantes de la aldea de Petrishchevo a presenciar el brutal asesinato, ante sus verdugos Zoya Kosmodemiánskaya exhortó a sus compatriotas a luchar contra el ocupante fascista y pronunció una frase lapidaria "somos 200.000.000 de nosotros. No podrán colgarnos a todos"

El diario de Ana Frank, escrito entre el 12 de junio de 1942 y el 1 de agosto de 1944, ha sido considerado por algunos investigadores como un símbolo de la lucha antifascista. Su testimonio se erige como un arma de denuncia contra los crímenes perpetrados por la Alemania nazi contra el pueblo judío, convirtiéndola, para muchos, en una combatiente de la resistencia desde la palabra.

Algunas heroínas se han escapado de este pequeño artículo, al igual que otras cuyas hazañas permanecen en el anonimato.

Muchos señalarán que no abordé la lucha contra el fascismo en el Chile de Pinochet, donde las mujeres desempeñaron un papel crucial. Sin embargo, en esta ocasión me he centrado exclusivamente en las décadas de 1930 y 1940, con un enfoque particular en Europa.


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Grabiel Vargas Guevara

Profesor en la Universidad de Oriente


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