//

domingo, 24 de noviembre de 2024

Contratiempos y victorias de la invasión

Tras las huellas de los mambises se extendió la lucha rebelde al resto de Cuba…

José Gilberto Valdés Aguilar en Exclusivo 31/08/2022
0 comentarios
Camilo y Ché
Los comandantes “Che” Guevara y Camilo Cienfuegos demostraron ser capaces de llevar a cabo importantes misiones militares.

El 31 de agosto de 1958, un contingente de 140 hombres del Ejército Rebelde dan los primeros pasos cuesta abajo en las estribaciones de la Sierra Maestra. Poco más de una semana con anterioridad lo había hecho una columna de otros 90 combatientes. De esta forma, comenzaba la proeza de los mambises del siglo XX, para llevar la lucha armada al centro y occidente del país. La misión estaba a cargo de dos legendarios comandantes: Camilo Cienfuegos Gorriarán, al frente de la Columna Invasora 2 "Antonio Maceo", y Ernesto Che Guevara, al mando de la Columna 8 “Ciro Redondo”.

Han transcurrido sesenta y cuatro años de las más importantes páginas en la consolidación del movimiento revolucionario contra la dictadura de Fulgencio Batista, tras la derrota de la gran ofensiva, apoyada por artillería, blindados y el apoyo de la Marina y la aviación, contra el principal bastión rebelde, entre los meses de mayo y agosto.

El Comandante en Jefe Fidel Castro planea entonces aprovechar la retirada del enemigo con un decisivo contragolpe: “estaba convencido que sacar la Revolución de las montañas gloriosas de la Sierra Maestra, y extender la lucha hacia el resto Cuba, podía dar los mismos resultados que alcanzaron los mambises en su enfrentamiento contra la metrópoli española”, según destaca el periodista Narciso Amador Fernández, especialista en temas históricos, en su artículo Invasión a Occidente: reedición de una hazaña.

Y expuso en el citado texto un dato preliminar acerca de las nuevas órdenes en la contraofensiva rebelde, pues el Che escribiría a Camilo: “Te aviso que tenemos, con el mandamás, un proyecto bonito mediante el cual plantarás la maceica [ Antonio Maceo] bandera en Pinar y yo laburaré [sic] de Máximo [Gómez], como corresponde”.

LAS PENALIDADES EN LA EXTENSA LLANURA CAMAGÜEYANA

Equipadas ambas columnas con las mejores armas que disponía la guerrilla, los veteranos combatientes y jóvenes reclutas emprendieron la marcha, iniciada en su primera etapa con los contratiempos del azote de un ciclón de la zona de Cauto.

El tránsito por la extensa y despoblada llanura camagüeyana se realizó en medio de contrariedades por la inhóspita naturaleza en la franja sur de la provincia y el enfrentamiento a las emboscadas y bombardeos llevadas a cabo por las fuerzas armadas del régimen batistiano, que había sufrido apenas unas semanas antes una de las mayores derrotas en el intento de desalojar al Frente Número Uno de la Sierra Maestra.

Camilo y sus combatientes macharon al límite del agotamiento durante una treintena de días sin descanso, prácticamente sin prácticos o conocedores de la zona; la fastidiosa presencia de mosquitos y jejenes, junto a la escasez de alimentos por lodazales al sur de la antigua provincia de Camagüey, la más extensa el país, que incluía entonces al territorio de la actual Ciego de Ávila.

La penosa condición física de la tropa no menoscabó los hechos heroicos en el enfrentamiento del enemigo, que lo perseguía implacablemente, hasta que fueron recibidos en Las Villas, el 8 de octubre de 1958 por el grupo del Partido Socialista Popular comandando por el comandante Félix Torres, que ya operaba en la zona, y restablecieron sus fuerzas hasta que organizaron un campamento a unos ocho kilómetros al oeste de Yaguajay, según afirman historiadores en sus investigaciones acerca de la columna rebelde.

Al arribar a esa región central de la Isla, Camilo apunta en una carta a Fidel: “…Llegaremos a Pinar del Río, los hombres estamos decididos, en ningún momento flaqueó la voluntad ni el ánimo, cuando más era el hambre, el sueño, el peligro, más decididos estaban. Esta es una tropa A-1 y llegará a su meta”.


El Che Guevara, al mando de la Columna 8 “Ciro Redondo” logra la unidad con los principales grupos guerrilleros en el centro del país.

Sin embargo, se produce un cambio en la misión inicial, pues el Comandante en Jefe le ordena mantenerse en el territorio para apoyar a la columna al mando del Che Guevara que afrontaba poca colaboración del Segundo Frente Nacional de Escambray y su jefe Eloy Gutiérrez Menoyo, posteriormente traidor al triunfante proceso revolucionario.

Al igual que Camilo, el contingente rebelde del Che que marchaba con el objetivo estratégico al centro de la isla, enfrentó semejantes condiciones adversas de la naturaleza y desde su ingreso a la provincia de Camagüey enfrentó acciones combativas en la zona de “La Federal” y días después en “Cuatro Compañeros”, como parte del hostigamiento de las fuerzas terrestres y la aviación enemigas.

CAMILO Y EL CHE CAMBIARON EL ESCENARIO DE LA LUCHA REVOLUCIONARIA

Los comandantes rebeldes que habían reeditado el cruce en 1895 de los mambises de la trocha militar colonial de Júcaro a Morón, en Las Villas se reponen de la tortuosa marcha por el territorio camagüeyano. Organizan las tropas y establecen colaboración con los grupos guerrilleros que actuaban a la llegada de las columnas al centro del país, además de lograr mayor eficiencia del movimiento clandestino.

Ya en diciembre de 1958, el escenario de la lucha revolucionaria había cambiado de una manera prácticamente definitiva, al dividir en dos a las fuerzas de la tiranía batistiana.


Camilo al frente de la Columna Invasora 2 "Antonio Maceo" respalda las acciones en Las Villas.

Camilo con fuerzas de Columna No. 2 “Antonio Maceo” --como núcleo unitario-- y del Destacamento “Máximo Gómez, de Félix Torres, realizan numerosas acciones en el Frente Norte de Las Villas en torno al poblado de Yaguajay, que finalmente libera y a partir de entonces se le conoce por el Héroe de Yaguajay, junto al Señor de la Vanguardia por el pueblo y compañeros de lucha. También desaloja a la soldadesca del régimen radicada en Seibabo, Venegas, Zulueta, General Carrillo, Jarahueca, Iguará, Meneses y Mayajigua.

Por su parte, el Che emprendió desde las estribaciones del Escambray la campaña de Las Villas dirigida inicialmente a Fomento, donde rechaza una intentona enemiga contra las zonas liberadas, y que luego se extiende a numerosas localidades, entre ellas, Remedios,  Zulueta, Trinidad y Jatibonico, con el apoyo de comandos del Directorio Revolucionario 13 de Marzo.

El objetivo principal era la ciudad de Santa Clara, la cual toma luego de encarnizados combates en puntos de resistencia del enemigo, como la estación de Policía, la Cárcel, la Audiencia y el Gran Hotel, además el descarrilamiento del tren blindado y la rendición del regimiento Leoncio Vidal, que disponía de unos dos mil militares.

Las victorias se celebraban junto al pueblo que respalda las acciones de las fuerzas revolucionarias, pero no hay tregua. Por órdenes de Fidel, los integrantes de las columnas que bajaron de la Sierra Maestra y nuevos efectivos, con mejor y abundante armamento, avanzaron hacia principales enclaves militares en La Habana y consolidar el triunfo definitivo del Ejército Rebelde. Para los cubanos hay un nuevo amanecer de libertad en enero de 1959.

El día seis del propio mes, en la ciudad de Santa Clara, en una escala de la Caravana de la Libertad, Fidel destaca:

"Cuando empezó la guerra nosotros no sabíamos nada de guerra, y tuvimos los primeros reveses, y ni Camilo Cienfuegos ni Ernesto Guevara, ninguno de esos compañeros en aquella época sabía tomar ciudades, ni mucho menos sabía hacer una emboscada chiquita a los soldados y nos teníamos que conformar con eso. Pero fueron aprendiendo día a día, mes tras mes, y hoy se les puede mandar a tomar cualquier ciudad, porque son ya verdaderos militares, y hombres capaces de llevar a cabo cualquier objetivo militar. ¡Aprendieron!"


Compartir

José Gilberto Valdés Aguilar


Deja tu comentario

Condición de protección de datos