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martes, 26 de noviembre de 2024

Camilo a los ochenta (+Fotos)

Líder carismático y de gran arraigo popular, se caracterizó también por su sencillez, probada valentía y fidelidad sin límites a Fidel Castro...

Luis Pavón Massó en Exclusivo 02/02/2012
23 comentarios
Camilo Cienfuegos1
Camilo, compañero de cien batallas, fue un defensor de obreros y campesinos

Camilo Cienfuegos entró en la historia como en el corazón de quienes lo conocieron y tuvieron como compañero de la Revolución, con fuerza frontal e insoslayable.

Camilo representa como pocos la conjunción de los valores más altos del combatiente, la más alta disciplina y lealtad a Fidel, unidas a un peculiar carácter, ocurrente, jocoso.

Había nacido el 6 de febrero de 1932. Tenía 27 años cuando lo perdimos en las circunstancias conocidas por todos. Su vida fue la de un trabajador o, mejor, la de uno más entre los tantos sin trabajo de su tiempo. Dotado para el arte, no sería ese su destino. Trabajaría desesperadamente para ganar el sustento necesario para su familia.

Nunca perdería su vocación patriótica y revolucionaria, que le costó ser reprimido y herido por la policía en una oportunidad,

En busca de mejores horizontes desde el punto de vista económico emigró a Estados Unidos, sin lograr resolver con ello sus apremios. Allí fue lo que muchos, un “ilegal” condenado al desprecio y a la explotación.
 
Cuando Fidel preparaba la expedición del Granma en México, Camilo se le presentó e insistió en unírsele. Luego, en Cuba, sería uno de los combatientes más destacados. A él correspondió bajar a los llanos de la provincia de Oriente y organizar allí la resistencia.

¿Qué había en aquel hombre que la Revolución perdió apenas unos meses después del triunfo?
 
Más allá de su carácter, de su condición de cubano hasta el tuétano, y por eso mismo, Camilo encarna valores supremos de nuestro pueblo. No olvidar lo que advirtiera Fidel y que Raúl sintetizara:

“Los que conocimos a Camilo y tenemos la obligación de preservar su imagen para las generaciones venideras, nos hemos sentido en ocasiones inconformes con quienes pasan por alto el pensamiento político de Camilo. Porque Camilo no era solo valiente y noble, disciplinado y trabajador; era así porque tal conducta se la dictaba su pensamiento maduro, tenía una ideología definidamente coherente con la marcha de la Revolución”.

Cuando Fidel organizó la invasión a Occidente, confió la columna Antonio Maceo al joven Camilo.
 
Y ahí están sus proezas mayores, que trascienden el terreno militar, donde Che Guevara lo proclamó el mejor guerrillero.

Fue, siguiendo la orientación de Fidel, forjador de unidad nacional, de ideología patriótica y revolucionaria, vías por las cuales transitamos de manera natural hacia el socialismo.

Camilo fue defensor de obreros y campesinos, y aun en las condiciones de la guerra, en Las Villas, creador de organizaciones y organizador de congresos de unos y otros.

Un hombre en quien Fidel confiaba tanto como para preguntarle: ¿Voy bien Camilo?

Ahora cumpliría ochenta años. La televisión y el cine nos han guardado su imagen inmortal, de eterna sonrisa bajo su inconfundible sombrero alón, que los cubanos nunca olvidamos.


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Luis Pavón Massó

Se han publicado 3 comentarios


Lelis Ariadna
 1/10/14 14:19

Camilo siempre sera un ejemplo para todo genuino joven cubano. Su secreto era ser genuino y autentico. Yo, me identifico mucho con el.

Ana Isabel Larrondo Somonte
 24/2/12 14:24

Sobre la figura del señor de la vanguardia, en primer lugar hay que referirse a su lealtad a toda costa a nuestro comandante Fidel Castro Ruz, su entrega total a la causa revolucionaria de aquella epopeya y el legado de su ejemplo a las futuras generaciones que han decidido continuar su obra desde diferentes trincheras de la vida social cubana, pienso que su imagen legendaria perdurará por siempre.

césar cando mendoza
 18/2/12 8:57

Retrato de Camilo Cienfuegos Nada más que su barba antillana, nada más que su fusil bolivariano, nada más que su estatura americana, para hacer lo que Bolívar quería del cubano. Nada más que su habano caribeño, nada más que humo en su rostro espartano, nada más que su cubano sueño para encender el corazón latinoamericano. Nada más que de Cuba un soldado amado, nada más que un hombre campesino-obrero guiado por Martí y Fidel en la alta Sierra. Nada más que un Camilo con fusil al hombro, nada más que un verso de Nicolás multiplicado para construir con firmeza el socialismo en la tierra. Quito, tarde en el Panecillo 1997

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