Cuando este fin de semana acontezcan las últimas sesiones del VII Congreso de la Unión Nacional de Arquitectos e Ingenieros de la Construcción de Cuba (UNAICC), muchos de sus afiliados estarán bien ocupados en contribuir a resarcir los cuantiosos daños que dejó el huracán Sandy en Santiago de Cuba.
Con ello se reafirma uno de los principios enarbolados por esta organización en sus 29 años de creada, de ocupar la avanzada en el desarrollo económico y social del país, que hoy tiene su expresión en asumir los retos presentes y futuros en el proceso de implementación de los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución.
Los profesionales que integran la UNAICC han estado siempre insertados en todos los acontecimientos importantes y transformadores en esta Isla, y pesa no solo la disposición, sino también la necesidad de poner a disposición del pueblo el caudal de experiencias y conocimientos adquiridos en las aulas y una vez graduados, afirma para esta página el ingeniero Antonio Caparó Marichal, su presidente.
Precisa que luego del azote de Sandy, la organización, de conjunto con estudiantes de las carreras afines en la Universidad de Oriente, participaron en actividades como la evaluación técnica de los daños, y hoy asesoran en qué hacer y cómo, tanto a la comunidad como a las empresas responsabilizadas con la rehabilitación y construcción de viviendas y otras obras sociales.
“Ese es el ejemplo más reciente, pero iguales acciones acometimos cuando las afectaciones por los ciclones Ike y Gustav, y en la supervisión para las obras de modernización del acueducto de Santiago de Cuba, en la instalación de maquinarias y entrenamiento para la producción de materiales de construcción alternativos en 42 municipios, básicamente en las provincias de Pinar del Río, Holguín y Granma”, expresa el presidente de la organización, que hoy cuenta con unos 14 mil afiliados.
“Participamos activamente en la discusión de las medidas en función de actualizar nuestro modelo económico socialista. Tenemos muchos retos e insatisfacciones en lo relacionado con el proceso inversionista-constructivo; abocado a perfeccionarse para lograr la eficiencia que necesitan todos los eslabones de una cadena cuyo final resulta la entrega en tiempo de obras con calidad para diversos usos”, puntualiza.
Y es que la construcción en Cuba deviene el alma y motor de todo cuanto hacen y pueden realizar los ingenieros y arquitectos, también muy comprometidos con la preservación del patrimonio urbano y arquitectónico de cada una de las ciudades cubanas y en responsabilizarse por mitigar las vulnerabilidades de las construcciones ante los embates de los fenómenos meteorológicos.
Por ello el ingeniero Caparó enfatiza en que toca a cada asociado, integrante a su vez de colectivos donde “se hace construcción”, ser exigente y responsable en la aplicación y cumplimiento de las regulaciones y normativas técnicas, a fin de garantizar la calidad de los procesos constructivos y productivos, así como la más estricta disciplina en la planificación y el ordenamiento territorial y urbano como soportes del desarrollo.
“La construcción no es corre corre y chapucería, es técnica, ciencia y economía, el papel que han de desempeñar la arquitectura y las ingenieras es imprescindible y altamente importante”, acota.
Con vistas al cónclave, en los territorios fue renovado el 40 por ciento de los miembros de las Juntas Directivas y el 86 por ciento de sus presidentes, y en las 562 asambleas que preceden las sesiones finales del Congreso hubo fructíferos debates que dieron lugar a acuerdos e ideas, muchos de ellos plasmados en la Declaratoria que se dará a conocer en el foro, para el cual fueron elegidos 121 delegados de todo el país.
Algunos de los planteamientos, dice el ingeniero Caparó, están relacionados con la necesidad de reforzar la decisiva participación de los profesionales de la arquitectura e ingeniería en los programas que se implementan, con el asesoramiento en las nuevas formas de gestión para el desarrollo local y nacional, en la producción de materiales, por un proceso inversionista-constructivo con la aplicación de técnicas y tecnologías, lo que permitirá mayor ahorro, eficiencia, calidad, dirigido a lograr un desarrollo sostenible y sustentable.
Igualmente se abogó por la implementación de un Registro de Profesionales para regular en Cuba, el ejercicio de la arquitectura y la ingeniería de los nacionales y extranjeros, añade.
Durante este sábado y domingo, serán motivo de debate un informe central y en comisiones, el Reglamento de Estatutos, el Sistema de Estímulo y el Código de Ética.
OTRAS INSATISFACCIONES
El Congreso es el órgano superior de dirección de la UNAICC, se convoca cada 4 años y tiene, entre otras funciones, analizar dificultades e insatisfacciones para buscar mejores derroteros en la obtención de cada proyecto. Entre las que ya tienen identificadas se encuentran la necesidad de apoyar a los profesionales jubilados e incentivar a los jóvenes graduados, por cuanto faltó efectividad y sistematicidad en el trabajo dirigido hacia ellos, lo cual repercutió en que tuvieran poca participación en el quehacer de la asociación.
Al abundar sobre el tema, el presidente de la organización destaca que quienes asuman en el próximo mandato deben continuar trabajando en la búsqueda de las vías para aumentar el interés de los profesionales hacia su incorporación como miembro de la asociación, con vistas a eliminar la desmotivación de los últimos años, que ha llevado a un decrecimiento en la membresía, superior a los dos mil profesionales.
Además, apunta que habrá que perfeccionar la aplicación de las vías de ingreso de la asociación, que permita fortalecer su autofinanciamiento, dirigido en lo fundamental para la promoción y organización de las actividades que coadyuven al desarrollo profesional de sus miembros, por lo que habrá que coordinar con los organismos e instituciones más afines con la UNAICC.
Será necesario fortalecer el empeño de la Asociación de resaltar y estimular a los que se destacan en el ejercicio profesional, con la aplicación del Sistema de Estímulo que aprobará el Congreso, no teniendo como la única vía, aunque si la más relevante el distinguido Premio de Vida y Obra.
En ello están involucradas las cinco Sociedades: de Arquitectura, de Ingeniería Civil, Hidráulica, de Mecánica, Eléctrica e Industrial, así como las referidas a las de ingenierías de las Geociencias y la Química, para que sean ágiles y meticulosas en la presentación de los aspirantes a los reconocimientos y premios que otorgan las organizaciones internacionales, como la Federación Panamericana de Asociaciones de Arquitectos y la Unión Panamericana de Asociaciones de Ingenieros.
En el aporte al desarrollo profesional de los asociados, la UNAICC organiza cada año encuentros técnicos-científicos en varias modalidades, tanto de alcance nacional como internacional; pero es insuficiente la divulgación que tienen entre la membresía estas convocatorias, lo que limita su participación en estos importantes eventos.
BALANCE POSITIVO
Estas declaraciones para Cubahora son un reflejo del espíritu crítico que ha primado en la dirección de la UNAICC, pero seríamos injustos si dejáramos de reconocer avances y decisiones acertadas, como el incremento de las relaciones de coordinación con los organismos, entidades, universidades, centros de investigación y capacitación; el Grupo del Arquitecto de la Comunidad y las Oficinas del Historiador y Conservador.
“Entre 2008-2012, nuevamente la organización se distinguió en los preparativos y realización en Cuba de eventos internacionales de alto nivel científico-técnico, sumaron 13 y cuatro de ellos fueron sedes captadas, con la participación de cerca de mil profesionales extranjeros, fundamentalmente del área latinoamericana, con resultados financieros satisfactorios”, detalla Caparó.
Ejemplifica que a Cuba se le otorgó por tercera ocasión la sede de una Convención Panamericana de Ingenierías, que devino la de mayor participación extranjera y cubana en el periodo que se analiza, con la asistencia de expertos de 22 países.
Asimismo, aumentó la presencia de Cuba en el ámbito internacional, al acumular la membresía en 13 organizaciones, ocupar la presidencia o vicepresidencia de asociaciones internacionales, de comités técnicos de alcance latinoamericano, iberoamericano o panamericano; así como mantener una decorosa intervención en eventos técnicos-científicos.
El presidente de la UNAICC aprovechó la oportunidad para reconocer que 14 profesionales cubanos obtuvieron reconocimientos otorgados por instituciones foráneas, como el Premio Panamericano de la Enseñanza de la Ingeniería Vector de Oro, de UPADI, al doctor ingeniero Viterbo O Reilly Díaz; y el Premio Internacional por la destacada labor y alta calificación en el sector laboral en el Fórum de Mujeres de la Convención Mundial de Ingenierías Brasil 2008, que fue a manos de la Ingeniera Dolores de la Concepción Estrada.
Asimismo, se cuentan los Premios de la Confederación Panamericana de Ingeniería Mecánica, Eléctrica y Ramas Afines, COPIMERA, entregados a la doctora ingeniera Osmara Ortiz Núñez y los Ingenieros Leandro Montelís Gómez y Víctor Jiménez Frómeta, en 2009, 2010 y 2012, respectivamente.
Igualmente resaltó que los afiliados también alzan sus voces por la liberación de los Cinco Héroes Cubanos condenados en Estados Unidos por combatir el terrorismo, uno de los cuales, el ingeniero Antonio Guerrero, es afiliado de Honor de la organización, y fue seleccionado delegado de honor al VII Congreso.
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