Cuenta la historia que allá por el año 1953, al cambiar su postura de acusado por la de acusador, Fidel emitió la más fidedigna, desafiante y transparente fotografía de la Patria.
“El de la tierra” fue descrito en ese histórico alegato como uno de los problemas más acuciantes del país.
Entonces el joven abogado describía el día a día de quienes habitaban las zonas rurales de Cuba, marcado por la ausencia total de los más elementales derechos y el extremo irrespeto a la condición humana.
Se dice que por aquellos días alrededor de 500 mil obreros del campo que habitaban en los bohíos miserables, y que trabajan solo cuatro meses al año, pasaban hambre el resto del tiempo, y solo podían compartir con sus hijos la miseria.
De igual forma el 85% de los pequeños agricultores cubanos pagaban renta y vivían bajo la perenne amenaza del desalojo de sus parcelas, mientras que más de la mitad de las mejores tierras de producción cultivadas estaban en manos extranjeras.
Sin embargo, con el triunfo revolucionario de 1959 llegó una nueva era también para los hombres y mujeres del campo. Nunca más volverían los maltratos, les fue devuelta la dignidad y desde entonces han acompañado el proceso revolucionario. Tal es así que en la actualidad el desarrollo del sector de la agricultura es determinante en el impacto para la mejora del nivel de vida de la población.
De esta forma, solo si analizamos con detenimiento aquello que ha trascendido desde el I hasta el VII Congreso del Partidos Comunista de Cuba (PCC), puede hallarse la evolución del sector y su papel activo en la política socioeconómica del país.
Actividades por el Día del Campesino en Cuba dedicadas a Fidel Castro. Foto de Archivo
I CONGRESO PCC: ORGANIZACIÓN DE FUERZAS PRODUCTIVAS
En el momento que tiene lugar el I Congreso del PCC, del 17 al 22 de diciembre de 1975, Cuba trabaja en la la organización de las fuerzas productivas en pos de desarrollar la economía del país.
Entre muchas otras quedan aprobadas un conjunto de tesis asociadas a la cuestión agraria y las relaciones con el campesinado.
Se reconocía la necesidad de, en los años venideros “avanzar gradualmente hacia formas superiores de producción, en las tierras del sector campesino, hasta lograr su total transformación e incorporación al sector socialista de nuestra economía”.
Se entendía entonces como formas superiores de producción: “la integración de la tierra campesina a planes o granjas estatales y la agrupación de los campesinos en cooperativas de producción agropecuaria”.
Era necesario pues, para la aplicación de esta política, definir en cada zona del país, de acuerdo con sus características y con los planes de desarrollo de la economía nacional, cuál de las dos formas era la más adecuada.
Pero estas no sería las únicas tesis que se elevaran. Otras cuestiones se esgrimieron para definir lo que sería en lo adelante la relación con las cuestiones agrarias y el campesinado.
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1980 “AÑO DEL II CONGRESO”
Cinco años después, con la celebración del II Congreso del PCC, se daban a conocer una serie de resultados sobresalientes desde diferentes ámbitos, entre los que se encontraba la agricultura.
Por ejemplo, el promedio de “la producción de azúcar había registrado un incremento de un 25% en relación con el lustro anterior, aun cuando la roya de la caña había afectado un 30% de las plantaciones. Los rendimientos agrícolas subieron como promedio de 60 mil 200 arrobas por caballería, en contraste con las 49 mil 900 obtenidas en el periodo 1971-1975. Las inversiones en la industria azucarera fueron más del doble que en la etapa de referencia”.
En la agricultura no cañera todos los renglones habían aumentado, menos el tabaco que fue arrasado por la aparición del moho azul, virus letal introducido como parte de la guerra biológica contra Cuba.
Se conoce que esta plaga dañó en un 90% la campaña 1979-80. En los primeros meses de 1980 también el país tuvo que enfrentar en dos de las provincias orientales la epidemia de la fiebre porcina, otro virus biológico introducido en Cuba desde EUA.
No obstante, aun cuando los precios del azúcar cayeron drásticamente y se situaron a nueve centavos de dólar la libra, aproximadamente un 55% del promedio mundial de su costo de producción; en aquel quinquenio la economía cubana registró un crecimiento promedio anual del Producto Social Global de un 4%.
El II Congreso del PCC considera que los postulados esenciales contenidos en la tesis “Sobre la cuestión agraria y las relaciones con el campesinado”, aprobada por el I Congreso del Partido, estaban vigentes y que de esta forma se correspondían con las leyes económicas que regían el proceso de edificación de la sociedad socialista.
Se reconocía la labor desplegada en estos años por la Revolución en el desarrollo de la base técnico-material y organizativa de la agricultura, así como la creación de cooperativas de producción agropecuaria y la incorporación masiva de la mujer a estas formas de producción.
Entonces se daba a conocer que en este breve período de tiempo se había logrado 26 000 campesinos y 14 000 caballerías de tierra integradas en 1 000 cooperativas de producción no es cuantitativamente mucho.
Al sentarse las bases de trabajo para el próximo quinquenio, el II Congreso del Partido aprobaba por resolución que la consolidación de las empresas cañeras y agropecuarias, el incremento de su producción y de los rendimientos, el aumento de la productividad y la disminución de los costos, pasarían a ser una tarea económica, política y social de indiscutible prioridad.
- Lea también: II Congreso del PCC: Resoluciones Sobre la Cuestión Agraria y las relaciones con el Campesinado
ADELANTE EL III CONGRESO
Para el año 1986, a pesar de las circunstancias adversas y de los efectos que tuvieron sobre la economía la continua sequía, los efectos del huracán “Kate”, la depresión sostenida de los precios del azúcar y los derivados del petróleo en el mercado capitalista, durante el quinquenio los avances y logros en el desarrollo económico y social del país continuaron en ascenso, alcanzando el Producto Social Global un aumento de 7.3 % por encima del 5% previsto, según referencia el Informe Central Tercer Congreso del Partido Comunista de Cuba.
Se dio a conocer que, “la producción azucarera por su parte aumentó 12,2% con respecto al período anterior, alcanzándose producciones estables del producto, que generaba el principal renglón de exportación del país. En la época todos los centrales azucareros pasaron a convertirse en complejos agroindustriales. En este sentido el país fue uno de los más destacados en el aprovechamiento industrial de los subproductos de la agroindustria azucarera, por su elevado uso en la alimentación animal y su utilización en la fabricación de tableros de bagazo, entre otros productos derivados”.
El desarrollo de las cooperativas agropecuarias continúa siendo en eslabón esencial en la planificación de la economía cubana. Se reconoce entonces la necesidad de perfeccionar esta forma socialista de producción.
De ahí que se concilie la aplicación de medidas que elevasen sustancialmente la organización de la producción y del trabajo en estas empresas, así como de sus relaciones con el sector estatal de la economía”. De igual forma se acordó instrumentar mecanismos económico-financieros que estimulasen la incorporación de los campesinos privados a formas superiores de producción.
Por otra parte, se llama la atención sobre el desarrollo de los mecanismos de planificación del sector cooperativo y los pequeños agricultores, de manera que en el plan de la economía nacional se pudieran diferenciar adecuadamente la producción, inversiones y recursos materiales que se les asignaran.
EL “CONGRESO EN ARMAS”
El IV Congreso del PCC, o “el Congreso en Armas”, como lo calificara Fidel, en el discurso inaugural se realizó en uno de los momentos más difíciles para el país, pues se celabró después de la desintegración de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), y el derrumbe del campo socialista de los países de Europa del Este.
En esa ocasión no hubo Informe Central. El discurso inaugural del compañero Fidel se centró en la coyuntura internacional, con el desplome del campo socialista, y los problemas de la URSS, y su repercusión en la economía cubana y las medidas que se tomaría para la supervivencia de la Nación.
En este sentido, la producción de alimentos se definía como línea estratégica de desarrollo con máxima prioridad, para el desarrollo económico y social del país. El programa alimentario tendría como objetivo asegurar con la mayor celeridad posible el incremento de un grupo de alimentos básicos para la población cubana.
De igual forma, se continuó trabajando en todos los órdenes para garantizar el eficiente desenvolvimiento de la agroindustria azucarera por su importante peso en la economía nacional.
UNIDAD DEL PUEBLO FRENTE A LA GUERRA ECONÓMICA
El próximo quinquenio transcurriría en medio de las dificultades económicas del Período Especial, donde no faltaron las acciones de recrudecimiento del bloqueo económico, financiero y comercial para tratar de destruir la Revolución. En este contexto tuvo lugar La celebración del V Congreso.
En los años previos se pusieron en práctica un conjunto de medidas y transformaciones organizativas y económicas que se implementaron en el país con un amplio impacto para la población.
Entre ellas, se decidió implementar la cooperativización de una parte importante de las granjas estatales creándose las Unidades Básicas de Producción Cooperativa (UBPC), entre 1993 y 1994. Así, fueron entregadas a los trabajadores alrededor de tres millones de hectáreas de tierra, en el área cañera y en la agricultura en general. Se destaca en ese ámbito la zafra azucarera de 1996, considerada por especialistas cubanos como la más eficiente desde 1985.
De acuerdo con las resoluciones aprobadas, una vez atendidos los impactos y desequilibrios más urgentes provocados por la crisis, la Política Económica inicia una nueva etapa, que debe abarcar aspectos estructurales de la economía como el desarrollo de la base alimentaria. La eficiencia es, por tanto, el objetivo central de la Política Económica.
En este sentido, la agricultura no cañera y la agroindustria azucarera deberían una, contribuir significativamente al balance externo del país con mayores producciones exportables, tradicionales y nuevas, así como mediante la sustitución de importaciones de alimentos e insumos productivos; y otra, recuperar su papel estratégico en la economía, respectivamente.
LA BATALLA ECONÓMICA TAREA PRINCIPAL
El VI Congreso del PCC, llega 13 años más tarde de celebrarse en anterior. Su prolongado aplazamiento estuvo dado en primer lugar por las urgentes estrategias de enfrentamiento a las coyunturas económicas negativas de la década del 2000, provocadas por la caída del campo socialista y las consecuencias económicas y políticas que en el plano nacional dejó el Período Especial en Tiempos de Paz, así como la gravedad del estado de salud de Fidel Castro en el 2005.
Esta cita del pueblo y de los comunistas cubanos tiene entre sus antecedentes fundamentales el discurso pronunciado por el Primer secretario del PCC, Fidel Castro, el 17 de noviembre de 2005, en el que otorgó un lugar central a la economía en la superación de las situaciones problémicas que atravesaba el país.
Al llegar al VI Congreso del PCC fue necesario reorientar algunas políticas para enfrentar los complejos problemas económicos derivados del entorno internacional, así como los que en el orden interno se presentaron.
No obstante, los indicadores sociales positivos, la coyuntura económica que marcó la vida partidista en los 13 años transcurridos entre el V Congreso del PCC y la convocatoria al VI, condujo a que se estableciera como eje temático que “el VI Congreso se concentrará en la solución de los problemas de la economía y en las decisiones fundamentales de la actualización del modelo económico cubano y adoptará los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución”.
Una vez más, la Revolución reconocía, además de la empresa estatal socialista, en las cooperativas, los agricultores pequeños, los usufructuarios, otras formas de gestión capaces de elevar la eficiencia económica.
- Lea también: Resolución sobre los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución
SOCIALISMO PRÓSPERO Y SOSTENIBLE
El período transcurrido desde el 2011 hasta la celebración del VII Congreso de PCC, bajo el precepto de construir un socialismo próspero y sostenible, estuvo marcado por la implementación de medidas en distintos sectores de la economía, en el contexto de los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución, aprobados en el VI Congreso del Partido.
En el caso específico del sector agrícola, la actual gestión de gobierno, encabezada por el accionar del presidente cubano, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, se ha concentrado en los últimos años en impulsar la producción nacional de alimentos, invertir en el desarrollo de la industria, el encadenamiento productivo y las exportaciones, al amparo de lo establecido en la política agroindustrial.
Lea también: Actualización de los Lineamientos para el periodo 2016-2021
Abelardo Mena
29/5/20 0:46
Analicen la ultima version del decreto ley de cooperativas agropecuarias: un desastre. Ni siquiera se debatio a camisa quitada en la ANAP!!
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